El sector energético sorprenderá a los más pesimistas e impulsará el IBEX
- La energía en España está sobrepasando de manera general al resto de mercados
- Ante la subida de precios, estas empresas elevaron su producción para obtener beneficios
Ken Fisher
No se deje engañar por el titubeante avance de la bolsa española. Tal y como pronostiqué, el mercado alcista internacional avanza con fuerza en 2024 y el año se presenta entre bueno y excelente para los mercados, con un marcado liderazgo de las acciones tecnológicas en todo el mundo. No obstante, si bien los valores energéticos aún no han despegado, no tardarán en hacerlo. De hecho, el cambio de rumbo del sector, pasando de estar rezagado a nivel mundial a convertirse en líder, seguramente sea una de las principales sorpresas positivas a medida que avance el año. Veamos por qué.
En la actualidad, el sector energético español está superando a los mercados generales gracias a la solidez de las exportaciones de energías renovables, las cuales están impulsando los beneficios. Esto es una anomalía en el escenario mundial, ya que es una tendencia totalmente novedosa del sector en todo el mundo. Aún más si consideramos que en 2023 los valores del sector energético decepcionaron a sus muchos defensores, tanto en España como en el resto del mundo. El sector energético español se desplomó un 4,8?%, frente a la revalorización del 28,3?% del conjunto de la bolsa y, a escala mundial, la caída del 0,9?% contrastó con el alza general del 19,6?%. Pocos esperaban que el sector energético evolucionara de esta manera después de su excelente desempeño en 2022 a raíz del alza de los precios del petróleo tras la invasión rusa de Ucrania. Debido a estos acontecimientos, muchos anticiparon que el desabastecimiento se prolongaría y además se vería agravado por los recortes de la oferta de la OPEP+.
Pese a todo, a principios de 2023, la cotización del crudo ya había perdido, sin llamar demasiado la atención, más de un tercio de su valor desde el máximo de marzo de 2022. El volumen de la producción mundial de petróleo disipó el miedo a la escasez, y países como Noruega, Guyana y Estados Unidos demostraron que aún les quedaba margen para seguir aumentándolo. De hecho,?Estados Unidos superó sus máximos históricos. Por lo tanto, la elevada y creciente producción mundial limitó la franja de precios del petróleo a entre 70 y 95 USD por barril, lo cual hizo mella en las compañías energéticas, cuyos beneficios dependen fundamentalmente de las fluctuaciones de los precios del crudo.
Hoy todo el mundo da por hecho que esto volverá a suceder en 2024. En efecto, según los flujos de los fondos de inversión, las encuestas a gestores de patrimonio y las valoraciones de las acciones, los inversores están reduciendo sus participaciones en el sector energético. No obstante, este pesimismo infravalora los indicadores fundamentales, que apuntan a un alza de la cotización del petróleo a finales de año que impulsaría los beneficios de las acciones energéticas en todo el mundo y las haría escalar el muro de las preocupaciones.
¿En qué se basa esta previsión? Ciertamente, no en los recortes de producción de la OPEP+ ya que, al estar descontados en los precios del crudo y en las cotizaciones de los valores energéticos hace mucho, tienen un mero valor simbólico. Lo mismo vale para los nuevos cambios introducidos por la Administración de Biden, según los cuales se suspende la concesión de permisos para las nuevas terminales de gas natural licuado, que no evitará que las ya autorizadas y en construcción sigan abasteciendo al mundo. Tanto es así que en el país se espera que las exportaciones de esta fuente de energía se dupliquen en esta década.
Mi previsión se basa sencillamente en los incentivos y el comportamiento habitual del mercado. Ante el aumento de los precios, las empresas energéticas elevaron la producción para aprovecharlo. En la actualidad, los productores estadounidenses están ultimando la puesta a punto de los pozos con más rapidez de la que perforan nuevas explotaciones, y con ello se reduce el número de pozos perforados pero no completados. Con una disminución interanual del 17,9?% de los pozos listos para explotación, las menores reservas menguan la capacidad para responder a la demanda con rapidez. Es decir, los proyectos más rentables ya se han completado.
Y los productores no los están sustituyendo por otros. Disuadidos por unos precios en su mayoría en el extremo inferior de su rango y por el incremento de los costes de financiación, los productores de petróleo han reducido sus inversiones. En la actualidad, el sector lleva años consolidándose y, tras las dificultades que las pequeñas compañías de perforación (que habían asumido demasiados riesgos) afrontaron para devolver sus deudas ante las bajadas de los precios, ahora está dominado por las empresas de grandes dimensiones. Estas tienen objetivos de producción más prudentes, como demuestra el hecho de que el número de plataformas petroleras haya disminuido de las 621 a principios de 2023 a las 506 en la actualidad. En la misma línea, los pozos perforados cayeron un 18,6?% interanual en enero. La producción va unos seis meses a la zaga de los pozos perforados, conque no tardará en ralentizarse de forma significativa. Esto debería contrarrestar los buenos datos de las energías renovables en España, cuya sostenibilidad en el tiempo no está asegurada dada su dependencia de la intensa lluvia y el viento observados recientemente.
Entretanto, son muchos los que subestiman la demanda mundial de petróleo y que, a la vez, sobrevaloran los focos de debilidad económica, como Alemania y Japón. Sin embargo, si a un crecimiento del conjunto de la eurozona superior al previsto se suman el sólido dato del PIB estadounidense y la estabilidad de la demanda en China, el mundo comprará más petróleo del que esperan los analistas actualmente.
Por lo tanto, el precio del petróleo debería subir. Seguramente no se pondrá por las nubes, pero se moverá en la parte superior de la franja de precios observada en 2023. No olvide que es el precio del crudo, y no el volumen de producción, lo que realmente impulsa los beneficios y la cotización de sus acciones. Este factor indica si las empresas recuperarán los elevados gastos de perforación y exploración, y en qué momento lo lograrán. Los mayores precios del petróleo, junto con la racionalización de los costes, debería propiciar el auge de los beneficios en el sector.
El IBEX 35 saldría reforzado de esta situación, sobre todo porque el encarecimiento del petróleo hace más competitiva la generación de energías renovables. Dicho esto, ¿quiénes serán los principales beneficiados? Las gigantes petroleras de Estados Unidos y el Reino Unido. Dados sus robustos balances, los bajos costes con que producen y sus modelos de negocio integrados, pueden sacar más partido del alza de los precios si estos no se disparan. Así pues, diversifique su cartera a escala internacional y aproveche el mercado alcista mientras el sector energético sigue subiendo a medida que avanza el 2024.