Opinión

Reactivar el turismo

    Es precisa una urgente revitalización del turismo

    Pablo Arias

    La industria turística es uno de los pilares básicos de la economía europea. Engloba a más de 2 millones de empresas, emplea a cerca de 12 millones de trabajadores y, teniendo en cuenta su efecto arrastre sobre otros sectores, supone un 10,3% del PIB comunitario. Su importancia en España es si cabe más evidente: la industria turística supuso en 2019 un 12,4% del PIB nacional y generó casi el 13% del empleo total de la economía.

    Con la pandemia de la COVID-19, el turismo ha entrado en un estadio de inactividad total, con la única excepción de la fallida reactivación del pasado verano. Las restricciones a la movilidad y al normal desarrollo de la vida social operadas para contener el avance del virus han tenido un impacto de dimensiones históricas en la industria turística europea.

    El sector turístico español ha acusado con particular fuerza este impacto y las medidas operadas apenas han logrado amortiguar el golpe. El paquete de 11.000 millones de euros en ayudas directas a las empresas puesto en marcha por el Gobierno llega tarde y se queda corto a la luz de las pérdidas del sector, superiores a los 100.000 millones de euros.

    Es prioritario acelerar el ritmo de vacunación para recuperar la confianza

    Como colofón, el galimatías de restricciones que nos ha afectado desde el "gran confinamiento", establecidas sin orden ni concierto y de forma completamente descoordinada entre los Estados miembros –y en España entre comunidades autónomas–, se ha constituido en un lastre adicional a la actividad económica y ha abierto un peligroso debate que enfrenta economía y salud, como si fueran incompatibles y debiéramos elegir entre una u otra.

    El caso de la Comunidad de Madrid es paradigmático. La presidenta Díaz Ayuso ha hecho una gestión valiente y eficaz de la pandemia que ha permitido mantener el tejido productivo y la economía madrileña a flote, sin que por ello se hayan disparado las cifras de incidencia por encima de las del resto de grandes capitales europeas, en las que las restricciones han sido más severas y donde los "sospechosos habituales" (el comercio y la hostelería) han estado cerrados desde el pasado otoño.

    Ayuso ha hecho una gestión valiente y eficaz lo que ha permitido mantener el tejido productivo

    Es evidente que impulsar la reactivación económica debe ser una prioridad, y el sector turístico debe ser parte indisociable de este proceso. En España, en un verano normal, el turismo permite ingresar más de 30.000 millones de euros, lo que da una idea de la importancia que tiene para nuestra economía salvar la temporada turística de verano. Acelerar el ritmo de vacunación y lograr que las familias recuperen la confianza, y con ella las ganas de gastar y viajar, es prioritario.

    El Certificado Digital Verde que propone la Comisión Europea, conocido como "pasaporte COVID", tiene el potencial de dar el impulso necesario a la movilidad de forma segura y coordinada entre Estados miembros. Un derecho, el de la libertad de movimiento, que –no lo olvidemos– está consagrado en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión y que, con la excusa de vencer al virus, se ha ido cercenado a base de restricciones.

    Si hacemos bien las cosas, España podría recibir este año a 40 millones de turistas, la mitad de los que tuvo en 2019, pero más del doble de los que recibió el pasado año. De lo contrario, las previsiones de recuperación y crecimiento para este año se quedarán en agua de borrajas.

    Estamos viviendo una situación de crisis inédita y desde el Partido Popular venimos reclamándolo desde hace tiempo: las instituciones comunitarias y los gobiernos de los distintos Estados miembros deben actuar de forma ágil y coordinada, garantizando la confianza y la seguridad de los ciudadanos, y dotándoles de la certidumbre y los medios necesarias para poder moverse, de nuevo, libremente.

    En España, la gestión que ha hecho el Gobierno de Pedro Sánchez de la pandemia ha sido, a todas luces y cuando menos, improvisada e insolvente. España necesita un proyecto capaz de garantizar una pronta victoria frente a la COVID-19, sin que ello suponga arramplar con el tejido productivo y recortar aún más las libertades de los ciudadanos, y también afrontar lo que tenemos por delante, que no es poco. El proyecto del Partido Popular y de Pablo Casado ha demostrado ser la alternativa que España necesita y merece.