Bolsa, mercados y cotizaciones
La reducción del balance de la Fed abaratará en un 3% comprar el S&P
- También tendrá efecto sobre los bonos
José Luis de Haro
La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, y el resto de altos funcionarios que participan en el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) están dispuestos hoy a hacer uso de aquello del alea iacta est y poner en manos de la suerte las posibles consecuencias a la reducción de su balance. Un colchón con cerca de 4,5 billones de dólares en deuda del Tesoro y activos respaldados por hipotecas que ha engordado sustancialmente como consecuencia de las crisis financiera hasta suponer casi un 25 por ciento del PIB de EEUU.
Es por ello que cada palabra y detalle que describa el arranque de este proceso, previsto para el próximo 1 de octubre, supondrá una vital diferencia entre una brusca pataleta del mercado como la sufrida en mayo de 2013, cuando el anuncio del posible fin de las compras de activos por parte de Ben Bernanke se tradujo en subidas de más de 100 puntos para la rentabilidad de los bonos del Tesoro y caídas del 6 por ciento para el S&P 500, o un cómodo proceso que, incluso, ayudaría a enfriar tímidamente las elevadas valoraciones de la bolsa.
"El efecto inmediato más probable de una menor demanda de bonos por parte de la Fed es un mayor rendimiento de los bonos del Tesoro, algo que podría influir en las valoraciones de las acciones", indica David Kostin, estratega jefe de renta variable estadounidense de Goldman Sachs. Según los cálculos que realizan los economistas del banco, la dieta completa a la que se someterá al balance de la Fed, cuyo peso ideal será los 3 billones de dólares y no los menos de 900.000 millones registrados antes del arranque de la crisis de las hipotecas basura, incrementará en aproximadamente 75 puntos básicos la prima del bono americano. "Parte de este efecto ya está descontado en la rentabilidad actual del bono a 10 años", señala Kostin, quien sin embargo incide que un cambio de 20 puntos básicos en la rentabilidad del beneficio del S&P 500 "puede reducir modestamente el PER del índice".
En este sentido, los analistas de Goldman proyectan una tímida reducción del PER del S&P 500 desde el 17,8 actual hasta el 17,4, lo que representa una caída del 3 por ciento. La entidad sitúa la rentabilidad del bono a 10 años en el 2,75 por ciento este año y en el 3,25 por ciento el que viene. Esta situación sirve a Kostin y su equipo para justificar el cambio de tendencia del S&P 500 hasta su precio objetivo para fin de año, cuando se espera que cierre en los 2.400 puntos, un 4 por ciento menos de los niveles actuales.
La de Goldman es una de las teorías que siembran el mercado ante lo desconocido. "Acabar con el universo de liquidez sin fin va a ser un proceso agotador. Nadie lo ha hecho antes y nadie puede afirmar con credibilidad lo que va a ocurrir", escribía en otro informe, James Athey, gerente de inversiones de Aberdeen Standard Investments.
En un principio, el FOMC, donde las vacantes y reemplazos influenciarán las decisiones de los próximos meses, especialmente con la necesidad de validar a Yellen al frente de la Fed a finales de enero del año que viene, comenzará con una desinversión mensual por valor de 10.000 millones de dólares, que aumentará trimestralmente hasta alcanzar los 50.000 millones de dólares en octubre de 2018.