Marruecos, la amenaza del sur
José María Triper
Mientras nuestra ministra de Asuntos Exteriores, cada vez más desinformada e ignorada en el escenario internacional, se dedica a ser gregaria de su jefe de Moncloa en su campaña paranoica contra Madrid, España se encuentra inmersa en una alarmante crisis diplomática con su vecino del sur. Un país, Marruecos, con el que existen contenciosos tan importantes como antiguos que, en opinión de destacados diplomáticos "puede tener consecuencias políticas y económicas bilaterales impredecibles".
"Las relaciones están casi rotas", afirma un exrepresentante económico de España en Rabat, y la señora González Laya no parece interesarse enterarse del asunto. El ingreso en un centro hospitalario de La Rioja del líder del Frente Polisario, afectado por el Covid, calificado por el gobierno marroquí de "provocación" y "acto inaceptable" en un comunicado amenazante, ha sido la gota que puede hacer rebosar el vaso de la tensión. Ghali está acusado por Marruecos de detención ilegal y de torturas y el Ejecutivo del reino alauí considera la actitud de España como una "opción voluntaria y premeditada. Recordar aquí que la Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos convocada para finales de diciembre de 2020 se suspendió y sigue sin fecha, además de que Rabat tiene también el control migratorio con el resultado de que el año pasado la llegada de migrantes a Canarias aumentó un 758 por ciento respecto a 2019 y se anuncia una nueva oleada de pateras.
La decisión del expresidente norteamericano Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, que Joe Biden no parece vaya a revertir, ha consolidado la posición de liderazgo del país en la región del norte de África a nivel diplomático y militar. Hasta la fecha 15 país africanos han abierto ya consulado en la localidad saharaui de Dajla mientras que el plan de rearme emprendido por Rabat por valor de 22.000 millones de dólares con apoyo de Estados Unidos y Arabía Saudí le ha permitido reforzar su capacidad aérea y antiaérea lo que supone una amenaza para la integridad territorial de España, como denuncian Guillem Colom, Guillermo Pulido y Mario Guillamó en su informe "Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la amenaza militar sobre España" y en unos momentos en los que la España de Pedro Sánchez, ha perdido toda su capacidad de influencia y no cuenta en el escenario internacional.
El proyecto nunca abandonado de Rabat de delimitar unos nuevos espacios marítimos choca de pleno con los intereses de España, y como afirman los autores de ese informe produciría un "solapamiento de aguas con las Islas Canarias y la reclamación mutua de una ampliación de la plataforma continental hasta las 350 millas náuticas. Y no debemos olvidar que el reino alauita sigue teniendo en su agenda la aspiración del "Gran Marruecos", que implica la anexión de Ceuta y Melilla.
Y a los intereses geopolíticos y estratégicos se añaden también las implicaciones económicas. España es el primer proveedor y el primer cliente de Marruecos. Es, además, nuestro primer socio comercial en África. En el año 2020, el 47,3 por ciento de las exportaciones españolas a África tuvieron como destino el vecino del sur. Y España es también el tercer inversor en Marruecos donde actualmente hay 652 empresas españolas con al menos un 10 por ciento del capital de sociedades de derecho marroquí y 513 empresas de derecho marroquí que son filiales de empresas españolas propietarias de más del 50 por ciento de su capital.
Con este panorama, nuestra flamante ministra de Asuntos Exteriores ni está ni se la espera, ocupada en atribuir a Madrid la responsabilidad de que el Reino Unido haya vetado a Madrid como destino turístico seguro cuando ha sido el propio gobierno británico el encargado de dejar con el culo al aire y desmentir a la señora González Laya. En su última actualización de recomendaciones de viaje a España, el Reino Unido no habla expresamente de Madrid y tampoco lo hace en la web TravelHealthPro, una plataforma consejos sobre viajes al extranjero y reducción de la propagación de virus respiratorios durante la pandemia. Sí citan el alto riesgo de toda España, exceptuando las Islas Canarias, donde advierte un riesgo moderado. Como dice sabiamente el refranero, "mientras más mentiras cuento menos me parece que miento".