Renta Fija
La inflación 'borra' el nombre de High Yield a los bonos basura
- Por primera vez la rentabilidad ajustada ofrece intereses negativos
- La retirada de los bancos centrales deberían devolver la normalidad
- Si no sucede, el mercado se acercará a un precipicio
elEconomista.es
La inflación desbocada en Europa está provocando nuevas situaciones inverosímiles en la renta fija. Si los tipos cero empujaron a la deuda soberana a intereses negativos; ahora con el fuerte repunte de los precios y con el BCE manteniendo medidas extraordinarias, los bonos basura también conocidos como High Yield ofrecen un rendimiento negativo con los intereses ajustados a la inflación.
En el argot financiero los bonos High Yield son aquellos que ofrecen a vencimiento una elevada rentabilidad. También son conocidos como bonos basura al tratarse de emisiones con una calificación crediticia que conllevan riesgo en la inversión por la elevada probabilidad de impago del emisor.
El problema es que esta denominación en inglés ha perdido el sentido cuando la inflación en la zona euro se ha disparado al 3%. Por primera vez la rentabilidad ajustada de los bonos basura ofrece intereses negativos a los inversores. El nombre casi se queda en una anécdota, cuando se analizan las implicaciones que conlleva en el mercado.
Para muchos expertos supone una nueva fase de la burbuja de la renta corporativa. La demanda de High Yield se ha disparado en los últimos años pese a que la rentabilidad iba siendo recortada. Los inversores se han abierto a estos activos en paralelo al hundimiento de los bonos soberanos a territorio negativo. La política de tipos cero por parte del BCE han laminado los intereses en todo tipo de activos y los bonos basuras no han sido una excepción.
El problema ha venido con el repunte de la inflación que supone pérdidas netas para los inversores que aguanten estos bonos hasta vencimiento. La pandemia y ya la fuerte demanda creada ha provocado emisiones récord por parte de las empresas, pero la entrada a tipos negativos abre la puerta a un aluvión de ventas de bonos.
Muchos inversores compran y venden a corto plazo, beneficiándose de la escalada de precios
El mes pasado aparecieron intereses negativos en una docena de empresas con deuda denominada en euros y con calificación basura. Pero el mercado lejos de asustarse está flotando en liquidez. Muchos inversores compran y venden a corto plazo, beneficiándose de la escalada de precios. Los bonos cotizan igual que las acciones, se mueven de manos con oscilaciones en el precio.
Pero la deuda corporativa tiene la particularidad que tienen un cupón, que suele actuar como prima a vencimiento. Es decir, el inversor que tiene un bono reciben el capital principal más el interés inicial. En el mercado secundario, a la vez que sube y baja el precio de la deuda, se mueve en sentido contrario los intereses. Si sube demasiado el precio, el interés entra en negativo, como está ocurriendo actualmente.
"La mayoría de los participantes del mercado piensan que volverá a los niveles anteriores una vez que se retire el estímulo de Covid por parte del BCE", explica a Bloomberg Konstantin Leidman, gerente de Wellington Management International, que administra más de mil millones de dólares en activos europeos de high yield.
El gestor advierte que "si no es así, será un problema para el mercado". Los inversores siguen comprando bonos por las subidas en precio, pero ninguno va a querer las pérdidas a vencimiento.