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Las claves de la noche electoral en EEUU: los estados decisivos, los horarios del recuento y las esperanzas de los candidatos
- Todos los ojos están puestos en Pensilvania, que podría dictar quién ocupará la Casa Blanca
- Las encuestas mantienen un empate técnico absoluto entre los dos candidatos
- Las pistas que dan los indicadores financieros para adivinar quién va a ganar las elecciones de EEUU
Víctor Ventura, Víctor Blanco Moro, Remo Vicario
Madrid,
Varios meses de campaña terminan hoy, con el último día de votaciones en EEUU. 83 millones de personas habían votado hasta ayer, y otros 80 millones están haciendo lo mismo este martes. Pensilvania es el estado clave que, según todas las expectativas, decidirá quién se lleva la Casa Blanca. Si Donald Trump gana allí, Kamala Harris necesitará dos milagros para evitar una victoria del republicano. Y si Harris se lleva los 19 delegados que otorga este estado, las cuentas no le salen a Trump. Así que todos los ojos están puestos aquí.
Y es bastante probable que esas miradas se queden fijas allí durante varias horas o incluso días, porque la inmensa mayoría de las encuestas sigue pronosticando un empate perfecto, y el recuento de votos en varios estados decisivos puede alargarse varios días. Hoy vamos a hablar de cuándo podríamos saber el resultado, y qué pistas podemos tener de antemano.
Cómo funciona el sistema electoral
En estas elecciones lo que se eligen son los 538 delegados que votarán el próximo 17 de diciembre al presidente y al vicepresidente, y cuyos votos se contarán el ya tristemente famoso día 6 de enero. Para ganar las elecciones hay que sacar 270 votos. Y los delegados se reparten por estado, no a nivel nacional, así que ser el candidato más votado en la suma del país no vale de nada. Cada estado tiene un mínimo de 3 delegados, más uno extra por cada 750.000 habitantes. Así que, por ejemplo, Vermont o Wyoming eligen 3, Pensilvania elige 19, Florida 30 y California 54. Y todos los estados, menos dos de los que ya hablamos en nuestro primer episodio, le dan todos sus delegados al candidato más votado en dicho estado. Así que el objetivo es sacar un voto más que el otro aspirante en suficientes estados para sumar 270 delegados, nada más y nada menos.
¿Qué dicen las encuestas?
El escenario sigue siendo el mismo: un empate total y absoluto. Todos los estados clave están a menos de dos puntos de diferencia, y en todos te puedes encontrar varias encuestas que digan que uno u otro candidato está por delante. Nadie sabe nada.
De hecho, lo más espectacular es que los grandes modelos de encuestas han tendido al empate al final. Tanto Nate Silver como FiveThirtyEight han cerrado sus predicciones con un 50,1% de probabilidades de victoria para Harris frente a un 49,7% para Trump, y un 0,2% de probabilidades de un empate exacto a 269 delegados que tendría que romper el Congreso, aunque este escenario requeriría de unas carambolas loquísimas.
¿Qué significa un empate?
Cada candidato tiene prácticamente garantizada la victoria, salvo catástrofe absoluta, en suficientes estados para sumar unos 220 delegados. Así que quedan unos siete estados que suman 100 delegados que están en el aire y que cualquiera de los dos puede ganar. Lo que están empatadas son las encuestas de intención de voto en esos estados: Míchigan, Pensilvania, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Nevada y Arizona. Obviamente, alguien tiene que sacar un voto más que el otro en cada uno, y según cómo se repartan ganará uno u otro.
Pero recuperando un símil deportivo, esto es como un partido de baloncesto en el que los dos equipos están empatados, un rato se adelanta uno, a los 30 segundos se pone el otro por delante, y así llevan media hora. Y llegamos al último minuto, que son las votaciones de hoy, con los dos empatados a 220. Alguien tiene que acabar un punto por delante, pero no sabemos si se sabrá en el tiempo reglamentario, o si habrá que ir a la prórroga y estar contando hasta el último voto durante una semana entera, o si incluso cuando se enciendan las luces esta noche y se abran las urnas nos enteraremos de que uno de los dos equipos ha metido tres triples seguidos en ese último minuto y resulta que ha ganado todos los estados decisivos y se lleva las elecciones por paliza.
¿Qué significaría que las encuestas acierten?
Si esto es verdad, vamos a tener que esperar bastante para conocer al ganador. Sabemos que la misma noche electoral van a dar los resultados varios de esos estados: Michigan, Wisconsin y Georgia han cambiado las leyes tras el despropósito de 2020 y van a tenerlo todo contado a primerísima hora de la mañana en España. Si uno de los dos candidatos gana estos tres estados, pues ya estaría prácticamente hecho.
Luego, Pensilvania y Carolina del Norte van a contar la gran mayoría de votos esa noche: si uno de los dos está muy por delante, pues se podría saber ya para entonces. Pero si el margen está muy igualado, y hay que contar hasta el último voto, es probable que haya que esperar un día o dos: quizá la tarde del miércoles, quizá el jueves por la mañana...
Y finalmente están Nevada y Arizona, donde se permite mandar el voto por correo hasta hoy mismo, y entre que Correos recibe las miles de papeletas que se enviarán hoy, las lleva a los centros de votación y estos las procesan, no habrá resultados definitivos hasta el fin de semana, si las cosas salen bien, o hasta la semana que viene, si el empate se enquista. Si esos dos acaban siendo los que tengan que decantar la balanza, espero que nadie se quede despierto del tirón esperando a conocer los resultados.
¿Algún hecho destacado en las últimas horas?
