Tecnología y ciencia contra la moralina
Joaquín Leguina
El filósofo francés Gilles Lipovetsky ha pasado por Madrid y Valladolid para participar en el Foro de la Cultura. Es autor de ensayos como Gustar y emocionar, La estetización del mundo o La era del vacío.
En cuanto al futuro tras la pandemia, el filósofo declaró a Paula Corroto lo siguiente:
"En cuanto se vayan todas las restricciones vamos a volver a ver todo repleto de gente, California, Las Vegas, los bares, los restaurantes porque la gente quiere salir. Es posible que cambie la frecuencia con la que la gente va a las salas de cine por culpa de Netflix. Por tanto, eso de pensar que el consumo va a tener menos prevalencia en la vida de la gente, no es así. Y se debe a tres razones. La primera es que el gusto por consumir ya no es un efecto de la publicidad y el márketing. La gente ya no ve un anuncio y compra. La pasión por consumir se fundamenta sobre todo en la Edad Moderna, es decir, en una sociedad que se secularizó. […] El consumo cumple una función muy importante en la vida cotidiana y es que nos consuela. Antes, cuando uno tenía problemas con su amante, con su chica… te ibas a la Iglesia a rezar. Ahora no, ahora te vas al psicoanalista, te vas de viaje o al peluquero. El consumo tiene una función terapéutica, es una forma de que se te bajen las frustraciones. Te da un ratito de felicidad".
Lipovetsky sostiene que existe una ecología punitiva que, según él, no puede triunfar. Lo que de verdad se necesita son nuevas fuentes de energía y que los Estados inviertan en eso, aun cuando hay muchos impedimentos. Sostiene el pensador que hay líderes de la ecología que tienen unas decenas de coches en casa. "Como decía Spinoza, hay que coger a los hombres tal y como son y no como los soñamos. Así que lo que pienso es que lo mejor es darle a la gente una nueva oferta que les permita ir hacia una mejor calidad de vida. Yo no estoy a favor de un consumo menor, sino que estoy a favor de consumir mejor. Pero para esto tiene que ser accesible y ahora mismo los productos ecológicos son tres veces más caros y la gente no puede comprarlos. Claro, mucho "hay que, hay que…", pero es que ahora consumir menos es más caro".
Y añade una verdad como la copa de un pino: Si la técnica es lo que ha traído el calentamiento global, será la técnica (y la ciencia) la que pueda revertir el proceso. Es la inteligencia lo que puede resolver el problema y no la moral. Se me ocurre al hilo de lo dicho por Lipovetsky una línea de investigación: ¿Cómo eliminar de la atmósfera los gases de efecto invernadero? Si una investigación resolviera esa incógnita dejaría a los ecologistas radicales con el culo al aire. ¿Por qué no han vuelto a hablar del agujero de la capa de ozono? Precisamente por eso, porque la tecnología eliminó el problema.
En otras palabras, en lugar de inventar coches eléctricos –carísimos e ineficaces- quizá se pueda eliminar la contaminación una vez que ésta está en el aire.