Obstáculos que frenan la inversión

La Formación Bruta de Capital es el componente que mide el grado de inversión de las empresas. Pues bien, España es la única economía de entre las grandes del euro en la que sus compañías aún invierten en niveles similares al año previo a la irrupción del Covid. Así lo refleja Eurostat con los datos más actualizados de la variable, los del primer trimestre de 2025, frente a los propios a cierre de 2019. Es más, en aspectos concretos, como la inversión en material de transporte, la cifra es 12 puntos inferior a la de entonces. Un mal desempeño que es aún más preocupante ya que se produce en un periodo en el que el PIB ha avanzado casi 10 puntos. Detrás de la decepcionante evolución de la economía a la hora de recuperar el terreno perdido en materia de inversiones entran en juego factores externos, como el pasado ciclo de subidas de tipos o la incertidumbre comercial tras la llegada de Trump a la Casa Blanca. Pero también otros aspectos que son propios de nuestro país.

Uno de ellos es el retraso en la ejecución de los fondos Next Generation, cuyo objetivo es precisamente inyectar capital para impulsar la actividad y modernizar la economía. A la vista está que esta ayuda no está generando el clima inversor ni la transformación de la economía que se esperaba. Pero, además, la política económica y fiscal seguida por el Gobierno también ha retraído la capacidad de inversión de las compañías, ya que ha generado un incremento de costes y provocado inseguridad jurídica. Así ha ocurrido con las continuas subidas de impuestos y con iniciativas en el ámbito laboral, que han disparado los costes por trabajador para las empresas. Es por ello necesario un giro en la política económica e impositiva que elimine obstáculos y cree un contexto adecuado para elevar las necesarias inversiones.