Carlyle lanza la venta de Codorníu al calor de sus resultados récord
- Inicia la búsqueda de asesores en camino de unas ventas de 240 millones y un ebitda de 50 millones
- El fondo estadounidense adquirió el 2018 el 68% de la compañía familiar
- Codorníu vuelve a beneficios tras el mejor resultado de la década, con 227 millones en ventas
Carles Huguet, Cristian Reche
Barcelona / Madrid,
La venta de Codorníu era uno de los movimientos corporativos más esperados para este 2025. La industria esperaba que, tras siete años en el accionariado, Carlyle lanzase la desinversión en la cavista en algún momento del año. Y apenas ha tardado un mes en hacerlo: el fondo estadounidense busca asesores para deshacerse de su paquete accionarial, que ronda el 68% del total.
El movimiento avanzado por Expansión llega tras el anuncio de resultados récord en el ejercicio 2023/2024, con el mayor beneficio operativo de su historia, con un ebitda de 39 millones de euros, el 15% más que los 34 millones de la campaña anterior. Se espera que el fondo estadounidense, un gigante que tiene 417.000 millones de euros en activos bajo gestión, lance el proceso fijando un precio de salida por encima de los 700 millones de euros.
Las fuentes consultadas por este medio señalan que el proceso está todavía en una fase preliminar y que no está decidido al 100% si culminará con una venta del total de su participación o si Carlyle reinvertirá en el decano del cava. Se cerrará, eso sí, con los resultados de la campaña 2024/2025 ya claros -el año fiscal termina en junio-, en el que aspira a una facturación cercana a los 240 millones y un ebitda de 50 millones.
Se trata de resultados récord para la compañía con sede en Haro (La Rioja) que, antes de la pandemia, rondaba los 180 millones de euros de facturación.
Ya en la última presentación de resultados, en octubre, el consejero delegado de la compañía, Sergio Fuster, admitió que la relación entre el fondo y la cavista "está en la segunda parte del partido". Citó también en varias ocasiones el objetivo de alcanzar el ebitda de 50 millones antes de cualquier movimiento en el capital.
"Es un momento espectacular teniendo en cuenta la volatilidad", destacó Fuster en el mismo encuentro. Llega después de la apuesta por gamas medias-altas y hoy la marca blanca que fabrica para Tesco representa solo el 4% de su facturación. "La marca blanca no es mi objetivo, pero si me lleva a tener más fuerza con mis marcas me parece beneficiosa", explicó.
La compañía afronta este proceso con su deuda ordenada. Codorníu se sentó a principios de 2024 con la banca acreedora para prolongar su calendario de pagos. El cronograma se extendió en dos años más para hacer frente al préstamo de 187 millones firmado en 2018. La organización estiró así hasta 2027 el programa de deuda y se dio un horizonte financiero más despejado.
La compra de Codorníu
La adquisición de Codorníu por parte de Carlyle se firmó en 2018 con polémica entre las distintas ramas familiares, que se repartían el accionariado de la firma fundada en 1551. Con un capital muy atomizado, desde hacía años parte de los titulares estaban descontentos con la escasa rentabilidad de sus valores.
Un grupo de accionistas liderado por Ramón Raventós Basagoiti presentó la oferta del fondo estadounidense. En un primer momento, la propuesta fue rechazada por la mayoría del capital, que renegaba de que un fondo entrase en el accionariado y proponía, en cambio, grupos del sector como la francesa Vranken Pommery.
No obstante, las conversaciones con la firma gala -también hubo firmas americanas interesadas- no llegaron a buen puerto. Tras elevar el precio en dos ocasiones, Carlyle logró convencer a los críticos -entre los que estaba la rama que dirigía la empresa, encabezada por Mar Raventós y Javier Pagés- y se hizo con la mayoría del capital.
Carlyle busca en este 2025 su segunda operación corporativa de calado en España por segundo año consecutivo. En el pasado año realizó la compra de la mayoría de la catalana Seidor con la toma del 60% de su participación. Los actuales accionistas de la consultora tecnológica mantendrán el 40% del capital. La transacción valoró la tecnológica en cerca de los 1.000 millones de euros.