Opinión

Tristes beneficios bancarios


    Miguel Ángel Bernal Alonso

    No hay más que mirar las cuentas de resultados de nuestros bancos para darnos cuenta de que en Europa estamos inmersos en una tristeza económica supina. También, cómo no, en la enorme inestabilidad e incertidumbre política que nos rodea por todas partes, gracias en buena medida a unos populismos desmedidos, además de grandes errores políticos como la última moda de los referendos. Por supuesto, aderecemos todo ello con el impacto que en la cuenta de resultados de algunos bancos están teniendo los escándalos bancarios.

    Dije tristeza económica europea y así es. Si analizamos las cuentas de resultados de nuestros bancos, en casi todos y salvo honrosa excepción, vemos una caída de sus márgenes. Son varios los factores que explican esta caída, más allá evidentemente de unos tipos a niveles cero. En primer lugar, se constata viendo la evolución de la cartera crediticia y la caída del saldo vivo de préstamos cómo la economía española y la Europea continúa en su proceso de desapalancamiento de los niveles de endeudamiento privado. Es malo, y así lo constatamos, que disminuya su negocio; el negocio de los bancos es dar préstamos; cuando el volumen de préstamos en vigor de una entidad cae, el problema está servido.

    Por supuesto que la caída de tipos les afecta, pero aún siendo importante es al menos matizable. Hoy la banca anda prestando a pymes y familias, en préstamos no hipotecarios, por encima del cinco o seis por ciento, como mínimo. Por supuesto habría que incorporar los gastos que genera para el prestatario, que son ingresos para el banco, como la mayor parte sabe, que van incluidos al calcular la Tasa Anual Equivalente o TAE. Por tanto y salvo el préstamo hipotecario, el cual está bastante restringido, los diferenciales que se pueden apreciar, euribor en negativo frente a tipos por encima del cinco por ciento, no es un margen tan reducido.

    Por cierto que si tenemos tipos tan bajos o negativos, es a causa de la atonía económica. La razón para estos tipos es el bajo crecimiento y, hasta hace poco, la ausencia de tensiones en el precios de bienes y servicios de consumo; tal y como de forma reiterada nos viene diciendo el BCE. Esta situación no solo lleva aparejada unos tipos muy bajos, sino además las compras de renta fija de nuestro banco central. Compras que han elevado el precio de los activos financieros, esos activos que los bancos antes tenían y que han ido vendiendo al banco central. Pero esa bicoca antes o después se acaba, de ahí la caída también de ingresos por operaciones financieras. Una vez más es necesario traer a colación el discurso de Draghi. El gobernador ha esgrimido siempre un cierto enfado, cuando se le ha acusado de deprimir las cuentas de resultados de los bancos. Él mismo con diferentes palabras y frases ha puesto el dedo en la llaga: el problema de los bancos es su modelo de negocio en este momento. Para algún banco siempre será bueno tener unos tipos a cero y poder echarles la culpa; vamos, como en una casa tener gato para que todo lo que se rompa lo haga el animalito.

    Como he venido comentando, el efecto es la caída en márgenes, en operaciones financieras, algo que impacta en el beneficio doméstico de nuestros bancos. Aunque claro, ante esta caída podríamos pensar que la diversificación en mercado ajenos al euro podría remediar la situación. Sin embargo, el problema está en los populismos y los tremendos errores cometidos por políticos que se han lanzado al abrazo de referendos y han encontrado bofetadas en lugar de abrazos. El impacto de Reino Unido se deja notar en el Santander. La situación de México, con Trump, en BBVA. A BBVA esta vez Turquía no le afecta, pero es que el agujero causado en el pasado ejercicio fue tremendo.

    Si todo lo aquí descrito ha sido tónica general en 2015 y 2016, para este 2017 me temo que será igual. Eso sí, las provisiones, tal y como ha pasado en este año seguirán contribuyendo. En pocas palabras, en 2017 más de lo mismo, aunque se detendrán las dotaciones de provisiones; por tanto, más beneficio pero con menos negocio. Pero estas son las tónicas generales, la de aquellos banco que dotaron las provisiones sobre inmobiliario; las que reconocieron que la situación inmobiliaria desde hace tiempo era insostenible, que su recuperación era muy difícil, que había habido excesiva. La excepción fue Popular; hoy su presidente saliente, Ángel Ron, pone blanco sobre negro. Pérdidas históricas, casi 3.500 millones, que dejan al Banco al borde de un situación difícil. Parece que quieren negar la ampliación. Sin embargo son muchos, yo mismo, los que pensamos que o el banco emprende un aumento de capital de unos 3.000 millones o tendrá que ser fusionado o absorbido por otra entidad. Dicen que la mayor culpa es no reconocer los errores y parece que estamos ante este caso.

    Para el próximo año el panorama bancario es triste. Cierto que el comportamiento en bolsa, después de los años que llevamos será diferente, pero el negocio bancario y no la cotización sigue siendo tremendamente complicado. Ante la complicación, rumores, fusiones y otros movimientos.