Opinión

Daño al consumo y la recuperación

    La política de subidas de impuestos de la ministra María Jesús Montero pone en jaque la recuperación

    elEconomista.es

    Los principales bancos centrales y otras autoridades aún insisten en que el repunte que la inflación muestra, a escala global, será pasajero. Con todo, resulta ya imposible restar importancia a los efectos en hogares y empresas de unas alzas de precios impulsadas por un producto al que no pueden renunciar: la energía.

     El perjuicio que sufren es constante en un mes como el actual en el que el precio de la electricidad en el mercado mayorista español registró tres máximos históricos casi seguidos (el más reciente este semana, con 110 euros por megawatio). La situación se agrava considerando que no hay visos de moderación, como paradójicamente reconoció la vicepresidenta Ribera el mismo día en que el Congreso convalidó su reducción al 10% en el IVA del recibo de la luz. De hecho, los expertos resaltan que una rebaja fiscal transitoria y limitada como ésa en nada cambia la realidad de un año como 2021 en el que las subidas tributarias (IRPF, Sociedades, tasa Tobin, tasa Google, Patrimonio...) marcan la pauta desde el 1 de enero. El efecto sumado de las alzas fiscales y de la subida de la inflación, alimentada por la energía, resta ya medio punto de poder adquisitico a los españoles. Es una merma en la capacidad de compra que debe darse por irrecuperable para la mayoría de colectivos. Las empresas no están en condiciones de elevar los sueldos al mismo ritmo, aunque les vuelvan a imponer los convenios sectoriales, debido a los asfixiantes costes laborales que ya soportan y al daño que han sufrido en la pandemia.

    La inflación y las alzas fiscales crean una reducción del poder adquisitivo que las empresas no pueden compensar

    El alto ahorro y la recuperación del consumo son la gran esperanza para salir de la crisis, pero el modo en que se ven minados por los altos precios y las subidas de impuestos pone en jaque la recuperación.