Motor
Madrid se convertirá en una "cárcel" para los conductores de coches sin etiqueta
- Los coches sin etiqueta son los turismos y furgonetas ligeras anteriores a enero de 2000. Los vehículos diésel anteriores a 2006
- Las ayudas actuales a la compra de coche para sustituir el antiguo no son suficientes
Sylvia Longás
Por la ciudad de Madrid no podrán circular los coches sin etiqueta a partir de 2024. ¿Es justo que las personas que no puedan acceder a comprar un coche ya no puedan circular con el suyo? ¿Por qué las ayudas a la compra no se amplían a modelos de combustión? El derecho a la movilidad se pone en entredicho.
Dos fechas a tener en cuenta. La primera: 31 de diciembre de 2023. Esta será el último día en el que los conductores con coches que no cuenten con etiqueta medioambiental (etiqueta A) y no estén empadronados en Madrid podrán circular por cualquier punto de la ciudad. La segunda: 31 de diciembre de 2024. Misma restricción pero ya incluyendo a los coches censados en la capital.
Según los datos del Ayuntamiento de Madrid, de los 800.000 vehículos que entran en la ciudad diariamente, 114.000 no tienen etiqueta (14,25%), cifra a la que afectará la prohibición para circular por la ciudad a partir del 1 de enero de 2024. Los censados, a los que la medida prohibitiva les afectará un año después, se elevaban a 315.477 vehículos en 2019, según la Dirección General de Tráfico (DGT), por lo que los vehículos sin etiqueta representan el 18% de los recorridos en la ciudad de Madrid.
Con estas cifras en la mano, la pregunta es obligada: ¿qué solución se va a dar a todas las personas afectadas por tener un coche sin etiqueta? ¿Comprar uno nuevo? ¿Cambiar sus traslados en coche por el autobús o el Metro? A la primera pregunta, imaginamos que si en sus manos hubiese estado la posibilidad de acceder a un coche mejor, ya lo habrían hecho; a la segunda cuestión, según estimaciones del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, el 62% de estos usuarios se trasvasarán previsiblemente al transporte público, lo que supondrá 92.000 nuevos desplazamientos en este modo de movilidad. Pero, y dejamos caer esta cuestión, ¿por qué me obligan a utilizar siempre el transporte público sin la posibilidad de que pueda circular en coche en ningún momento dentro de toda la ciudad?
Las asociaciones catalogan las medidas de simplistas
Para conocer qué opina el sector de automoción en este sentido, hablamos con José-Martín Castro Acebes, portavoz de Neutral in Motion (NIM), que engloba a las principales asociaciones de automoción de España (Aedive, AER, Anesdor, Anfac, Ascabus, Faconauto, Feneval, Ganvam y Sernauto).
Según José-Martín "todo lo que se planteó como proceso de descarbonización basado en la neutralidad para 2050 y que se veía como una oportunidad de desarrollo se está desgajando y quedando en un efecto limitativo. Es una insatisfacción absoluta que aceptemos como algo natural que algunos vehículos, por mucha edad que tengan, no puedan circular y que sus propietarios, por tanto, tengan limitada la movilidad".
"Hablamos de medidas simplistas, comenta el portavoz de NIM. No es lo mismo tener un coche sin etiqueta y utilizarlo una vez al año que en uso diario. La solución fácil es prohibirlo, pero no hay alternativas a cambio porque no se han querido buscar".
Las ayudas son insuficientes y no se dan alternativas lógicas
"Las ayudas en vigor realmente no estimulan suficientemente la demanda. Son insuficientes, sentencia José-Martín. Por un lado, solo se dirigen a un segmento determinado de vehículos, el de los eléctricos, modelos más caros que sus homólogos de combustión, y que por tanto no se presentan accesibles a una parte importante de la población; por otro, las ayudas no llegan directamente en el momento de la adquisición y con suerte se reciben al cabo de un año o dos. Y todo ello se refleja en los datos de matriculaciones. Al cierre de 2023 no llegamos al millón de unidades".
Las asociaciones del sector del automóvil proponen que las ayudas se extiendan a todos los vehículos nuevos o seminuevos de menos de cinco años sin excluir ninguna tecnología. Es decir, que las ayudas directas a la compra no sean sólo para los eléctricos e híbridos enchufables, que apenas representan el 11% del total de matriculaciones y el 5% del parque móvil. Además de otras muchas medidas que están impulsando las propias asociaciones integrantes de NIM.
"Desde nuestro sector, la parte industrial, todas las asociaciones de NIM están buscando iniciativas, porque la Administración solo apuesta por la electrificación. Toda la industria trabaja en favorecer esa movilidad, pero la realidad es que la ayuda, hoy, solo es para el coche eléctrico", asegura José-Martín.
Lo que está claro es que los ciudadanos propietarios de un coche sin etiqueta verán su derecho a la movilidad ampliamente reducido. El Ayuntamiento tendrá que valorar los daños que esto puede suponer a las personas afectadas. "Sería deseable que se replantearan la situación e hicieran una valoración para que haya margen", añade el portavoz de Neutral in Motion.
Los propietarios de coches sin etiqueta pertenecen a perfiles muy variados. Hablamos por ejemplo de jóvenes que heredan el coche de sus padres, de conductores que no pueden permitirse acceder a un coche nuevo… o de personas mayores que ya contaban con este modelo hasta el momento de su jubilación como conductores y que, por supuesto, no entraba en sus planes comprar ningún otro. A todos ellos se les está negando el derecho a la movilidad.
Ahora, habrá que ver cómo reaccionan las ciudades, si va a haber algún margen de flexibilidad, si la calidad del aire lo permite. De momento y hasta entonces, si es que hay cambios, muchos ciudadanos dejarán de circular en coche por la totalidad de las calles de Madrid.