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Las petroleras están listas para echar más gasolina a su política de dividendo

  • Este ejercicio las petroleras generarán un exceso de flujos de caja de 15.000 millones que podrían distribuir
  • El sector elimina los pagos en 'scrip', retoma las recompras y los dividendos rentan más del 5%

Carlos Jaramillo

El crudo no subirá por encima del techo de 70 dólares, pero las firmas del sector han situado el 'breakeven' en 50 dólares. Los dos gigantes, Shell y Total, son las mejores opciones para invertir

Tras atravesar un calvario que arrancó en el mes de junio de 2014 y que llevó a las petroleras a caer más de un 40 por ciento en el parqué de la mano de un crudo que parecía no encontrar un suelo, el sector no ha retomado del todo el pulso en el parqué, pero los resultados y las previsiones de las firmas de la industria han dado paso a cierto optimismo sobre el futuro de las petroleras.

Aunque no se espera que el crudo pueda subir mucho más de lo que lo ha hecho -este año superó los 70 dólares y ahora se queda en 65-, el esfuerzo realizado por el sector permite que, en estos niveles, las compañías estén en disposición de mejorar la retribución a sus accionistas y generar niveles importantes de beneficio. "Mientras 2017 estuvo caracterizado porque la generación de flujos de caja libre de las grandes petroleras de la región casi cubrían los casi 40.000 millones de dividendos, ahora el sector está saliendo de su vía crucis y entrando en el camino de la recuperación, donde esperamos 15.000 millones de exceso de free cash flow para apoyar unos dividendos de más del 5 por ciento", explican desde Bank of America.

Y es que el breakeven del sector ha pasado de los 97 dólares de 2014 -según cálculos de RBC- a los 50 dólares de cara a 2018. De hecho, en los precios actuales todas las petroleras cubrirían sus necesidades: Eni sería la que necesitaría un crudo más elevado -en 59 dólares- y Repsol se situaría como una de las compañías más eficientes, alcanzando su umbral de rentabilidad en los 40 dólares. Con esta situación, las estimaciones de beneficio para el sector en Europa han crecido un 6,4 por ciento en lo que va de año y el payout (porcentaje de las ganancias destinado al pago de dividendos) de cara a este año se sitúa en el 74 por ciento. Y, en caso de que el petróleo alcanzase de manera continuada los máximos del año, en la entidad canadiense creen que las estimaciones de resultados para 2018 podrían crecer un 26 por ciento y los flujos de caja un 7 por ciento.

En este escenario, las petroleras se encuentran en pleno proceso de vuelta a la normalidad en su retribución al accionista, eliminando de manera paulatina los scrip (que diluyen a quien elige los pagos en efectivo ) y volviendo a las recompras de acciones. En este sentido, Total ha anunciado que incrementará su dividendo en torno a un 10 por ciento entre 2018 y 2020 y que realizará recompras por 5.000 millones durante el periodo. Y, además, ha comunicado que impedirá mayores diluciones a sus inversores por el programa de pagos en scrip. Mientras, Royal Dutch Shell ha anunciado recientemente la vuelta a un dividendo completamente en efectivo, BP que recomprará acciones para evitar la dilución y la noruega Statoil ha incrementado su retribución. Repsol está dibujando su nueva política de retribución y los analistas calculan que podría evitar al menos el 50 por ciento de la dilución que provoca el pago en papelitos. Este contexto ha motivado que los dividendos del sector -que ofrecen más de un 5 por ciento- ganen atractivo. Pero, ¿cuáles son las compañías que, además, cuentan con el apoyo de los analistas?

Royal Dutch Shell y Total

La mayor empresa de la industria por capitalización también es la favorita de los analistas. Con un potencial de casi el 19 por ciento a 12 meses y unas perspectivas de aumento de los beneficios entre 2017 y 2019 del 56 por ciento, Royal Dutch Shell cuenta con una clara recomendación de compra y se gana su mejor consejo desde el año 2011. Y uno de los principales motivos es el atractivo de su dividendo, que a los precios actuales ofrece un rendimiento cercano al 6 por ciento y tiene potencial al alza. "Calculamos que puede recomprar cerca de 25.000 millones de dólares en acciones entre 2018 y 2020 asumiendo el retorno del exceso de free cash flow después del pago de 50.000 millones en dividendos. Además, desinversiones de 15.000 millones planeadas para el mismo periodo podrían llevar la retribución total a casi 90.000 millones, o un tercio de su capitalización", explican en Bank of America Merrill Lynch. "No solo tiene capacidad de aumentar su dividendo, también esperamos que su consejero delegado tenga predisposición a hacerlo", explican desde Morgan Stanley, donde recuerdan que ya se ha hecho en periodos mucho más complicados.

La segunda compañía favorita de los analistas también es la segunda mayor petrolera del Viejo Continente. La francesa Total recuperará los 10.000 millones de beneficio el año que viene y sus ganancias cubren ampliamente su dividendo, con un payout del 63 por ciento. "El mensaje ha sido alto y claro. La francesa propone eliminar la dilución del scrip con buybacks, aumentar el dividendo un 10 por ciento entre 2018 y 2020 y hasta 5.000 millones en recompras adicionales en función del entorno macro. La nueva política de distribución da muestras de disciplina y es muy amigable para el accionista", destacan en Credit Suisse.