Política

Las distancias entre PSOE y Podemos marcan una incierta investidura

  • Pedro Sánchez acudirá a la investidura sin tener cerrado ningún apoyo

Eduardo Ortega Socorro

Han pasado ya dos meses desde que se celebraron las elecciones generales del pasado 28 de abril y poco ha cambiado, por no decir nada. Todo sigue como si fuera 29 de abril: el PSOE ha ganado las elecciones, pero las matemáticas son perversas. Este nuevo Congreso de los Diputados es tan fragmentado que los socialistas dependen para formar gobierno de unos acuerdos y unos apoyos que no llegan ni se terminan de cerrar. Aunque Pedro Sánchez, residente en Moncloa en funciones y candidato socialista, ha anunciado su intención de hacer una nueva ronda de contactos antes del debate de investidura –llamamiento que hizo durante su participación en la cumbre del G20, en Osaka–, las distancias siguen muy alejadas, también con su presuntamente "socio preferencial", Unidas Podemos.

La falta de acuerdo se volvió a constatar en la última reunión de Sánchez con Pablo Iglesias, secretario general de la formación morada. En ella, Iglesias deslizó la amenaza de votar en contra de la candidatura del socialista, un amago con el que líder progresista quiere forzar al PSOE a aceptar su apuesta de un Gobierno de coalición, con ministros morados.

Sin embargo, los socialistas mantienen su negativa a esta posibilidad: si Unidas Podemos rasca el Ejecutivo será solo con cargos intermedios. No pueden pedir más por sus 42 diputados, que sumados a los 123 del PSOE siguen sin ser suficientes para garantizar el nombramiento de Sánchez como presidente, igual que tampoco se despejan los interrogantes sobre la futura gobernabilidad del país. Y no temen al fantasma de una posible repetición electoral que tendría lugar este mismo año, un espectro convocado desde Moncloa, por cierto.

Presión social

Mientras tanto, Iglesias mantiene su estrategia de presión no solo con declaraciones en los medios de comunicación, sino reuniéndose con sectores sociales que afean la postura del PSOE y respaldan la de Iglesias. Esta estrategia ha sido confirmada por fuentes de Unidas Podemos, que se sienten ratificadas en su actual plante al Gobierno gracias a los apoyos que han recibido de los sindicatos CCOO y UGT para que se forme un "gobierno estable y fuerte". Con sus líderes, Unai Sordo y Pepe Álvarez, se reunieron responsables de Unidas Podemos la semana pasada, así como con la Coordinadora Estatal del Sistema Público de Pensiones. Para los próximos días, la formación mantendrá este tipo de encuentros.

Mientras que por la izquierda se tensa la situación, los socialistas permanecen atentos a una posible abstención naranja. El cisma en Ciudadanos, con las dimisiones del portavoz económico, Toni Roldán, y el eurodiputado Javier Nart, entre otras, por la postura del partido respecto una investidura de Sánchez  -a día de hoy, no rotundo- ha provocado un terremoto sin precedentes en el partido... que no cambia de planes. De hecho, según fuentes internas, o el PSOE ofrece una serie de acuerdos programáticos -tales como bajar la presión impositiva o medidas concretas en Cataluña- o Ciudadanos no modificará su hoja de ruta. Y no ven a los socialistas haciendo ofertas de tal calado. 

Pero el PSOE no cambia de planes: Sánchez se reúne este martes con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para convocar la de sesión de investidura, que será previsiblemente en la segunda mitad de julio. Por lo pronto, acudirá sin tener cerrado ningún apoyo, pero haciendo que todos los grupos se tengan que retratar en una votación.