Opinión
Mercados financieros e inversión, oportunidad de futuro
- Nos hemos convertido en un socio fiable y consolidado dentro de la Unión Europea
- Es necesario hacer una reflexión sobre como estimular a los minoristas con herramientas
Pedro Casares Hontañón
Si algo ha cambiado en los últimos años con el Gobierno actual, es la posición predominante de nuestro país sobre el tablero europeo en la toma de decisiones, como la respuesta de política economía en forma de fondos europeos tras la pandemia, o la excepción ibérica y el tope al gas, pero también en el liderazgo de las propuestas para avanzar en una mayor integración europea para completar el mercado único, la unión bancaria, reforzar la autonomía digital y energética o impulsar la competitividad.
La propuesta anunciada por el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, para avanzar en una vía más rápida para la integración financiera, la unión del mercado de capitales que lleva bloqueada más de una década, a través de un mecanismo innovador que establezca pequeñas alianzas o coaliciones entre dos o tres países para avanzar, es una buena muestra de la fortaleza de España ante el resto de socios europeos, pero también de la ambición de nuestro país por cooperar y contribuir al fortalecimiento de la Unión Europea.
Es evidente que España puede realizar propuestas como esta para intentar poner fin a años de bloqueo y estancamiento en la armonización de los mercados de capitales y de crédito porque nos hemos consolidado como un socio europeo fiable, estable y creíble, ante el conjunto de países que conforman la Unión Europea. Y esto, no solo es producto de los buenos datos de crecimiento del PIB, de creación de empleo, del volumen de exportaciones, el consumo de los hogares o la reducción de la inflación, también lo es por la evolución de los mercados financieros.
Así, por ejemplo, en el mercado de renta variable, la capitalización de la bolsa, tal y como refleja el informe anual de la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) y ha presentado el presidente de la entidad, Rodrigo Buenaventura, en el Congreso de los Diputados, se incrementó en un 17 por ciento en 2023, hasta los 686.000 millones de euros con 128 sociedades cotizadas en el mercado regulado. La inversión colectiva, a su vez, aumento revalorizando las carteras de los casi 1.500 fondos de inversión inscritos.
Pero, si hay un dato destacable de ese balance de los mercados financieros al cierre de 2023 es la reactivación de las salidas a bolsa de cara a 2024, la mayor salida a Bolsa de Europa en el año que es una señal de fortaleza que genera confianza en el sector financiero y empresarial, de cara a las ventajas de cotizar y crecer con la palanca que supone el mercado de valores. Algo muy importante, dado el reducido número de empresas cotizadas o la menor contratación de renta variable española admitida a negociación el año pasado.
El año 2023 fue también un año positivo para la industria de la inversión colectiva, gracias al buen comportamiento de los mercados como a las entradas de nuevas inversiones. Así, el número de inversores partícipes en Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) se incrementó sustancialmente respecto a 2022.
Todos estos datos muestran la solidez de la inversión colectiva, la pérdida de profundidad del mercado secundario de renta variable y la reactivación de los mercados primarios de salidas a bolsa.
En este contexto, si es necesario hacer la reflexión sobre cómo lograr el objetivo de estimular la inversión a largo plazo por el inversor minorista a través de los instrumentos financieros. La CNMV es consciente de que ello conlleva un cambio cultural en la forma de entender la inversión en los mercados financieros. Y, en esa misma línea avanza el Informe Draghi, que señala que los europeos y los españoles invertimos nuestro ahorro de una forma mejorable, prevaleciendo los depósitos bancarios a la inversión financiera a medio y largo plazo.
Las ideas presentadas en el Congreso de los Diputados por el presidente de la CNMV dibujan un escenario con algunas propuestas como incentivos fiscales estables a la inversión personal en instrumentos financieros similares a otros países europeos, para generar mayor certidumbre y confianza en el inversor minorista.
También, propone un marco favorable para las inversiones en fondos de pensiones para invertir en activos a largo plazo, y en potenciar la cultura financiera de forma más eficiente y efectiva de lo que se ha hecho hasta ahora, para poder cambiar la percepción ciudadana sobre la seguridad de estos instrumentos financieros.
La realidad económica es cambiante y hoy ya no solo hay letras del Tesoro o inversiones en activos financieros en Bolsa, en forma de acciones o bonos, sino también el inversor minorista puede apostar por otras fórmulas como los criptoactivos, lo que demuestra que el mercado financiero va dos pasos por delante de la capacidad de propiciar ese marco de cultura financiera necesario o instrumentos normativos de protección a los inversores. Lo que incrementa la necesidad de invertir recursos en generar la confianza y seguridad necesarias en muchos ciudadanos a la hora de hacer uso e inversión de sus ahorros.
Tras la crisis financiera, la apuesta por la inversión financiera es una de las grandes transformaciones de la economía europea y española, y también esas inversiones financieras de deuda o capital de los fondos de inversión es un buen agente económico para que el Estado pueda financiar gastos o inversiones comprometidas, así que tienen un doble impacto positivo porque mejoran e incrementan la capacidad de ahorro del inversor minorista y contribuyen al progreso de nuestro país.