Opinión

Sexo, pensiones y cifras de empleo

  • La última EPA está dopada y se salva solo por el empleo público que aumentó en 50.400 personas

José María Triper

Rayando ya el límite del cinismo y el descaro la última semana hemos asistido a lo que podría calificarse como versión adaptada de la película dirigida por Steven Soderbergh con sexo, mentiras y a falta de cintas de video, una dosis más de cifras de empleo que son otra forma más de falseamiento de la realidad.

Sexo, mas o menos virtual en la reconciliación interesada entre Pedro Sánchez y el fugado Puigdemont para aprobar un sucedáneo del decreto ómnibus. Arreglo eventual con bajada de pantalones incluida que pagaremos todos en forma de independencia fiscal de Cataluña, condonación de deuda, cesión de las fronteras, privilegios y más desigualdad entre los territorios y los ciudadanos españoles.

Mentiras porque digan lo que digan quienes han claudicado, se ha rendido y ha tenido que trocear el relato han sido Pedro Sánchez y el Gobierno, tal y como pedía el Partido Popular, que siempre anunció su voto afirmativo a las pensiones, al transporte y a las ayudas a la DANA. El PP no se ha movido. Quien se ha movido, o mejor dicho le han movido desde Waterloo, es Sánchez. Otra cosa es que los populares sepan transmitirlo y rentabilizarlo, que conociendo los precedentes y al equipo de estrategia y comunicación de Génova provoca dudas más que razonables.

Mienten también desde el Gobierno y su "Brunete mediática" al responsabilizar a la oposición mayoritaria de no querer pactar. Es Sánchez quien han preferido negociar y humillarse ante Junts y Puigdemont, sometiéndose a un chantaje más, antes que llegar a un acuerdo gratis con los populares. Porque Puigdemont si lo tiene claro y no cambia de opinión. Necesita a Sánchez en coma pero no muerto para socavar los cimientos del Estado y desmoronar España, que es su único objetivo.

Sabe que cuanto más dure Sánchez más daño hace a España y sabe también que ni España ni el PSOE importan nada a Sánchez. Su ideología, sus principios, su vocación y su único interés es exclusivamente él y a cualquier precio. Por eso utiliza sin escrúpulo a sus ministros, a sus colaboradores y al Fiscal General del Estado como kleenex de usar y tirar y de ahí sus amenazas y su inquina al Poder Judicial, a los empresarios y a los medios de comunicación independientes.

Y para completar el sainete de las mentiras, o las falsas verdades, que tanto monta, el Gobierno nos aderezó el fin de fiesta con la Encuesta de Población Activa (EPA) del pasado año. Una EPA dopada que se salva única y exclusivamente por el empleo público que aumentó en 50.400, hasta 3.591.200 personas, mientras que el empleo privado cayó en 15.600 trabajadores durante el último trimestre.

Añadir a esto que, como destacan desde el Gabinete de Estudios de USO, el empleo a tiempo completo disminuyó en 230.200 personas, al tiempo que el empleo de tiempo parcial subió en 265.000. Mientras que por su parte, el número de asalariados decreció en 75.800 trabajadores y el número de trabajadores por cuenta propia se incrementó en 107.900 personas.

Cierto que el número de parados bajó este trimestre en 158.600 personas, hasta 2.595.500, pero como venimos repitiendo en esta cifra no se contabilizan los desempleados con relación laboral, es decir los fijos discontinuos inactivos y los afectados por ERTES. que al finalizar diciembre de 2024 alcanzaron los cifra de 831.865. Es decir que no se están considerando parados a aquellos que tienen la consideración de inactivos, que si se realiza una desagregación especial de esta categoría superan el millón de personas. Y lo peor es que, incluso utilizando las cifras oficiales como al pulpo de animal de compañía seguimos siendo lideres del paro de la UE, duplicando prácticamente la media de la Unión, y líderes también en paro juvenil.

Y mientras esto pasa los llamados sindicatos mayoritarios se dedican a trabajar como felpudos del gobierno y a manifestarse contra la oposición, algo que sólo pasa en las dictaduras, lo que les califica y les retrata. Una parodia de movilizaciones que al menos ha servido para conocer la credibilidad y la representatividad de CC OO y UGT. Menos de 500 personas en Madrid y 300 en Barcelona. En la próxima caben en un taxi.