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Axa IM: "Los inversores deben prepararse para ver rentabilidades más bajas en todos los activos"


    Ana Palomares

    La gestora francesa Axa IM muestra su preferencia por la renta variable sobre la renta fija para este año y por Europa y emergentes frente a EEUU. Aunque no ve una corrección estructural sí prevé correcciones puntales que pueden convertirse en oportunidades para los inversores.

    El rally que han vivido los mercados de bonos y de renta variable no se puede decir que haya llegado a su fin pero sí ha puesto en precio a todos los activos y ajustado tanto las valoraciones que complica que los inversores este año vayan a ver rentabilidades de dos dígitos, independientemente del tipo de activo en el que inviertan.

    Ésta es una de las conclusiones del informe sobre Perspectivas Económica que ha presentado hoy la gestora Axa Investment Managers. "Los inversores deben estar preparados para ver rentabilidades más bajas en todos los activos", apunta Jaime Albella director de ventas para España de AXA IM.

    En concreto, desde la gestora francesa se muestran de acuerdo con el consenso de mercado que defiende la inversión en renta variable como la opción más atractiva de cara al año que acaba de comenzar. Y también se asemejan al consenso a la hora de prever que Europa y los emergentes presentan un mejor potencial a corto plazo que el mercado estadounidense gracias al tirón que esperan que tenga el sector bancario en la eurozona con las small caps otro año más como grandes protagonistas.

    En concreto, prevén que el mercado europeo avance este año un 7% mientras que la expectativa es que los emergentes lo hagan en tasas del 10%, a pesar de que reconocen que los riesgos políticos que se han visto en los últimos años en Occidente se han traslado éste a los mercados menos desarrollados.

    "Creemos que las valoraciones están ya muy ajustadas y prevemos una corrección de múltiplos que se traducirá en que las bolsas subirán algo menos que los beneficios empresariales", afirma Albella. Según explica, el rally de los mercados de los últimos años ha estado muy condicionado por las políticas expansivas de los bancos centrales pero este año esas políticas expansivas marcarán un pico por lo que los inversores deben prepararse para un "back to normal" en el que los mercados dejen de guiarse por los bancos centrales para concentrarse en aspectos micro y macro económicos.

    Un año de crecimiento

    La buena noticia es que ambos aspectos son positivos de cara al año que acaba de empezar. "Creemos que en 2018 será todavía un año de crecimiento a pesar de que la política monetaria vaya a tocar su pico", afirma Albella, y de hecho prevé que ese crecimiento se traslade a la inflación, aunque de una manera moderada. No obstante, y aunque estiman tasas de crecimiento del 2,5% en EEUU y del 2,3% en la zona euro, resalta que existe el riesgo de que esas economías no sean capaces de seguir avanzando en el futuro de la misma manera que lo han hecho en el pasado y para evitarlo instan a los Gobiernos a aplicar políticas de estímulo fiscal para compensar una contracción monetaria que sobre todo se aplicará en EEUU, donde fijan en tres las subidas de tipos que llevará a cabo este año la Reserva Federal.

    Sin embargo, EEUU no será el único país que suba tipos este año ya que también pronostican un alza por parte del Banco de Inglaterra para el segundo semestre del año con el objetivo de impulsar la inflación. En Europa, sin embargo, no esperan la primera subida de tipos hasta "al menos la segunda parte de 2019".

    El bund llegará al 0,8%

    Con este contexto, tienen claro que las mejores expectativas las ven en los mercados de renta variable aunque eso no implica que no encuentren también oportunidades concretas en renta fija. En concreto ven valor en los bonos ligados a la inflación de EEUU, en renta fija emergente de duraciones cortas y en el mercado europeo de high yield, mientras que son negativos con respecto al bund y el Tnote -prevén que sus rentabilidades suban a niveles del 0,8 y 2,70%- y neutrales con respecto a la deuda gubernamental de países periféricos.