¿Y el déficit en la 'happy hour'?
- El Gobierno no ha aprovechado la coyuntura para reducir déficit
Francisco de la Torre Díaz
Durante los últimos meses la economía española se ha beneficiado de cuatro poderosos vientos de cola que la han impulsado hacia el crecimiento: los bajos precios del petróleo, la devaluación del euro, los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo y el moderado crecimiento de la economía internacional. Más recientemente, la crisis financiera en China y Brasil está amenazando el crecimiento económico internacional, con lo que las previsiones de beneficios de las empresas, reflejadas en su cotización bursátil, se están recortando sensiblemente. La happy hour del bar de la economía internacional parece a punto de terminar.
Ante este nuevo escenario, los servicios de estudio del BBVA y Funcas creen que no se cumplirá el objetivo de déficit. España se había comprometido a reducir el déficit público del 5,8% de 2014 a un 4,4% en 2015. Reducir el desfase entre ingresos y gastos en unos 15.000 millones de euros es un esfuerzo importante. Sin embargo, tenemos una deuda pública cercana al 100 por cien del PIB y que sigue aumentando. En estas condiciones, y con un entorno económico internacional tan favorable, que además ha reducido sensiblemente el gasto derivado de pagar intereses, nadie entiende que el déficit no se reduzca sensiblemente: si no lo hacemos ahora, entonces, ¿cuándo?
La respuesta es, evidentemente, cuando no haya elecciones. Por esa razón, el proyecto de presupuestos del PP, su "programa electoral", está completamente fuera de la realidad, y será enmendado gane quien gane las elecciones generales de diciembre de este año. De esto hablaremos otro día. Hoy lo que vemos es que, en primer lugar, la desviación de la previsión de ingresos por cotizaciones va a ser muy considerable. En el año 2014, recaudamos por cotizaciones 97.736 millones de euros. En los siete primeros meses estos ingresos están creciendo al 1,23%. Además, los datos de caída de afiliación, de destrucción de empleo, en agosto han sido muy malos. Sin tener en cuenta lo ocurrido al final del verano, a este ritmo no llegaremos a recaudar 100.000 millones en cuotas de seguridad social, cuando se habían previsto 109.133 millones en este 2015. Sólo esta desviación pueden ser 8 o 9 décimas más de déficit en 2015. Las cuentas de la Seguridad Social son, a día de hoy, la razón principal por la que incumpliremos el objetivo de déficit.
Por otra parte, prácticamente todas las CCAA han incrementado su gasto en este 2015, probablemente debido a los procesos electorales de este 2015. Por esas mismas razones hay que esperar que las entidades locales tengan menos superávit que en 2014. Por último, aunque la recaudación de impuestos estatales ha ido razonablemente bien, sigue estando por debajo de lo presupuestado para este año. De hecho, en los presupuestos de 2016 ya está previsto que recaudemos menos de lo previsto en 2015 por todos los conceptos. Hasta aquí estaba claro para cualquiera que quisiese ver que no íbamos a cumplir con el objetivo de déficit, incluso con todos los vientos internacionales a favor. Ahora que se está acabando la happy hour, y que desgraciadamente, ya no todos los factores externos son favorables, es probable que el incumplimiento sea mayor.
Más allá de la coyuntura, hay que reconocer que tenemos graves problemas estructurales en la economía española, que son los que originan los continuos y sistemáticos incumplimientos de los objetivos de déficit público. Estos problemas se refieren a elevado paro, combinado con la escasa calidad del empleo creado, lo que lastra la recaudación de la Seguridad Social incluso cuando las cosas van muy bien. En segundo lugar, somos incapaces de convertir el crecimiento de la economía en un crecimiento sostenido de las bases imponibles. Éste es el resultado de un defectuoso sistema fiscal y de unos niveles de fraude superiores a los de países a los que nos gustaría parecernos.
Frente a estos graves problemas estructurales, el Gobierno no ha aprovechado la coyuntura favorable, nuestra happy hour, para realizar ningún tipo de reformas que permitiese crear más y mejor empleo, recaudar más o recortar el gasto superfluo y las duplicidades. Estas propuestas tampoco las vemos en otros partidos. Ante esto, Ciudadanos propone el contrato único para disminuir la temporalidad y mejorar la calidad del empleo, el complemento salarial garantizado, una reforma fiscal en profundidad, y recortar el gasto superfluo y eliminar administraciones inútiles como las diputaciones.
Señalaba Albert Einstein que no se pueden esperar distintos resultados si siempre hacemos las mismas cosas. Así, la falta de reformas y de disciplina presupuestaria nos ha llevado a incumplir los compromisos de déficit, lo que ha conducido a los recortes en Sanidad y Educación y a las subidas masivas de impuestos: Después de la borrachera en la happy hour llega la resaca? ¿Hay que seguir haciendo lo mismo o hay que optar por un cambio sensato?