Opinión

El cuento del paro y el peaje sindical

  • La caída de la contratación acumulada refleja una menor actividad

José María Triper

Por encima de la cocina habitual del Gobierno y más allá del tartufismo farandulero de Yolanda Díaz, la gran pregunta que subyace tras conocer los datos del paro registrado de noviembre es ¿cómo es posible que cuando se han destruido 30.051 puestos de trabajo el paro baje en 16.036 personas? Un milagro aparente que tiene una explicación sencilla: aquellos trabajadores abandonan la búsqueda de empleo en el SEPE dejan considerarse oficialmente parados, como tampoco se incluyen como desempleados a los fijos discontinuos inactivos. Es decir una ecuación cuya solución se resume en caída de la población activa y precariedad del mercado laboral.

Unos datos estos del paro en el peor mes de noviembre de los últimos diez años, exceptuado el período de pandemia, en los que el Gobierno oculta nada menos que 1,2 millones de desempleados reales que de computarse elevarían hasta casi 3,8 millones el total de parados registradas en el SEPE que no están ocupadas. Cifra esta que resulta de sumar a los 2.586.016 parados que reconoce el Ministerio los 610.000 fijos discontinuos que no están trabajando, otros 346.884 con disposición limitada, 190.545 que se incluyen bajo el epígrafe de "otros no ocupados" y los 11.449 afectados por ERTEs. Y aún así, contabilizando sólo los parados oficiales, seguimos siendo los líderes del desempleo de la UE, duplicando la media de parados de los 27 estados de la Unión.

Esta, y no la adulterada de los cocineros de Trabajo, es la radiografía real de un mercado laboral en enfriamiento, como demuestran también los datos de contratación, que en noviembre alcanzaron la cifra de 1.301.482 lo que supone un descenso de 54.811 contratos menos, el 4,04%, que en el mismo mes del año 2023. Mientras que la contratación acumulada en los once primeros meses de este año ha alcanzado una cifra de 14.237.398, lo que supone 90.654 contratos menos que en igual periodo del año anterior. Como afirman desde el Gabinete de Estudios de USO, "si la contratación es un indicador de la actividad del mercado laboral, no parece que esto este sucediendo". Al contrario lo que subyace detrás de estos datos es una caída de la actividad económica y falta de dinamismo del mercado laboral.

Falta de dinamismo que se acompaña de una alta rotación en el empleo como se constata al comprobar que habiéndose formalizado más de 1,3 millones de contratos el número de parados apenas baja en 16.000 personas. Circunstancia que desde USO explican, porque se están produciendo en la práctica más rescisiones de contratos que altas se producen.

Se frena, además, la contratación indefinida. Así, los 544.519 contratos de trabajo de carácter indefinido representan 41,84% del total con un descenso de 17.947 (-3,19%) sobre igual mes del año anterior. Y si vemos el acumulado de los once meses de este año se han realizado 6.044.968 contratos indefinidos con un descenso de 161.453 (-2,60%) sobre el mismo periodo de 2023. Con el añadido de que sólo el 42% de los contratos indefinidos realizados lo son a tiempo completo, con una caída del 1,77%.

Y en este contexto de precariedad laboral y en un país en con 12,7 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión, con datos del Consejo Económico y Social y una tasa de pobreza infantil del 33%, la más alta de la UE, el Gobierno se permite duplicar la subvención a los llamados sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT y autoriza un máximo histórico de 32 millones de euros como pago al servilismo político y a los servicios prestados, no a los trabajadores sino al sanchismo gobernante y asociados. Eso es lo que la ministra del ramo, Yoli la de los cohetes, considera "seguir mejorando nuestro país". Amén.