Opinión

Los bancos centrales, sin sorpresas

  • Terminaremos el año con unos tipos de interés más altos al final del año de los que tendremos en breve

Miguel Ángel Bernal

Las tardes del miércoles y jueves estaban marcadas en todos los calendarios de aquellos interesados en la economía y especialmente en la política monetaria.  Las expectativas eran que la FED dejase los tipos de interés del dólar sin tocar, entre el 5,00 – 5,25%, pausando por tanto la elevación realizada de los mismos; insisto lo esperado aún con alguna duda.  Posteriormente el BCE, sin salirse tampoco del guion, subía los tipos de interés un cuarto de punto hasta el nivel del 4%, continúa subiendo el precio de pedir euros a un ritmo inferior. Vamos primero a ver la situación de la economía americana y posteriormente la del área euro para intentar comprender y ver cual puede ser el escenario futuro.

EEUU tiene una posición un tanto incómoda para tomar una decisión clara y frenar definitivamente la subida de tipos. La elevación de los precios de productos y servicios en aquel país es más baja que la del área euro, donde aún presenta niveles muy altos frente al objetivo del 2%.  Sin embargo, si analizamos su desglose, vemos que siguen siendo persistentes en el sector servicios y en algún otro sector, por tanto los denominados efectos de segunda ronda están allí presentes; de hecho la atemperación de los precios es fruto de la contribución negativa del precio de la energía.  Lo prudente es por tanto mantener la presencia hacia un sesgo de ortodoxia, hawhkish, tal y como la ha hecho. 

Esta perspectiva de esperar se refuerza en estos momentos con la situación de su PIB y especialmente en los indicadores adelantados.  El crecimiento económico ha perdido impulso y registra tasas de variación bajas, por otra parte las perspectivas futuras no son halagüeñas.  Los indicadores adelantados que tenemos en este momento, como el PM, se mantiene por debajo del nivel 50, avalando un mayor freno al ritmo de crecimiento de la actividad. Aun así, los niveles de desempleo son en este momento bajos, sin mostrar síntomas de contracción y las empresas continúan incrementando sus beneficios.  Por tanto no parece existir una fotografía clara para aseverar que la recesión en el país del presidente Biden va a ser una realidad.  Estos datos refuerzan el esperar y actuar de la FED.

Mi visión es, con todo, que la FED sigue teniendo un sesgo hawkish.  Estas posibles nuevas subidas de tipos se producirán después de las vacaciones, entre octubre y diciembre.  El precio del dólar, tipo de interés, podría ser -a finales de año- un cuarto o medio punto superior.  Rompería este escenario un debilitamiento del mercado laboral, mayor fortaleza de las perspectivas de empeoramiento de los niveles de actividad y una inflación algo mas baja de la actual.

En Europa el BCE lo tenía más fácil de cara a impulsar la subida llevada a cabo.  Aquí el nivel de inflación es de un 6,1%, más baja que lo visto en meses anteriores pero muy incómoda para una banco central, más si el Bundesbank tiene un peso más que destacable.

Su problema, es la situación de la producción donde sí vemos una recesión, técnica, pero recesión al fin y al cabo en muchos países y especialmente en Alemania.  El punto común son los mercados laborales de los países integrantes del área, al igual que en el americano, el bloque euro tiene buena salud laboral.  El desempleo continúa siendo bajo, hay carencia de mano de obra en sectores muy básicos como el transporte y muy punteros como el tecnológico.  Como bien reconoce la Sra. Lagarde, la presión sobre los salarios sigue siendo importante, más aún que en el país de la primera economía mundial, la rigidez de los mercados laborales en nuestro continente es mayor a la de América. 

Mi visión, aquí, es un nuevo aumento de tipos para la próxima reunión de, nuevamente, un cuarto de punto.  Posteriormente lo lógico, si no se ve forzado a continuar con el proceso de escalada, es el de abrir un periodo de ver y analizar los datos que van llegando, lo mismo que ahora está haciendo la FED.  

También mantengo mi visión que terminaremos el año con unos tipos de interés más altos al final del año de los que tendremos en breve.  La razón que me lleva a confeccionar esta previsión no es otra que la economía en Europa sigue teniendo unas presiones de precios, por segunda vuelta, destacable.  

La clave en esta ocasión es ver si el mercado laboral continúa presionando sobre la elevación del precio de bienes y servicios.  Si tengo que poner un nivel me atrevo a decir que, en mi previsión más probable, es terminar el año en un 4,75%, con posibilidad de ver una 5,0%.

Frente a aquellos que piensan que los bancos centrales, la FED en primer lugar, ha terminado creo que no es así.  Los movimiento seguirán siendo hawkish, más moderado que hace un año pero alcista de tipos de interés.  Los banco centrales conocen de primera mano que la inflación es un asunto de máxima importancia para la economía y los ciudadanos que la integran. Ciertamente no pueden perder la vista al crecimiento y el empleo, pero su desempeño es controlar la inflación y ayudar a que los ciclos económicos sean más suaves y se crezca con pilares sólidos y saneados.