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Grifols solo podrá recuperar Haema y BPC si compra ambas a la vez a Scranton
- La catalana vendió las dos empresas al vehículo inversor y ahora planea volver a adquirirlas
- Grifols casi quintuplica sus ganancias, hasta los 176,7 millones, y recupera el dividendo
Rocío Antolín , Carles Huguet
Madrid,
Grifols planea recomprar BPC y Haema, la cartera de suministradores de plasma de Scranton, el vehículo inversor vinculado a los Grifols. Para llevar a cabo esta operación deberá cumplir al menos un requisito: adquirirlas en una sola operación, es decir, no podrá comprarlas por separado, según desprende el informe semestral del fabricante de hemoderivados.
Hace siete años, Grifols vendió a Scranton – que posee el 8,6% de la farmacéutica catalana – BPC y Haema por 469 millones de euros. Este contrato incluye una cláusula de opción de compra en favor del laboratorio que le otorga el derecho de readquirir las acciones de las vendidas en cualquier momento a partir de la fecha de venta. Eso sí, "siempre con la condición de que al ejercitar la opción para la compra de las acciones de la sociedad de que se trate –Haema o BPC, respectivamente–, debe ejercitarse la opción de compra de las acciones de la otra sociedad de que se trate –BPC o Haema, respectivamente–", reza el informe.
Durante el Capital Markets Day de Grifols, celebrado a finales del pasado febrero en Londres, el director financiero de la compañía, Rahul Srinivasan, indicó que la firma catalana se hará con la cartera de suministradores de plasma de Scranton entre 2026 y 2027. Cabe mencionar que ese día la farmacéutica también comunicó una previsión de ebitda (resultado bruto de explotación) e ingresos de 2.900 millones y 10.000 millones respectivamente dentro de cuatro años.
Otro hándicap relevante en la recompra es el préstamo de Scranton con Oaktree (propiedad de Brookfield, aunque mantiene la gestión independiente) que suscribió en julio de 2024 para refinanciar un préstamo suscrito en 2019 por parte del vehículo vinculado a los Grifols con entidades bancarias.
Según los términos del acuerdo, BPC se comprometió a ayudar como un aval. Además, se puso una 'prenda' sobre las acciones de Haema y el otro suministrador de plasma mencionado. En caso de que Scranton no devuelva el préstamo a Oaktree, el fondo de inversión podría quedarse con esas acciones. También hay garantías sobre activos de BPC.
De igual importancia, el pasado marzo Haema cambió su tipo de empresa y pasó a ser una compañía con responsabilidad limitada, según recoge el informe de la catalana. Después de esta modificación la entidad alemana se comprometió a garantizar el préstamo, poniendo sus propios bienes como garantía.
Asimismo, en caso de que Scranton incumpliera el contrato con Oaktree, Grifols a la vez podrá hacerse con las compañías en el periodo de 90 días desde la notificación del incumplimiento. Transcurrido ese periodo la opción de compra se eliminará.
El precio que Grifols pagará por BPC y Haema deberá ser igual al mayor entre el precio original por el que se vendieron las acciones más los gastos relativos a la transacción y el aumento del capital circulante neto, es decir, el dinero que la empresa utiliza para su operación diaria; y el importe necesario para cancelar la deuda contraída con Scranton, que es un préstamo de 372,9 millones más los intereses devengados, tal y como plasma el informe semestral.
El director ejecutivo de Grifols, Nacho Abia, en una entrevista con elEconomista.es ya apuntó que la compra de BPC y Haema dependerá de la liquidez y flujo de caja de la empresa más que de la deuda ya que "ambas operaciones se financiarán con recursos internos".
Fines estratégicos
La compra de las dos empresas persigue varios objetivos. En el ámbito corporativo, la desvinculación de Grifols con Scranton después de los informes publicados por Gotham en 2024. De hecho, a finales del pasado octubre ya la farmacéutica dio los primeros pasos en esta misión.
El laboratorio catalán adquirió a Scranton la totalidad del capital de Haema Plasma, empresa con sede en Hungría. La operación está valorada en 35 millones de euros, de acuerdo con la opinión de valor que emitió un experto independiente. Además, se efectuó a través de un saldo a cobrar que el laboratorio mantenía con la húngara.
Esta compra también impactó negativamente en sus reservas con una disminución de 14 millones, según recoge la última memoria anual del fabricante de hemoderivados. Es más, los analistas del mercado en ese momento apuntaron que esta fue la primera señal del fabricante de hemoderivados para hacerse con todos los suministradores de plasma del vehículo inversor.
Otro de los objetivos de esta operación de recompra sería garantizar el suministro de plasma para el crecimiento de Grifols en el extranjero hasta la simplificación corporativa.