Opinión

Según sople el viento

    Para el autor, el presidente Pedro Sánchez no tendrá problemas en cambiar de posición según sople el viento

    Joaquín Leguina

    Así como los antiguos marinos a vela o los modernos deportistas dedicados a competir en sus ligeros bajeles con la sola ayuda del viento, así algunos políticos, diciendo seguir un rumbo fijo (los objetivos estratégicos de toda la vida de sus respectivos partidos), se adaptan hacia donde sople el viento, aunque con harta frecuencia tengan que rectificar y asegurar que "donde dije digo, digo Diego".

    Si algún político en la actualidad responde como nadie a esas prácticas marineras ese se llama Pedro Sánchez, cuyos cambios de rumbo y de parejas políticas son paradigmáticos, aunque dudo mucho de que sean ejemplares.

    La pandemia y su gestión le han quitado apoyos a los partidos que hoy nos gobiernan. Según la media de las encuestas (excepto las del CIS, claro está), unos 600.000 votos respecto a las elecciones del pasado noviembre han dejado de apoyar a los dos partidos de la coalición. De hecho, siempre según estas estimaciones, el peor parado ha resultado ser Podemos, que también ha perdido votos que han vuelto al PSOE. Mas, sea como sea, faltan más de tres años para volver a las urnas en unas generales… y Sánchez no se va a estar quieto. De hecho, ya se está moviendo y, para empezar, ha conseguido un acuerdo social con sindicatos y patronal que, digan lo que digan los voceros antisanchistas, es un éxito. No es mala forma de comenzar a salir del infierno económico y social que nos traído el virus chino.

    El próximo paso se llama Europa y sus dineros y, a la vez, conseguir aprobar una nueva ley de Presupuestos. Y en esos dos envites veremos si Sánchez es tan hábil como él cree serlo.

    Sánchez podría sacar adelante una política económica consensuada con C's y el PP

    Los problemas que España e Italia van a tener en la UE para obtener suficiente dinero para tapar los enormes agujeros que la pandemia ha cavado en ambas sociedades son obvios. Mas, sea como sea, el primero y más fácil problema es callarle la boca a Iglesias, conocido enemigo de la UE (pero lo es más bien de boquilla, pues no va a soltar el sillón). También habrá que sortear al Gobierno holandés (y a algunos otros gobiernos).

    En cualquier caso, una moción de censura es imposible a no ser que Pablo Iglesias la propicie, pero no creo que eso le interese al caudillo de Podemos porque este partido es él y su entorno, apoyado en cuatro discursos más pasados de moda que un corsé.

    Por otro lado, Sánchez puede sacar adelante una política económica consensuada con Ciudadanos e incluso con PP, olvidarse de ERC y callar a Podemos con gestos "inequívocamente izquierdistas". ¿Como cuáles?

    Podemos está basado en cuatro discursos más pasados de moda que un corsé

    En primer lugar, el "antifranquismo" que puede mostrarse mediante una nueva ley de Memoria Histórica que deje clara esa mentira que asegura que durante la guerra sólo hubo asesinatos en la retaguardia franquista. Y claro está, el nuevo feminismo, es decir, la negación de la igualdad ante la ley. O acabar de facto con el "mérito y capacidad" como criterios que exige la Constitución para entrar en la Función Pública… Asustados ante el griterío feminista, ni PP ni Ciudadanos se atreverán a abrir la boca.

    No haré una apuesta en apoyo de estas hipótesis, pero si la hiciera probablemente la ganaría.