Han hablado dos de los brujos que adivinan resultados, y sus predicciones son relativamente buenas para Harris, una en el norte y otro en el sur.
En el norte tenemos a Ann Selzer, la mejor encuestadora de todo EEUU, que lleva 14 años clavando los resultados de las elecciones en Iowa, un pequeño estado rural del centro del país que resulta ser muy importante porque es allí donde empiezan las primarias presidenciales, con los famosos caucus. Selzer, no sé cómo, sabe hacer encuestas perfectas en su parcelita y acaba clavando los resultados con menos de un punto de margen de error.
En 2016 y 2020, sus encuestas advirtiendo de que Trump iba a ganar en Iowa por 7-8 puntos fueron la mayor señal de alarma que indicaba que Hillary Clinton y Joe Biden no iban a ganar con la comodidad que se pensaba. Pero este sábado dijo que Harris iba a ganar Iowa por 3 puntos, lo que supondría un desplome gigantesco de Trump, de 11 puntos. Y Iowa siempre se mueve al mismo ritmo que Michigan y Wisconsin, dos de esos estados clave a los que está mirando todo el mundo. Si ambos también se giran a la izquierda, aunque sea solo la mitad o un tercio de lo que predice Selzer en Iowa, Trump lo tiene muy negro.
Lo mejor es que Iowa es uno de los estados que dará antes los resultados, por lo que tendremos una idea más o menos pronto de si se está cumpliendo esa predicción.
¿Cuál es la otra predicción?
La de Jon Ralston, el gurú que predice los resultados en Nevada, que también cree que Harris va a ganar en ese estado. Por los pelos, ojo, por solo tres décimas, así que aún puede pasar cualquier cosa. Pero tanto Selzer como Ralston tienen un historial de predicciones acertadas espectacular: no me gustaría ser el candidato que tiene que demostrar que se han equivocado por una vez.
Pero Trump ha batido las elecciones de las encuestas
Precisamente esa es la mayor esperanza de los republicanos. Tanto en 2016 como en 2020, las encuestas no fueron capaces de medir sus apoyos. No es tanto que hubiera voto oculto o de vergüenza, sino más bien que el tipo de votante entre el que arrasó Trump es imposible de encuestar, porque apenas cogen el teléfono. Y algunas encuestadoras contaban anécdotas de gente a la que llamaban, decía "¡Voy a votar a Trump!" y colgaban sin responder a nada más. A esa gente sí la están contando este año, pero es probable que haya un grupo de gente que aparece de la nada, vota solo a Trump para presidente y se va sin rellenar nada más de las dos páginas de elecciones distintas que hay en cada papeleta, y esa es la gran esperanza de los republicanos.
Y Harris, ¿en qué confía?
Las esperanzas de los demócratas tienen un perfil muy concreto: mujeres enfadadas por la sentencia del Supremo, que aprobaron los jueces nombrados por Trump, que les ha quitado el derecho al aborto. En las últimas semanas han hecho una campaña, con un anuncio protagonizado por Julia Roberts, nada menos, pidiendo a las mujeres que voten en secreto por Harris, y si tienen miedo de sus maridos, que les mientan, si hace falta. Los republicanos entraron en cólera, algunos más extremistas llegando a decir indignados que las mujeres deberían votar lo que les dicen sus maridos, y la idea parece haber calado hasta cierto punto. Según los sondeos, la división de voto entre hombres y mujeres va a ser extraordinariamente gigantesca.
Su otra carta son los votantes republicanos que votaron a Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, en las primarias. Haley sacó cuatro millones de votos de republicanos descontentos con Trump, y Harris ha hecho una campaña específica hacia los 'republicanos arrepentidos'. Y también hay una mínima señal de que puede haber servido de algo: los seis votos escrutados hasta ahora, del minúsculo pueblito de New Hampshire que históricamente vota primero en las elecciones, Dixville Notch, son los seis de gente que votó por Haley en las primarias, cuatro republicanos y dos independientes. Y Harris ha sacado tres votos de esos seis. Si la mitad de los que votaron a Haley en las primarias republicanas apoyan a Harris, sería un triunfo espectacular para la demócrata.
¿A qué hora ponemos el despertador para saber algo?
Pues sobre las 5 de la mañana, hora peninsular española, deberíamos tener ya los resultados de Iowa, casi todos los de Michigan, y gran parte de Carolina del Norte, Wisconsin y Pensilvania. Si algún candidato va claramente por delante en todos ellos, pues es posible que a esa hora los medios ya empiecen a plantearse declarar un ganador. Desde luego, las cadenas de televisión y muchos medios webs, como FiveThirtyEight, tienen a su equipo de frikis haciendo cálculos sobre los resultados parciales, y es posible que ya puedan pronosticar el resultado final a partir de los datos parciales para entonces.
¿Y si Trump pierde? ¿Habrá otro asalto al Capitolio?
No es una tontería, y tanto les preocupaba a los dos partidos que en 2022 cambiaron la ley electoral para cerrar muchas de las vías por las que Trump intentó disputar las pasadas elecciones. Ahora los estados tienen que certificar sus resultados a finales de mes, sí o sí, y los jueces tienen que resolver cualquier disputa antes del 16 de diciembre, para que el día 17 voten los delegados oficiales y punto, para evitar tretas como las de enviar votos de "delegados falsos" como hizo Trump. Y el Congreso no puede rechazar los votos de los delegados oficiales y certificados solo porque no le guste a quién hayan votado, como intentaron hacer los republicanos entonces. Y Washington entera va a estar tomada por la policía el 6 de enero, claro está.