Bolsa, mercados y cotizaciones

Las bolsas son más rentables cuando las compañías decepcionan con sus resultados

    <i>Foto: Archivo</i>

    José Luis de Haro

    Aunque muchos asuman la racionalidad del mercado, en ocasiones el comportamiento de la renta variable de todo el mundo es difícil de explicar. En un momento en que las compañías estadounidenses agotan ya el periodo de presentación de resultados trimestrales, uno de los más fuertes de los últimos ocho años, algunos se preguntan por qué el S&P 500 no ha registrado repuntes mucho más sólidos.

    Según los datos de FactSet, el 78% de las compañías que ya han rendido cuentas han sorprendido positivamente y superado las estimaciones mientras que el 77% lo ha hecho del lado de los ingresos. Si el 78% se mantiene (todavía seguimos conociendo los resultados, sobre todo de minoristas estadounidenses) estaríamos hablando del mayor porcentaje desde que esta consultora comenzó a recopilar estas métricas, allá por el tercer trimestre de 2008.

    Con una economía que creció con 2,3% en el primer trimestre y un mercado laboral donde la tasa de paro cae ya por debajo del 4% por primera vez desde finales del 2000, es imposible no preguntarse la razón por la que el S&P 500 no ha vibrado con estos resultados. Algunos analistas justifican esta reacción alegando que muchos inversores ya han digerido de antemano la buena marcha de las empresas patrias, sobre todo después de la aprobación de la reforma tributaria el pasado 22 de diciembre. Una ley que rebajó el impuesto de sociedades hasta el 21% e incluyó medidas para potenciar la repatriación de beneficios.

    Dicho esto, la rentabilidad acumulada del S&P 500 tras el fin del primer trimestre es tan solo del 3,3%, no mucho más que la ofrecida por las bolsas europeas y niponas, cuyas compañías ha presentado unas cuentas mucho menos impresionantes.

    En Europa también ocurre

    Un interesante análisis elaborado por el Wall Street Journal sobre los resultados y expectativas del mercado sobre las temporadas de resultados empresariales durante los últimos siete años concluye que tanto las bolsas estadounidenses como europeas suelen comportarse peor cuando las compañías superan expectativas que cuando decepcionan.

    Según los datos recopilados por el rotativo, el S&P 500 ha generado una rentabilidad media del 2,4% durante los últimos siete años durante las temporadas de resultados en que sus componentes han superado las previsiones del consenso mientras que las ganancias ascendieron a un 3,8% cuando no cumplieron con las expectativas.

    Esta diferencia es aún más importante en Europa. Desde 2011, los trimestres en los que los valores que componen el Stoxx Europe 600 han presentado cuentas mejor a lo esperado, la rentabilidad media del indicador ha sido ligeramente negativa.

    Los motivos

    Pero ¿por qué ocurre esto? Quizás podríamos simplificar la respuesta en un simple factor. Las presentaciones trimestrales de cuentas presentan números que pertenecen al pasado mientras los inversores suelen mostrarse más interesados, o preocupados, por lo que pueda ocurrir en el futuro.

    Nicholas Mulford, analista de Goldman Sachs, recoge en el informe apodado como el "Libro Beige" de todas las teleconferencias realizadas por las distintas compañías del S&P 500 que han presentado sus cuentas en las últimas semanas, cuáles son los principales temas que centran la atención de estas empresas de cara al futuro.

    En primer lugar, destaca la coyuntura macroeconómica. En general, los directivos estadounidenses se mantienen optimistas sobre el contexto económico a este lado del Atlántico, al menos durante lo que queda de año. Dicho esto, muchas compañías han manifestado que un fin del actual ciclo económico, el segundo más largo de la historia moderna, es inevitable.

    Por otro lado, otro factor que preocupa a las compañías de EEUU es el aumento de los costes operativos. En un momento en que la inflación salarial comienza a subir, la Fed continua adelante con sus subidas graduales de tipos y el precio del crudo toca máximos no vistos desde 2014, los costes de muchas empresas comienzan a subir. Un impacto que, si no ha comenzado ya a notarse en las cuentas de algunas entidades, lo hará en los próximos meses.

    En tercer lugar, los directivos y empresarios del S&P 500 tampoco dejan de lado las tensiones arancelarias instigadas por la administración Trump. Durante el primer trimestre, las compañías del S&P 500 que generaron más de la mitad de sus ingresos fuera de EEUU, registraron un crecimiento medio en sus beneficios del 29,6% frente al 22,7% de aquellas compañías más centradas en el mercado patrio. Es por ello, muchos directivos enfatizaron la necesidad de seguir apoyando el libre comercio y consideraron que las disputas comerciales de la Casa Blanca con China y otros países no deberían acabar por desatar una guerra comercial con efectos negativos para la economía mundial.