Bolsa, mercados y cotizaciones
El mercado brasileño necesita más que un nuevo presidente para subir
- Este domingo se celebra la primera vuelta de las elecciones en el país
- Los favoritos son Haddad, discípulo de Lula, y Bolsonaro, de extrema derecha
- El Bovespa sube más de un 8% desde que Bolsonaro fue apuñalado hace un mes
María Domínguez
La mirada de un buen puñado de cotizadas españolas permanecerá atenta, este domingo 7 de octubre, al resultado de la primera vuelta de las presidenciales en Brasil. El mercado carioca pesa, para bien y para mal, en las cuentas de compañías como Santander, en la que aportó más del 29% de los ingresos en 2017.
Precisamente hace un mes la entidad anunciaba que había cumplido con antelación sus objetivos para su filial brasileña, señalando, no obstante, que lograrlo no había sido fácil debido a la lenta recuperación del escenario macro en el país.
No es la única española que seguirá de cerca las votaciones. Telefónica hace en Brasil casi tanto negocio como en España, un 23,1% el año pasado; para Mapfre es el segundo mercado, que aportó en 2017 más del 24% de las ventas; también es relevante para Iberdrola, en cuyos ingresos representa un 11%, y en Dia alcanza un 20% de las ventas.
No se espera, a priori, que el resultado de los comicios haga tambalearse al mercado, pese a que el candidato preferido por los inversores, Geraldo Alckmin, parece no tener muchas posibilidades. Es más probable que en la segunda vuelta -prevista para el 28 de octubre- se vean las caras Jair Bolsonaro (considerado de extrema derecha) y Fernando Haddad, discípulo de Lula (quien no ha podido presentarse por estar en la cárcel), de origen libanés y candidato del Partido de los Trabajadores (PT). Las opciones de victoria de Ciro Gomes, de izquierdas, han caído considerablemente, dando aire al mercado.
Un 2018 complicado
El país latinoamericano llega a esta cita electoral en un año difícil para los emergentes, sobre todo, por las subidas de tipos en EEUU y la consecuente fortaleza del dólar (el real se desploma más de un 15% en 2018). El índice MSCI Emerging Markets se deja más de un 12% desde enero, aunque es cierto que Brasil resiste mejor el envite, ya que el Bovespa se anota más de un 8 por ciento en el ejercicio. Toda esa subida del índice carioca (que hasta junio, eso sí, se dejaba un 8%) se ha producido en el último mes, después de que Bolsonaro fuese apuñalado en un mitin el 7 de septiembre. "El trágico acontecimiento comportó una subida de los activos brasileños al considerar los inversores que el líder de extrema derecha ahora podría tener más posibilidades de hacerse con la victoria", señala Claudia Calich, especialista en mercados emergentes de M&G.
¿Qué tiene que ocurrir para que los gestores renueven su confianza en este mercado? Empecemos por lo más inmediato, la política: "La victoria de Bolsonaro tendría un efecto neutro a corto plazo y probablemente positivo en el largo", considera Alex Fusté, director de gestión de Andbank España. Menos atractivo para el mercado resulta Haddad: "Su victoria tendría, a priori, un efecto negativo, aunque sólo sea por los recuerdos de las nefastas políticas fiscales del PT en el pasado", explica Fusté, a quien pese a todo le resulta tranquilizador que este candidato ya tenga en mente el perfil del que sería su ministro de finanzas, alguien que mantenga buenas relaciones con el mercado en lugar de un político.
Calich, por su parte, añade que los inversores están más abiertos a una presidencia de Bolsonaro, quien vio subir la intención de voto del 22 al 26% después de sufrir el ataque.
Un apoyo que se ha hecho más evidente "al confirmar algunos de sus asesores sus planes de privatizar activos estatales, incluida la joya de la corona, Petrobras", explica en Bond Vigilantes, un blog de la gestora de M&G. La venta de activos, argumenta el equipo de Bolsonaro, debería reducir una deuda que alcanzó el 74% del PIB el año pasado. "Brasil necesita un importante control del gasto y, más que el candidato que venza, lo relevante es quién dirija la economía", apunta Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis.
"Nos preocupa la capacidad de la nueva Administración para aprobar las iniciativas de urgente consolidación fiscal que se precisan", señala Gustavo Rangel, economista jefe para Latinoamérica de ING, en un análisis en el que agrega que es probable que se produzca un rally del real justo antes o justo después de las elecciones, "bien porque aumenten las opciones de Bolsonaro, bien porque Haddad muestre su intención de desarrollar una agenda económica responsable".
El peso de los tipos
Dejando de lado la política, no es que Brasil se enfrente a una tormenta perfecta, pero sí está capeando diversos temporales. El primero de ellos, la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, que lleva al dinero a posicionarse en bonos estadounidenses a la espera de cupones más altos, lo que detrae dinero de otras economías, sobre todo las más volátiles. Consecuencia de ello es la subida del billete verde, ya que para comprar esta deuda es preciso adquirir dólares; y un dólar más caro encarece, a su vez, la devolución de la deuda de las firmas brasileñas, a menudo contraída en esta divisa. La estabilización del dólar sería fundamental para que las aguas se calmen en este mercado.
Por otro lado, Brasil es un exportador de materias primas. Tras las caídas en años anteriores, es cierto que en 2018 la cotización del barril de Brent se recupera un 27%, hasta situarse en el entorno de los 85 dólares. Los precios de otras commodities que Brasil vende al exterior, como el hierro y el acero, también han subido, mientras que el del azúcar ha cedido. A impulsar estos precios contribuiría, según explica Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep, una vuelta de tuerca en el gigante asiático: "Brasil recuperaría parte de su atractivo si China, que actualmente está centrada en equilibrar sus excesos de deuda, retomase el crecimiento; cuando ese país crecía al 116%, el precio de las materias primas se disparaba", agrega este experto.