Política

Todos los focos apuntan al PSOE tras la sentencia de Gürtel: ¿se decidirá Ferraz a una moción de censura contra Rajoy?

  • Varias federaciones y parte del equipo de Sánchez abogan por ella
  • Ferraz celebra una Ejecutiva extraordinaria este viernes para decidir
  • Podemos y el PDeCAT ya han asegurado que apoyarán la iniciativa
<i>El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Foto: EFE</i>

Mario Becedas

El protagonista de la jornada tras la sentencia de la primera etapa del caso Gürtel debería ser el PP, condenado por el tribunal a pagar como partícipe a título lucrativo de la trama. Sin embargo, conforme transcurre la jornada los focos apuntan a otro partido, el PSOE.

Aunque todo el mundo político sabía que la sentencia que se iba a conocer esta semana prometía condenas ejemplares -ahí estaban las peticiones de la Fiscalía-, la cuantía de las condenas y el anuncio de las mismas en pleno vendaval por el 'caso Zaplana' ha vuelto a traer al escenario la opción de una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Un escenario en el que todo pasa por los socialistas.

Pocos instantes después de conocerse la sentencia, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, conminaba a su homólogo socialista, Pedro Sánchez, a presentar una moción de censura contra Rajoy. Al contrario de la moción fallida presentada por el propio Iglesias el año pasado, en este caso desde Podemos arrogan esa responsabilidad al PSOE como partido de la oposición con más escaños.

Un apoyo el de Podemos a Sánchez que también brindaban después otros socios de la formación morada como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Partidos de la oposición como el PDeCAT por voz de su diputado Carles Campuzano también han apremiado al PSOE a intentar una moción.

El PSOE sopesa la idea

Esta serie de declaraciones hacía mella en el socialismo, empezándose a plantear diferentes federaciones la idea de impulsar una moción de censura en uno de los momentos más delicados de Rajoy pese a haber logrado esta semana la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado gracias a Ciudadanos y al PNV.

Una de las federaciones socialistas que ha pedido con más ahínco el intentar la moción es la navarra, comandada por María Chivite. La secretaria general del Partido Socialista de Navarra, María Chivite, a través de su cuenta en Twitter, ha anunciado que le había transmitido a Sánchez que considera "inasumible que en un sistema democrático tener al frente del gobierno a un partido condenado por corrupción".

Mientras tanto, en Ferraz guardan silencio y se han limitado a convocar para este viernes a las 11:00 horas una Ejecutiva Federal extraordinaria en la sede nacional del partido en la madrileña calle de Ferraz en la que se "analizará la situación política" tras el conocimiento de la sentencia de Gürtel. Una medida con la que Sánchez logra ganar algo de tiempo.

En las últimas horas se ha abierto la veda de especulaciones en torno a ese encuentro, en el que presumiblemente se abordará la opción de la moción de censura. Una vía que parece no acabar de convencer a un Sánchez temeroso de sufrir el mismo desgaste que en su investidura fallida.

Sin embargo, parece que parte de su equipo entiende que es el momento adecuado para ello y que si el partido defendió una moción de censura en Madrid contra Cristina Cifuentes por un caso menor, ahora no tiene excusa para ir contra Rajoy.

Pros y contras para Sánchez

El problema para Sánchez es que la viabilidad de la moción no está nada clara. Aunque no sea diputado, el líder socialista sí podría presentar su alternativa y recobraría un protagonismo perdido por no tener escaño en el Congreso. Los inconvenientes, no obstante, están en el número de apoyos y en el nombre de los mismos.

Aunque el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha asegurado este jueves que su relación con el PP ha quedado tocada de muerte tras la sentencia, tampoco ha clarificado en qué se traduce esta reacción. En cualquier caso, cabe suponer que Rivera no apoyará una moción impulsada por Sánchez justo ahora que los sondeos le aúpan como primera fuerza.

Sin el apoyo de Ciudadanos, Sánchez solo obtendría la mayoría absoluta de 176 diputados sumando a las fuerzas independentistas. Una compañía que el socialista ahora mismo no desea, en pleno giro de su política territorial, que ha pasado de la plurinacionalidad al planteamiento de medidas más duras contra las ilegalidades del independentismo o por una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución si es necesario.

Ahora mismo el PSOE se encuentra entre la espada y la pared. Si se niega a impulsar la moción temiendo su fracaso, corre el riesgo de ser acusado de cómplice de Rajoy con la corrupción. Si la emprende, revivirá el duro episodio de la derrota de Sánchez en la investidura y se expone a una nueva caída electoral. Su única baza pasa por presentar la moción y echar toda la presión sobre Ciudadanos. De la misma manera, la moción es una de las pocas formas que tiene el partido de recuerar la iniciativa política, cueste lo que cueste.