Motor

El sector del automóvil europeo reclama a la UE cambiar los objetivos de la normativa de emisiones CO2 para 2035

Planta de Wolfsburgo de Volkswagen en Alemania | iStock

Diego Estebanez García
Madrid,

El sector del automóvil europeo ha lanzado un nuevo reclamo a las instituciones europeas ante las crisis por las que está atravesando. Los fabricantes y las empresas proveedoras de la automoción, representadas por las patronales ACEA y Clepa, han lanzado una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, para pedir un cambio de rumbo en las políticas medioambientales y de reducción de emisiones de CO2 para 2035 de cara al próximo Diálogo Estratégico sobre el futuro de la industria automovilística europea el próximo 12 de septiembre.

Las empresas automovilísticas, además de subrayar su compromiso con los objetivos de cero emisiones netas para 2050, contemplados en el Pacto Verde Europeo, han pedido en la misiva un cambio de estrategia que tenga en cuenta un "plan de políticas holístico" y "pragmático", ya que "la realidad industrial, económica y geopolítica ha cambiado drásticamente".

"La UE regula actualmente a los fabricantes en el suministro de vehículos nuevos, pero no crea las condiciones necesarias para la transición", han escrito en el documento. Las patronales sobre todo subraya la gran dependencia del continente a Asia, por la cadena de valor de la fabricación de baterías, ya que la mayoría de los minerales críticos necesarios para su producción vienen de China.

Las empresas señalan que las condiciones con las que se trazaron los objetivos hace seis años no son las mismas, y se quejan de que se enfrentan a una distribución desigual en la infraestructura de carga, así como mayores costes de fabricación y de los aranceles "onerosos" de socios comerciales clave,como los que han sido colocado del 15% todas las importaciones de bienes de la Unión Europea hacia Estados Unidos. "Se nos pide que nos transformemos con las manos atadas".

También apuntan a una realidad de mercado que ha lastrado las cuentas de los grandes grupos automovilísticos en los últimos dos ejercicios: "gran parte de los clientes se muestra reticente a cambiar a sistemas de propulsión alternativos". Y es que, la cuota de los vehículos eléctricos está aún lejos de los objetivos marcados, con un 15% para turismos, 9% para furgonetas y 3,5% para camiones. "Para que el cambio sea una opción obvia para una masa crítica de consumidores y empresas europeas, se necesitan incentivos de demanda mucho más ambiciosos, a largo plazo y consistentes".

Por esto mismo, el sector, como ya ha pedido en otras ocasiones, cree que son necesarios los subsidios a la compra, reducciones de impuestos y un acceso favorables al espacio urbano. Estas peticiones incluso expresadas a Europa desde los Gobiernos de los Estados miembros, pidiendo un plan de incentivos europeos para estimular la demanda de vehículos.

"Mas allá del idealismo"

Con proyectos mil millonarios a las puertas en varios países de Europa como el que desarrolla Volkswagen en Cataluña, los grupos automovilísticos piden "ir más allá del idealismo" y modificar los " rígidos objetivos de CO2" para automóviles y furgonetas, ya que los propuestos para 2030 y 2035 "ya no son viables en el mundo actual".

"Una descarbonización exitosa implica ir más allá de los objetivos de vehículos nuevos: requiere abordar las emisiones de la flota existente, por ejemplo, acelerando la renovación de la flota, ampliar los incentivos fiscales y de compra (incluso para automóviles y furgonetas de empresa) e introducir medidas específicas para camiones y autobuses para nivelar el costo total de propiedad", reclaman.

Por ello, para la próxima revisión de las normas de CO2 para automóviles y furgonetas piden "corregir el rumbo" e incorporar en la legislación flexibilidad y un enfoque impulsado por el mercado que evite las sanciones y mandatos legales que "por sí solos no impulsarán la transición".

Además, ante el auge de los vehículos híbridos, la motorización más vendida en el continente, abogan por el principio de neutralidad tecnológica para que "todas las tecnologías puedan contribuir a la descarbonización". Los grupos reconocen el papel de los vehículos eléctricos que "liderarán el cambio", pero también pide a las instituciones europeas que se incentive a los híbridos enchufables, los de autonomía extendida, o los de combustión interna de mejor eficiencia, así como el hidrógeno.

Norma para camiones y autobuses pesados

Por otro lado, el sector ha pedido una revisión "cuanto antes" de la normativa sobre emisiones de CO2 para camiones y autobuses, que se han convertido en los grandes olvidados de esta transición. Las patronales reclaman que este segmento de mercado "necesita argumentos sólidos de negocio" para que los actores del transporte comercial puedan iniciar la transformación, algo que no puede esperar hasta la siguiente revisión en 2027.

Las empresas, asimismo, sigue señalando que se debe de reforzar la competitividad europea para mantener a la industria manufacturera, y advierten de que la base industrial del bloque está en riesgo, poniendo en peligro la innovación, el empleo de calidad y la resiliencia de las cadenas de suministro.

"Esta es la última oportunidad de la UE para adaptar sus políticas a las realidades geopolíticas, económicas y del mercado actual, o arriesgarse a poner en peligro una de sus industrias más exitosas y competitivas a nivel mundial", concluyen las patronales en la misiva.