Pensiones: costosa revalorización
elEconomista.es
El Gobierno anticipa ya una subida de las pensiones en 2021 de idéntica cuantía a su previsión sobre la inflación para ese año: un 0,9%. El contexto económico es sumamente incierto y no puede descartarse la posibilidad de que la lenta recuperación del consumo mantenga la inflación en niveles tan bajos como los actuales, muy inferiores a ese 0,9%.
Sin embargo, esa posibilidad no implica que el incremento de las pensiones sea finalmente menor el año próximo. Debe recordarse que, en enero de 2020, el Ejecutivo decidió cuál debía ser la revalorización de estas prestaciones para el conjunto del ejercicio (un 0,9% también). El hecho de que, a medida que pasaban los meses, el IPC bajara constantemente, de modo que terminará este año prácticamente anulado, no altera en absoluto el desembolso ya provisionado. Éste se hizo efectivo por completo en el inicio del año. Por tanto, con independencia de cuál sea la coyuntura económica es posible afirmar que, en 2021, el gasto en pensiones se verá incrementado en otros 1.400 millones, lo que supone un importante esfuerzo extra para la Seguridad Social en unos momentos críticos. Es cierto que su ya histórico déficit puede verse enjugado el año próximo mediante recursos como desviar todo su gasto no contributivo (aquél que es ajeno a las cotizaciones sociales) a los Presupuestos.
En 2021 volverán a vincularse estas prestaciones con el IPC lo que supone elevar el desembolso en 1.400 millones
Esta solución, sin embargo, no es más que un lavado de cara temporal del problema que aún presenta la sostenibilidad del gasto en pensiones por su rápido crecimiento. Mantener la indexación de estas prestaciones al IPC (incluso blindándola en la Constitución, como Podemos quiere) resulta un coste que amenaza la sostenibilidad de todo el sistema de protección, especialmente ante una crisis como la actual