Bolsa, mercados y cotizaciones
El petróleo pende de un hilo que puede 'congelarse' y romperse con un invierno frío
- La demanda puede sobrepasar a la oferta si el invierno es muy frío
- El precio podría dispararse ante el fino equilibrio entre oferta y demanda
- La capacidad para producir más crudo a corto plazo es muy limitada
Vicente Nieves
El precio del petróleo está dando un respiro en las últimas semanas a los consumidores. El crudo de tipo Brent, de referencia en Europa, cotiza en 72 dólares, lejos de los 86 dólares por barril que se tocaron a principios de octubre. Sin embargo, el margen entre oferta y demanda es muy estrecho en el mercado y cualquier evento que potencie la demanda o reduzca la oferta podría disparar el precio del oro negro sin apenas capacidad de reacción de los países productores, que están bombeando cerca de su máximo potencial.
Los recientes incrementos de la producción en Arabia Saudí y Rusia están llevando a estos dos grandes productores a operar muy cerca de su máximo potencial en el corto plazo. Aunque ambos países tienen capacidad de bombear más crudo a largo plazo (nuevas y costosas inversiones), en el corto plazo sólo podrían elevar su producción unos cientos de miles de barriles más. Por otro lado, EEUU (una economía de mercado) siempre opera al máximo de sus posibilidades, limitado siempre por el precio que marca el petróleo.
¿Y si llega un invierno frío?
Una interrupción brusca en algún país (por ejemplo Nigeria y Libia) o un invierno más frío de lo esperado (que suponga un mayor consumo de combustible) puede dejar a los productores sin margen de reacción para compensar el déficit en la oferta, lo que llevaría a un brusco incremento de los precios del petróleo y a una caída drástica de los inventarios.
Homayoun Falakshahi, investigador senior de Wood Mackenzie, explica en una nota que con las sanciones que entran hoy en vigor de EEUU a Irán que afectan a las exportaciones de crudo de Teherán, "el invierno se convierte en el mayor riesgo".
Las sanciones a Irán
"Perder otro millón o más del petróleo que produce Irán podría ser similar a la pérdida sufrida por Venezuela en los dos últimos años. Arabia Saudí, UAE y Kuwait han incrementado su producción desde julio para compensar las estrecheces del mercado... pero esto también ha reducido la capacidad ociosa de producción", sentencia el experto de Wood Mackenzie.
Desde el banco suizo UBS destacaban en un informe a finales de agosto que con Arabia Saudí acercándose a su récord de producción este verano, una parte importantes de la capacidad ociosa para bombear más se está esfumando y podría caer a niveles mínimos de los últimos diez años. Esto dejaría al mercado de petróleo con un margen de error muy fino, planteando un riesgo alcista para los precios. Una hipótesis que sigue presenta hoy.
Dos jugadores que históricamente han sido muy relevantes en el mundo del crudo se encuentran con las manos atadas. El desastre económico que asola Venezuela ha dejado a la industria petrolera del país anticuada, sin repuestos y sin mantenimiento. Mientras que Irán ha quedado marginado en los mercados tras las sanciones de EEUU y la presión de Donald Trump para que el resto de países dejen de comprar crudo a Teherán.
"Sólo hay 700.000 barriles de capacidad disponible para incrementar el bombeo en un plazo de un mes. Esto quiero decir el mercado es vulnerable a un aumento de la demanda en invierto o a una nueva disrupción de la oferta", comenta Falakshahi.
No obstante, el experto de Wood Mackenzie cree que la situación podría mejorar una vez que el invierno haya terminado, aunque "sólo hasta cierto punto". En EEUU se deberían ir resolviendo los problemas técnicos que impiden que la producción en la prolífica Cuenca Pérmica crezca más rápido, mientras que Arabia Saudí ha prometido más inversiones que darán sus frutos a medio plazo. Pero si la demanda crece por encima de los 1,2 millones de barriles por día esperado para 2019, los problemas podrían reproducirse.