Bolsa, mercados y cotizaciones
El tsunami que no fue: un año después, Suiza capea bien la fortaleza del franco
- El 15 de enero de 2015 abandonó el tipo máximo de cambio con el euro
- El país no ha caído en recesión y las exportaciones no han colapsado
- Los analistas avisan de que todavía podría haber efectos secundarios
elEconomista.es
Un año después de que el Banco Nacional de Suiza (BNS) sorprendiera a todo el mundo con su repentino abandono del techo para el franco suizo frente al euro, no se ha consumado ninguno de los escenarios apocalípticos que se anunciaron (el CEO de Swatch habló de un "tsunami"). Con todo, todavía es demasiado pronto para abrir el champán.
Fue el pasado 15 de enero de 2015 cuando saltó la noticia de que Suiza abandonaba su política de intervención en las divisas para mantener un tipo máximo de 1,20 francos suizos por euro. La conmoción fue total, y la reacción del mercado fue abrupta, y la divisa llegó a revalorizarse un 30% por momentos, llegando a la zona de 0,85 francos por euro. En una jornada de infarto, finalmente acababa en la paridad y el mes se cerraba con una subida de menos del 15%.
Pero a pesar de todo, desde entonces el franco ha vivido con cierta tranquilidad. De hecho ha ido poco a poco perdiendo valor frente al euro, y actualmente se mueve en la zona de 1,09, una tendencia que le acerca al antiguo máximo fijado por el BNS. De hecho, de todos los posibles afectados, el que más ha sufrido ha sido precisamente el banco central, que ha contabilizado pérdidas de 23.000 millones de francos suizos por la depreciación de sus reservas. De momento son solo pérdidas contables, pero si continuara la tendencia se podrían poner en peligro los dividendos que reparte a los cantones.
Mientras, otro de los grandes efectos ha sido la caída de precios, que fue del 1,1% en el conjunto de 2015, la mayor desde 1950, provocada por el hundimiento de los costes de importación. Se espera que este año la tendencia continúe antes de repuntar en 2017, según las previsiones del BNS. Pero esto forma parte del "necesario proceso de ajuste" para que la economía mantuviera la competitividad, como explicó el martes Andrea Maechler, miembro del consejo del banco central.
Los efectos en la bolsa también fueron importantes, y los blue chips (las grandes compañías suizas) se hundieron tras la noticia del abandono del techo para el franco. Pero desde sus mínimos rebotaron, y en agosto marcaron máximos de ocho años. Desde entonces han caído en línea con lo ocurrido en otros mercados internacionales, y el efecto de la decisión del BNS quedó neutralizado en poco más de medio año.
Otra de las grandes preocupaciones era el crecimiento económico. Sin embargo, Suiza ha evitado la recesión, y aunque el crecimiento no será muy robusto (el BNS estima que será del 1% en 2015 y del 1,5% en 2016) los efectos han sido menores de lo esperado. El paro, por ejemplo, subió al 3,4% en diciembre, máximo de cinco años, y el gobierno calcula que volverá a subir este año, hasta el 3,6%. Sin embargo, como dice el vicepresidente del SNB, Fritz Zurbruegg, "si miras al desempleo en 2015, la mayoría de analista fue sorprendido positivamente".
En resumen, como analiza Alexander Koch, economista de Raiffeisen Shweiz, "a primera vista no pinta tan mal: se evitó una recesión, las exportaciones no colapsaron y el mercado de trabajo sigue pareciendo sólido. Pero pensamos que todavía habrá efectos secundarios, todo depende del desarrollo de la divisa".