Bolsa, mercados y cotizaciones
Buffett busca 'elefantes' con su caja de 116.000 millones de dólares
- El Oráculo de Omaha sigue favoreciendo la renta variable frente a los bonos
- Buffett cree que habrá oportunidades, pero de momento promete prudencia
- "Es una locura arriesgar lo que tienes para obtener lo que no necesitas"
José Luis de Haro
Los feligreses de Berkshire Hathaway recibieron con entusiasmo el pasado sábado el último testamento del Oráculo de Omaha, Warren Buffett, quien en aproximadamente 8.000 palabras, casi la mitad que el año pasado, evitó tocar la fibra sensible esquivando algunos de los temas habituales en sus célebres misivas a sus accionistas. Sin alusiones a la coyuntura económica de Estados Unidos o los derroteros que ésta tomará en los próximos meses, el mensaje de este octogenario centró buena parte de su atención en "la necesidad de hacer una o más grandes adquisiciones".
"Nuestras sonrisas se harán más grandes cuando redistribuyamos el exceso de fondos de Berkshire en activos más productivos", señaló. Es decir, el célebre inversor y su compañero de fatigas, Charlie Munger, de 94 años, andan a la caza y captura de su próximo "elefante", como se refirió antaño a este tipo megacompras. Razones y dinero no le faltan. El año pasado, Berkshire Hathaway registró un beneficio anual de 44.940 millones de dólares, de los cuales 29.100 millones de dólares llegaron de la mano de la reforma tributaria aprobada por el presidente, Donald Trump, y los legisladores republicanos el pasado 22 de diciembre.
"Una gran parte de nuestras ganancias no fueron fruto de nuestros logros en Berkshire", precisó Buffett al hacer referencia al impulso fiscal aportado por el nuevo código impositivo a este lado del Atlántico que rebajó el impuesto de sociedades hasta el 21%. El conglomerado, que incluye más de seis decenas de negocios y subsidiarias entre una amplio rango de sectores, como el de seguros o el energético, desembolsó 1.400 millones de dólares para repatriar su efectivo en el extranjero.
Con una caja que tocó un récord de 116.000 millones de dólares en 2017 y un valor de su libro por acción que creció un 23%, frente al 22% del S&P 500 cuando también se incluyen dividendos, este inversor icónico señaló que las compañías que capten su atención "deben tener un precio de compra sensato".
Precisamente este simple requisito "resultó ser una barrera para prácticamente todas las ofertas que revisamos en 2017, ya que los precios de negocios decentes, pero no espectaculares, alcanzaron un máximo histórico", justificó. De hecho, a ojos de Buffett, el precio se postuló como algo casi irrelevante para un ejército de compradores optimistas", aclaró.
Obtener lo que no necesitas
Pero ¿por qué este boom de compras no se contagió también en Berkshire?, se preguntarán. La respuesta es sencilla. Mientras muchas empresas han financiado sus adquisiciones con deuda, aprovechando los tipos de interés bajos, Buffett y sus chicos evalúan sus posibles compras "sobre una base total del capital ya que nuestro gusto por la deuda es muy bajo", escribió uno de los hombres más ricos del mundo. "Ambos creemos (en referencia a Munger) que es una locura arriesgar lo que tienes para obtener lo que no necesitas".
"Creemos que Berkshire tendrá oportunidades de vez en cuando de realizar una gran compra. Mientras tanto, seguiremos con nuestra simple norma. Cuanta menos prudencia en la forma de actuar de otros, mayor prudencia en nuestra forma de actuar", añadió en un claro aviso a los inversores.
De momento, buena parte de la descomunal caja de la de Omaha, Nebraska, sigue invertida en deuda pública americana. Recordemos que la última gran caza de Buffett se produjo hace más de dos años con la compra de Precision Castparts, fabricante de componentes de metales para el mercado aeroespacial, energético e industrial, a cambio de 32.100 millones de dólares.
El pasado octubre, el conglomerado tomó una posición del 38,6% en Pilot Travel Centers, el mayor operador de áreas de descanso en carretera, con la posibilidad de alcanzar ampliar su inversión hasta el 80% en el año 2023. Aún así, dos grandes operaciones, como la oferta que Kraft Heinz hizo por Unilerver, con un precio aproximado de 143.000 millones de dólares, o su interés por hacerse con Oncor, no llegaron a buen puerto.
Nuevos vicepresidentes
En la carta a sus inversores, Buffett, quien el pasado viernes anunció su intención de abandonar el consejo de administración de Kraft Heinz, no hizo ningún guiño a su posible jubilación ni tampoco la de Munger. Berkshire nombró el mes pasado dos vicepresidentes que eventualmente podrían tomar las riendas del conglomerado. Gregory Abel, el encargado de liderar Berkshire Hathaway Energy, también supervisa los negocios no relacionados con las aseguradoras, donde se incluyen la ferroviaria BNSF o la cadena de heladerías Dairy Queen, entre otros, con una fuerza laboral de más 330.000 empleados. Por su parte, Ajit Jain, capitanea el negocio de seguros de Berkshire, con más de 47.000 empleados. "La sangre de Berkshire fluye por sus venas", reiteró Buffett al referirse a ambos.
Sigue oprtando por la bolsa
Pese al ofuscado mes de febrero que ha sufrido la renta variable americana, Buffett volvió a recomendar a los inversores que ignoren los vaivenes en los precios y hagan caso omiso a los gestores con credenciales de lujo así como a las tentaciones de engordar sus inversiones en renta fija. Para este multimillonario genio es "un terrible error" para aquellos con su miras puestas en el largo plazo, véanse fondos de pensiones, medir el riesgo según el porcentaje de bonos y acciones que componen sus carteras.
Esta advertencia se produjo en un momento en que la rentabilidad del bono del Tesoro de EEUU a 10 años afianza su escalada, llegando a tocar niveles no vistos desde 2014, en un momento en que el gasto público comienza a genera cierta preocupación y la bolsa estadounidense ha sufrido su primera corrección de un 10% desde comienzos de 2016. Para Buffett, los bonos de alta calidad pueden aumentar el riesgo de una cartera de inversión debido a la inflación.
"A medida que el horizonte de inversión se alarga, una cartera diversificada de acciones estadounidenses se vuelve progresivamente menos arriesgada que los bonos, asumiendo que las acciones se compran a un múltiplo razonable de beneficios en relación con las tasas de interés vigentes en ese momento", aseguró.
No hay que olvidar que no pocos gestores han recalcado que las valoraciones que llegó a tocar la bolsa estadounidense, con ratios PER -multiplicador de beneficios- de más de 20 veces para el Dow Jones, no eran tan elevadas si se ponían en relación con el bajo interés que ofrece la renta fija.