Opinión
Alza de costes para las empresas
- La subida del SMI y de las cotizaciones sociales por las pensiones reduce la capacidad de las empresas para crear empleo
elEconomista.es
El Gobierno cerró un nuevo incremento del Salario Mínimo (SMI) del 5%, hasta 1.134 euros mensuales o 15.876 euros al año. Un alza que supone la cuarta consecutiva que se realiza sin acuerdo con la patronal y que llega tras un aumento de esta retribución de más del 60% desde 2018. Este desmedido incremento hace que el SMI supere ya el 60% del salario medio en 13 CCAA y tenga consecuencias negativas para el mercado de trabajo. Para empezar, dificulta el acceso a jóvenes, mujeres y extranjeros. Pero además, un mayor SMI eleva los costes laborales y reduce la capacidad de las empresas de crear empleo. En concreto y según una fórmula del Banco de España este último aumento de la retribución borrará unos 37.000 puestos de trabajo en los colectivos más vulnerables.
Pero el impacto negativo del SMI no se ciñe solo a los desempleados, las empresas también lo padecen en gran medida, ya que incrementan los costes que pagan por trabajador. En concreto, este último aumento del SMI implica un alza en cotizaciones a cargo de la empresa de hasta 1.200 euros por empleado. Un aumento que por si fuera poco llega en muy mal momento, ya que coincide con el que los negocios deben afrontar por el incremento de las cotizaciones sociales tras la reforma de pensiones. Las empresas, por tanto, se enfrentan a una situación compleja en un año en el que la ralentización de la economía ya supone un gran reto. En este contexto, el doble castigo castigo que supone el SMI y las cotizaciones no solo reducirá la capacidad de los negocios para crear empleo. También golpea su productividad y competitividad, variables en las que España está a la cola de la UE y de la OCDE y que impide a las empresas crecer y generar empleos de mayor calidad.