Bolsa, mercados y cotizaciones

Un mes para ser más selectivos y prudentes

  • Análisis del Servicio de Estudios de Banca March

Rose Marie Boudeguer

Tras un mes de avances moderados en los mercados globales, la valoración de los activos financieros se ha encarecido. Comenzamos octubre con precios menos atractivos, por lo que recomendamos ser selectivos y prudentes ante los riesgos que se avecinan.

Entre los peligros a considerar están los resultados del próximo referéndum en Italia, la incertidumbre ligada a las elecciones en Estados Unidos y las declaraciones cruzadas en torno al Brexit. A estos factores se une la situación complicada de algunos bancos europeos -que podrían seguir contagiando al resto del sector- y los diversos pronósticos sobre la próxima subida de tipos de la Fed.

Sin embargo, también hay lugar para una visión más optimista, que incluye la posibilidad de enfrentarse a estos desafíos construyendo una cartera diversificada con exposición a todo tipo de activos (en su justa medida), ya que dentro de cada categoría se pueden encontrar oportunidades.

El activo monetario sigue siendo necesario para limitar la volatilidad de las carteras aunque su rentabilidad es casi inexistente y sea necesario complementar los valores seguros con algunos que impliquen algún tipo de riesgo. Diversificación y baja inflación en España compensan la baja rentabilidad de este segmento.

En cuanto a la renta fija, los bonos del Estado de los países centrales de la Eurozona son poco atractivos para un inversor privado. Los bonos periféricos se han encarecido mucho pero siguen apoyados por las compras del Banco Central Europeo (BCE), por lo que son alternativas viables mientras no haya repuntes de inflación o una aceleración del crecimiento económico y mientras las primas de riesgo periféricas se mantengan dentro del rango actual. Fuera de la Eurozona se pueden encontrar rentabilidades más atractivas, aunque en estos casos se debe asumir riesgo divisa o el coste del seguro de cambio.

Los bonos corporativos se ven apoyados por los bajos costes financieros de las empresas y las reducidas tasas de impago. En la Eurozona, también se ven favorecidos por las compras del BCE. No obstante, su baja rentabilidad los hace vulnerables a aumentos en la volatilidad, sobre todo en el caso de la deuda de empresas de calificación más alta. Frente a estas últimas, los bonos de la categoría 'high yield' ganan en atractivo, al igual que algunos bonos de países emergentes, sobre todo si se cuida que el mayor riesgo asumido sea tolerable y esté bien remunerado.

La renta variable tiene potencial a medio-largo plazo, pero no está barata y los resultados empresariales todavía se están viendo afectados por las pérdidas en los sectores de energía, materiales y financieros. Además, en los próximos meses los mercados estarán más expuestos a la posible subida de tipos americanos, riesgo que está puesto en precio solo en parte, y a los eventos políticos que ya hemos mencionado.

Dicho lo anterior, una vez que el precio de las materias primas se estabilice, tanto los flujos de fondos de vuelta a esos sectores, como la recuperación de la tendencia alcista en sus resultados empresariales servirán de apoyo. Por otro lado, la renta variable se sigue beneficiando de una rentabilidad por dividendo atractiva, sobre todo si se compara con la ofrecida por los bonos. En resumen, el potencial de la renta variable a medio plazo es positivo pero en el corto plazo, continuará expuesta a un aumento de la volatilidad.

En cuanto al mercado de materias primas, el precio del petróleo habría tocado suelo y esperamos una tendencia gradualmente alcista. En cambio, no vemos potencial alcista para el oro ni para los metales industriales en el corto plazo.

Con respecto a las divisas, mantenemos la visión positiva sobre el dólar, que se debería apreciar a medida que se acerque la próxima subida de tipos de la Reserva Federal de EEUU. También consideramos que la apuesta por el dólar es una cobertura natural contra el aumento de la aversión al riesgo. Por el lado opuesto, la tendencia de la libra frente al euro y el dólar seguirá siendo bajista.

Este panorama de cierta calma económica, pero con riesgos políticos, nos lleva a proponer una exposición neutral a todos los tipos de activos, es decir, al activo monetario, la renta fija y la renta variable. Como complemento del activo monetario, puede ser interesante considerar la inclusión de fondos de gestión alternativa de baja volatilidad que mejoren las perspectivas de rentabilidad.

Por su parte, en renta fija soberana, además de los bonos de los países periféricos puede ser interesante asumir cierto riesgo divisa como contrapartida de una mayor rentabilidad. En deuda corporativa seguimos considerando atractiva la inversión más conservadora en high yield. Por último, tanto en bonos soberanos como en crédito, apostamos por la gestión flexible y global en búsqueda de rentabilidad y la diversificación.

En renta variable, mantenemos la sobreponderación de las bolsas de la Eurozona seguidas de las de Asia, la exposición neutral en Estados Unidos y la infraponderación de América Latina y de los índices de Europa Emergente. Seguimos recomendando aprovechar la divergencia entre sectores y valores específicos, con una selección que premie la baja volatilidad y el dividendo creciente.