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Aviso de una investigación a toda España: a partir de ahora, un análisis de sangre predice el deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer

El Alzheimer es la causa más frecuente de demencia. Fuente: Canva.

elEconomista.es

La resistencia a la insulina detectada mediante el índice de triglicéridos-glucosa (TyG) de rutina puede señalar a las personas con Alzheimer temprano que tienen cuatro veces más probabilidades de presentar un deterioro cognitivo rápido, según una nueva investigación de la Universidad de Brescia (Italia) presentada en el Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN) 2025, que se celebra en Helsinki (Finlandia).

En profundidad

Los neurólogos revisaron los historiales clínicos de 315 pacientes no diabéticos con déficit cognitivo, incluyendo 200 con enfermedad de Alzheimer confirmada biológicamente. Todos los sujetos se sometieron a una evaluación de la resistencia a la insulina mediante el índice TyG y a un seguimiento clínico de 3 años.

Al dividir a los pacientes según el índice TyG, aquellos en el tercio superior del subgrupo de Deterioro Cognitivo Leve (EA) se deterioraron mucho más rápidamente que sus pares con menor TyG, perdiendo más de 2,5 puntos en el Mini Examen del Estado Mental por año (cociente de riesgos instantáneos: 4,08; IC del 95 %: 1,06-15,73). No se observó esta relación en la cohorte sin EA.

"Una vez diagnosticado el deterioro cognitivo leve, las familias siempre preguntan qué tan rápido progresará", asegura la doctora Bianca Gumina, investigadora principal. "Nuestros datos demuestran que un simple marcador metabólico, disponible en todos los laboratorios hospitalarios, puede ayudar a identificar a los sujetos más vulnerables que podrían ser candidatos adecuados para terapia dirigida o estrategias de intervención específicas".

Más detalles

Si bien la resistencia a la insulina se ha vinculado con la aparición de la enfermedad de Alzheimer, su papel en la velocidad de progresión de la enfermedad ha recibido menos atención. Este estudio buscó subsanar esta deficiencia centrándose en su impacto durante la etapa prodrómica de deterioro cognitivo leve (DCL), cuando los pacientes siguen trayectorias muy variables. Los investigadores utilizaron el índice TyG, que ofrece un indicador indirecto de bajo costo y de disponibilidad rutinaria para la resistencia a la insulina, para explorar si la disfunción metabólica podría ayudar a predecir el ritmo del deterioro cognitivo tras el diagnóstico.

En particular, en la enfermedad de Alzheimer, se cree que la resistencia a la insulina altera la captación neuronal de glucosa, promueve la acumulación de amiloide, altera la barrera hematoencefálica y alimenta la inflamación: vías que son menos relevantes o se regulan de forma diferente en otras enfermedades neurodegenerativas.

"Nos sorprendió observar el efecto solo en el espectro de Alzheimer y no en otras enfermedades neurodegenerativas", señala el doctor Gumina. "Esto sugiere una vulnerabilidad específica de la enfermedad al estrés metabólico durante la ventana prodrómica, cuando las intervenciones aún pueden cambiar la trayectoria".

Los investigadores de la Universidad de Brescia, dirigidos por el profesor Padovani y el profesor Pilotto, descubrieron que un nivel elevado de TyG también estaba asociado con la alteración de la barrera hematoencefálica y los factores de riesgo cardiovascular, pero no mostró interacción con el genotipo APOE e4, lo que indica que los riesgos metabólicos y genéticos pueden actuar a través de vías distintas.

La identificación de pacientes con niveles altos de TyG podría refinar la inscripción en ensayos clínicos antiamiloide o antitau e impulsar la adopción temprana de medidas farmacológicas o relacionadas con el estilo de vida para mejorar la sensibilidad a la insulina. Los investigadores están investigando si los niveles de TyG también se correlacionan con biomarcadores de neuroimagen para facilitar la detección y la estratificación tempranas.

"Si apuntar al metabolismo puede retrasar la progresión, tendremos un objetivo fácilmente modificable que funcionará junto con los nuevos fármacos modificadores de la enfermedad", concluye el doctor Gumina.