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Arabia Saudí está ganando la guerra del petróleo: la producción fuera de la OPEP se hunde

  • EEUU, Rusia y el Mar del Norte no aguantarán el barril a 50 dólares
  • La producción de los de fuera de la OPEP sufrirá la mayor caída desde 1992
La demanda dirigida a la OPEP subirá a 32 millones en el segundo trimestre de 2016. | <i>eE</i>

elEconomista.es, Agencias

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha señalado en su informe mensual sobre el petróleo que la estrategia de la OPEP, liderada por Arabia Saudí, para mantener su cuota de mercado en el contexto de descalabro de precios está surtiendo efecto. En el último año, la OPEP ha estado produciendo mucho más crudo del que el mercado necesitaba, provocando un exceso de suministro mundial y un desplome en el precio. Los analistas de Goldman Sachs no descartan que los precios del crudo se desplomen otro 60% más, hasta los 20 dólares.

La agencia, que asesora a las mayores economías del mundo en materia de política energética, determina que la demanda dirigida a la OPEP, que extrajo 31,6 millones de barriles diarios este mes de agosto, subirá a 32 millones en el segundo trimestre de 2016, un nivel que no se alcanzaba en 7 años, y eso será en detrimento de países de fuera del cártel, esencialmente EEUU, Rusia y el Mar del Norte.

En esas tres zonas, el recorte de producción en los pozos con unos costes operativos más elevados -que tienen serios problemas de rentabilidad con un barril a 50 dólares o incluso menos- podría llegar a 500.000 barriles diarios el año próximo.

En total, para los países que no pertenecen a la OPEP sería el mayor descenso anual desde 1992, para quedarse en 57,7 millones de barriles diarios. En EEUU, el número de plataformas petroleras activas se ha reducido en un 60% el año pasado. "El colapso de los precios del petróleo está provocando el cierre de la producción de costes elevados desde Eagle Ford en Texas a Rusia y el Mar del Norte", indicó la agencia.

Demanda global

En lo que respecta a la demanda global, la AIE estima que este año se incrementará en 1,7 millones de barriles diarios hasta 95,5 millones, lo que supone la mayor subida en cinco años, que se explica en gran medida por un barril barato. Esa previsión es de 221.000 barriles diarios más de lo que había estimado el mes pasado. Y esa corrección es casi idéntica para 2016: se consumirán 95,8 millones de barriles diarios, 1,4 millones más que en 2015.

Los autores del estudio señalaron que en el tercer trimestre de este ejercicio sus estimaciones son de 450.000 barriles diarios más de lo que pensaba hace un mes (hasta 95 millones) en razón de los signos visibles en EEUU, China, Europa y Rusa. En el caso del país asiático, hicieron hincapié en el fuerte ascenso en la petroquímica y en el sector de los transportes, que "compensa cualquier aparente debilidad en el uso industrial del petróleo".

Además, fuentes del sector consultadas por The Wall Street Journal aseguraron que cuando se produzca el regreso de Indonesia al grupo, previsto para diciembre, probablemente aumentará su techo oficial de producción. La OPEP añadiría así los 800.000 barriles diarios que produce Indonesia al objetivo del grupo de 30 millones de barriles al día, dijeron los funcionarios.

El techo de producción se revisa dos veces al año pero se incumple habitualmente porque países como Irak o Arabia Saudí no dudan en producir más para defender su cuota de mercado en momentos de precios bajos.

Cae el ritmo de crecimiento de las reservas

Por lo que respecta a las reservas, en julio continuaron aumentando en 18 millones de barriles para alcanzar un récord de 2.923 millones de barriles a finales de ese mes. Eso equivale a 31,2 días de consumo, es decir, 0,6 días más que a finales de junio. Y los primeros datos hacen presumir que la tendencia ha continuado en agosto.

La AIE puntualizó, no obstante, que el ritmo de alza de esas reservas se ralentiza, y que la tendencia podría invertirse, pero sólo en el segundo trimestre de 2016, cuando por otra parte Irán debería estar en capacidad de extraer más crudo de sus pozos y ponerlo en el mercado, gracias al levantamiento de las sanciones tras el acuerdo internacional sobre su programa nuclear.