El alto IPC pone al límite al BCE
elEconomista.es
Lejos de frenarse, la inflación sigue marcando récords en la eurozona. En concreto, el IPC interanual se situó en agosto en el 9,1%, dos décimas por encima de la lectura de julio.
Se trata de una tasa no vista desde agosto de 1982, hace justo 40 años. Como viene ocurriendo desde el inicio de la invasión de Ucrania, la mayor fuerza que actúa en los precios proviene de la energía (alza del 38,3%) y de los alimentos (10,6%). No obstante, el incremento de tres décimas de la inflación subyacente (que no tiene en cuenta las anteriores variables), hasta el histórico 4,3% también deja patente que el problema del IPC en Europa está muy lejos de solucionarse. De hecho, se agravará con los recortes de suministro de gas ruso que Moscú está ya aplicando. En este contexto, el incremento de 50 puntos básicos en los tipos de interés realizado en julio por el Banco Central Europeo se antoja insuficiente. No en vano, el dato del IPC de agosto añade presión al eurobanco y da más razones todavía para que los halcones se impongan y logren que la entidad comunitaria apruebe un mayor endurecimiento de su política monetaria. De hecho, los mercados ya prevén un incremento de 75 puntos en septiembre y otra subida de 50 puntos en octubre en la eurozona.
Urge un mayor endurecimiento de la hoja de ruta del eurobanco para hacer frente a una inflación en niveles récord
Esta mayor ambición en la hoja de ruta del BCE es necesaria para luchar contra los desbocados precios. Pero también supone una dificultad añadida para la economía y para las empresas europeas, ya que encarece su financiación. Un problema que el propio Ibex 35 ya refleja con notoria claridad al sufrir su peor racha de su historia (11 sesiones consecutivas cerrando en rojo) ante el temor a que las alzas de tipos acerquen la tan temida recesión a Europa.