Opinión

Una dañina pérdida de confianza

    La penosa gestión del Gobierno ayuda a que los costes de financiación sean ahora mayores

    elEconomista.es

    Un mes ha bastado para que los países periféricos de la UE (Portugal, Italia, Grecia y España) hayan experimentado un aumento de su coste de financiación en el mercado internacional de 60 puntos, como promedio. Es obvio que, pese a esta subida, el cupón que se exige a sus bonos soberanos no llega a los históricos niveles de 2012, cuando se desencadenó la crisis de deuda de la eurozona.

    Es también cierto que pueden esperarse más alivios por parte del BCE. El eurobanco no ha dejado de dar pasos históricos desde marzo. El más reciente, la semana pasada, cuando abrió la puerta a aceptar activos basura como colateral de los bancos, a la hora de darles acceso a las barras libres de liquidez. Esa decisión alivió momentáneamente las primas de riesgo periféricas y los mismo ocurrirá si Fráncfort continúa tomando acciones tan contundentes (aún podría comprar directamente los bonos basura, como hace la Fed). Sin embargo, sería un error considerar que economías como la española pueden confiarse. Nuestro país presenta a los mercados vulnerabilidades propias, como un excesivo nivel de deuda, abocado ya a superar el 100% del PIB. Ese nivel será fácilmente rebasado gracias a la insuficiente respuesta de la UE a la actual crisis, ya que las ayudas a los Estados periféricos se articularán a través de más préstamos. Y a todo ello España debe sumar una preocupante gestión de la epidemia que la lleva a tener que esperar aún hasta mañana, tras cinco semanas de confinamiento, para tener una mínima hoja de ruta de la recuperación.

    Pese a las acciones del BCE, España presenta graves debilidades capaces de disparar el coste de su financiación

    A ello hay que sumar una inaceptable deriva autoritaria en el Gobierno que ya genera la desconfianza de ahorradores e inversores. España está en camino de agravar, por sí sola, mucho más esa situación.