Bolsa, mercados y cotizaciones
Los dividendos de las automovilísticas europeas batirán el 4% por primera vez
- Daimler ofrece la retribución más atractiva, y las de Porsche y BMW también superan la media
- Fiat Chrysler volverá a pagar a sus accionistas y Volkswagen deja totalmente atrás el 'Dieselgate'
Isabel Blanco, Carlos Simón García
En los últimos meses, el sector automovilístico ha estado penalizado por las amenazas del presidente de EEUU, Donald Trump, de elevar los aranceles a los vehículos, pero ya había sido duramente castigado, desde hace años, a causa de los sucesivos escándalos por las emisiones de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono en lo que fue conocido como el Dieselgate. Sin embargo, las fuertes caídas sufridas por las automovilísticas en el parqué no se han visto acompañadas por semejante recorte en los beneficios, lo que ha propiciado que sus títulos se abaraten por PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) hasta las 5,8 veces en las que cotizan, de media, las principales firmas del sector.
Al mismo tiempo, estos descensos en bolsa han dejado otra derivada interesante para los inversores y no es otra que la mayor rentabilidad por dividendo de la historia. Los pagos de las grandes del sector, por primera vez, rinden en torno a un 4,4% de media. En la mayoría de casos no es solo por las caídas en el parqué, sino que las firmas también incrementarán sus próximas entregas.
Por separado, el rey del dividendo sobre ruedas es Daimler, cuyo pago ofrece una rentabilidad del 6%. Esta situación se da después de un desplome bursátil de casi el 16,6% desde el 1 de enero, pero también por mejoras en la retribución. La compañía, que tuvo que cancelar el pago que debía abonar en 2010, prácticamente no ha dejado de subirlo desde entonces. Las previsiones indican que podría elevarlo este año un 4% -lo reparte siempre en abril del año siguiente en un pago único-.
Los años posteriores al inicio de la crisis supusieron un parón para más firmas del sector. Del mismo modo, Renault también se vio obligada a eliminar su dividendo en 2008 durante dos años, y desde entonces ha ido recuperando la cuantía. Los analistas prevén que con los beneficios de este año ya entregue una cantidad mayor a la de 2008, con la que se puede obtener más de un 5% de rentabilidad (ver gráfico).
También superan la media actual del sector las retribuciones de las alemanas Porsche (4,9%) y BMW (4,8%). Mientras, tanto la que abonará Volkswagen como la que distribuirá Fiat Chrysler pueden rondar el 3,5% de rentabilidad.
Los analistas confían claramente en que Volkswagen deje atrás los problemas del Dieselgate, y pueda seguir aumentando el dividendo. Fiat Chrysler, por su parte, volverá a remunerar al accionista después de ocho años sin hacerlo -aunque en 2015 repartió un simbólico céntimo por acción-. El grupo ha presentado un plan estratégico en el que se compromete a repartir el 20% de su beneficio entre 2018 y 2022. Los bancos de inversión estiman que este año sus ganancias superen los 4.900 millones de euros, por lo que su retribución se acercaría a ese 3,5% de entregar ese porcentaje.
No es de extrañar que la rentabilidad por dividendo actual de Peugeot sea algo más modesta teniendo en cuenta que las acciones de la automovilística francesa se han disparado un 48,8% este año. Con todo, su dividendo aún alcanza el 3,1%. En el primer trimestre, se rumoreó con una posible fusión con Nissan, pero finalmente la operación corporativa llegó con la compra de Opel a General Motors. Peugeot ha asegurado que ésta volverá a ser rentable a partir de 2020 y sorprendió con sus resultados del semestre, elevando, además, sus propias previsiones para el conjunto del año.
Pendientes de los aranceles
Dentro de la vorágine de idas y venidas que está trayendo el aumento del proteccionismo por parte de EEUU, uno de los sectores en Europa que podrían salir tocados es el automovilístico. Donald Trump ya ha amenazado directamente con aumentar los aranceles a este tipo de productos.
En el escenario actual, las importaciones de coches europeos están gravadas con un 2,5% en el caso de los ligeros y de un 25% para los pesados mientras que, en la dirección inversa, aquel europeo que compre un automóvil estadounidense deberá pagar una tasa adicional del 10%. Viendo este desequilibrio, Trump ha puesto sobre la mesa la posibilidad de aumentar su impuesto a los coches del Viejo Continente hasta los 20 puntos porcentuales.
No obstante, tras la reunión que mantuvo el mandatario estadounidense con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se llegó a un acuerdo para, de momento, no cambiar nada al respecto. "El escenario final más probable es que estas amenazas solo sean el preámbulo de una negociación encaminada a un acuerdo para la reducción de los aranceles por ambos lados, lo cual sería muy positivo para el sector ya que podría aumentar su beneficio bruto en un 10%", consideran incluso desde Banco Sabadell.
El mercado todavía no ha dejado de considerar esta amenaza como un peligro real atendiendo al 9% que se deja el sectorial desde el 22 de junio, día en el que Trump anunció esta posible medida. Si, por el contrario, se aplicasen las medidas proteccionistas antes citadas, "el impacto para los fabricantes alemanes sería del 30% en el beneficio bruto y del 25% en la valoración", advierten desde la entidad catalana. "Hay que tener en cuenta que la Unión Europea es el mayor exportador de coches del mundo y EEUU es el principal destino de las exportaciones de los fabricantes europeos [un 29%]", añade Ismael de la Cruz, analista de Investing.com.