'Financial Times', la profecía del apocalipsis
- La España del periódico inglés es más real que la ficción que contó Sánchez en Davos
José María Triper
No sabemos si el Financial Times también forma parte de esas terminales mediáticas de los intereses de la derecha política que buscan a través de la "manipulación, la mentira y la maldad" desprestigiar las acciones del Gobierno, que es como Pedro Sánchez ha calificado a los periodistas independientes y a los medios de comunicación que no le rinden pleitesía, al más puro estilo del franquismo. Pero lo cierto es que este prestigioso periódico británico que tiene un promedio de 2,2 millones de lectores en el mundo y es referente para empresarios, inversores y tomadores de decisiones en las instituciones financieras más grandes del planeta, acaba de alertar sobre una fuga de inversiones en España como consecuencia de la amnistía que el presidente del Gobierno ha pactado con el delincuente fugado de la Justicia, Carles Puigdemont, para seguir en La Moncloa.
"La inseguridad jurídica tiene un alto precio a nivel económico. La incertidumbre que ha generado la Ley de Amnistía que pretende aprobar el Gobierno de Pedro Sánchez para hacer borrón y cuenta nueva a los condenados por el procés se está traduciendo en un menor volumen de inversión en España, tanto de los empresarios españoles como de los extranjeros", afirma el Financial Times, en un reciente artículo en el que destaca la fuga de capitales como la principal consecuencia del grave deterioro institucional que se está produciendo hoy en España.
Y lo hace precisamente, coincidiendo con la intervención de Pedro Sánchez en el Foro Económico Mundial de Davos, en la que intentó convencer a directivos de importantes multinacionales de que España es un lugar idóneo para la inversión, destacando también el diario británico el rechazo prácticamente total de los empresarios españoles a los pactos entre el PSOE y Junts.
Pero no sólo es Financial Times quien denuncia la incertidumbre política, la inseguridad jurídica, el asalto a las instituciones y el deterioro de las libertades en la España de Sánchez. Los hechos y los números también ponen en evidencia, al presidente del Gobierno. Porque con datos de los nuevos primeros meses de 2023 la inversión extranjera en nuestro país ha caído un 23,3%, el peor dato desde 2013.
Pero además, hay que recordar que los resultados de la encuesta realizada por Bank of América entre grandes inversores, que evalúa las opiniones de 265 gestores de activos a nivel mundial, revela que tras la aprobación del Proyecto de Ley de Amnistía y los pactos con Sumar para asegurar la investidura de Pedro Sánchez y la formación del Gobierno, España ha pasado a ser la última elección entre los mercados de renta variable favoritos para invertir en los próximos doce meses.
Un país donde han cerrado 51.000 empresas desde que gobierna Sánchez, en el que las empresas españolas han sufrido un aumento de la fiscalidad del 50%, con impuestos arbitrarios como los de la banca o las eléctricas, donde los acuerdos con el PNV para dar prioridad a los convenios autonómicos sobre los estatales suponen un atentado contra la unidad de mercado y donde la productividad de nuestra economía está a la cola de los países de la OCDE con una caída del 7,3% en los últimos veinte años frente al alza del 11,8% en Alemania y el 8,9% del Reino Unido.
Un país con un Gobierno que desprecia el diálogo social, que amenaza a las empresas, que lidera el paro de la Unión Europea y también el absentismo laboral con 1,3 millones de horas diarias perdidas, con un presidente que desde que Gobierno ha llevado a España de ser la octava potencia económica mundial a la decimoquinta y a punto de ser sobrepasado por Indonesia, donde en la última encuesta del Banco de España seis de cada diez empresas españolas denuncian que la incertidumbre sobre la política española está afectando negativamente a su actividad y donde no se respeta la libertad de empresa, como muestran las propuestas de represalias a las más de 8.000 empresas que se fueron de Cataluña a causa del procés.
Esta, aunque nos pese, es la auténtica España hoy y no la ficción que intentó vender en Davos Sánchez, y lo peor es que los inversores lo saben, como conocen también el nulo valor de la palabra de nuestro jefe del Gobierno.