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Ebury: "El mercado sigue subestimando el ritmo de subidas de tipos que es posible en EEUU en 2017"


    José Luis de Haro

    En sus comparecencias ante el Comité Bancario del Senado y el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, abría la puerta a una posible subida de tipos que podría llegar tan pronto como el próximo mes de marzo. Una situación que comulgaría con el incremento moderado pero continuo de las presiones inflacionista y que respaldan la fortaleza del dólar.

    "El mercado sigue subestimando el ritmo de subida de tipos que es posible en 2017", explica Enrique Díaz-Álvarez, director de riesgos en Ebury, quien barajar entre tres e incluso cuatro subidas de tipos de interés en los próximos meses. Según su opinión, los factores que han propiciado la subida del dólar hasta ahora siguen en su sitio pero señala que "empezamos a acercarnos al fin de su ciclo alcista, aunque todavía queda algo de recorrido".

    El billete verde se ha convertido en la divisa protagonista desde que el pasado 8 de noviembre, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump ganase las elecciones. Desde su toma de posesión el pasado 20 de enero, el inquilino de la Casa Blanca ha arremetido sin tapujos contra China, del que asegura que manipula su divisa, Japón, al que acusa de utilizar su política monetaria laxa para debilitar el yen, o Alemania.

    En estas circunstancias muchos se preguntan si el tono del mandatario, que se ha apaciguado durante las últimas jornadas, especialmente con Japón tras su encuentro con el primer ministro nipón Shinzo Abe, acabará por detonar medidas más agresivas. "La administración Trump tiene otras prioridades, como lidiar con los conflictos políticos, el plan de infraestructura, la rebaja de impuestos, vemos como esta especie de exabruptos sobre las monedas de los competidores comerciales pasen a segundo término y no sean realmente un factor en los próximos meses", asegura Díaz-Álvarez.

    Sin embargo, una de las promesas incluidas en el plan de sus primeros 100 días de gobierno era calificar a Pekín como un manipulador de su divisa. Precisamente, esta semana Steven Mnuchin, era confirmado como secretario del Tesoro, y será el responsable de tomar esta decisión. Dicho esto, con Mnuchin, quien militó las filas de Goldman, en el Tesoro y Gary Cohn, quien fuera presidente del mismo banco de inversión, dirigiendo el Consejo Económico Nacional, quizás este calificativo no llegue a materializarse.

    "La dinámica de poder entre las distintas facciones de la administración Trump van a ser muy interesantes", indica el director de riesgos de Ebury que reconoce que si Mnuchin y Cohn consiguen llevar la voz cantante en lo que a política económica se refiere, "vemos poco riesgo de que se declare a China como un manipulador de su moneda".

    Donde Díaz-Álvarez y su equipo son más pesimistas es en México. Al fin y al cabo, el riesgo Trump sobre el peso mexicano es mucho mayor que sobre ninguna otra moneda. Aún así, para el experto de Ebury "más que la posibilidad de aranceles, lo que supone un riesgo para la divisa mexicana es que los flujos de inversión directa en México se detengan".

    En este sentido pone de manifiesto que el problema para el país no es el pago de un arancel fronterizo, que "hasta cierto punto es llevadero", sino que las empresas internacionales decidan que el riesgo en las cadenas de producción de México es tan alto "que se decida no continuar con la expansión de ciertos puestos en el país". "La incertidumbre va a tener ese impacto de secar los flujos de inversión directa y cuando eso ocurre el que la divisa este barata o cara empieza a importar menos", añade.

    Por último, con una Fed más decidida a subir tipos y unas presiones inflacionistas que crecen, Díaz-Álvarez espera que "veamos la paridad entre el dólar y el euro en algún momento del primer semestre de este año".