Sin alivio para la Seguridad Social
elEconomista.es
La inflación registrada en noviembre continúa siendo la referencia para determinar la revalorización de las pensiones. En el caso del mes pasado, el IPC arrojó, de nuevo, una cifra negativa (un 0,8% inferior a cero). Esa tasa se sitúa así muy lejos de la previsión de avance de los precios del 0,9% que el Gobierno previó para 2021, y que marcará la revalorización, ya definitiva, de estas prestaciones en el año próximo.
En otras palabras, ya está asegurado que los pensionistas no perderán poder adquisitivo en 2021; muy al contrario, ganarán casi dos puntos con respecto a la inflación. Contando con tan amplio margen a su favor, no existe necesidad alguna de provisionar un desembolso extra compensatorio en enero para los pensionistas, como ocurrió, por ejemplo, en 2018. Ahora bien, la ausencia de esa famosa paguilla en 2021 no supone un alivio real para la Seguridad Social. El alza del 0,9% en las pensiones para el año próximo ya está comprometida, y tendrá que producirse aun cuando el avance de la inflación sea mucho menor. Así ocurrió en 2019, cuando se revalorizaron un 1,6% pese a que el IPC medio de ese año fue nulo. En 2020 se repite el desfase, ya que las pensiones avanzaron un 0,9% y los precios de consumo terminarán este ejercicio en torno al 1% negativo.
La ausencia de la 'paguilla' para los pensionistas en 2021 está muy lejos de servir para contener el gasto en esta partida
De hecho, estas desviaciones se están haciendo sistemáticas y han llevado al Banco de España a llamar a la prudencia, para que dejen de formularse pronósticos sobre el IPC tan dispares respecto a su comportamiento real. El coste acumulado de las previsiones erróneas ya supera los 3.000 millones y es probable que aumente en 2021. El gasto en pensiones, por tanto, continúa presentando una evolución preocupante que pone en apuros a la Seguridad Social.