Bolsa, mercados y cotizaciones
Los bonos de la eurozona ya acumulan pérdidas del 5%
- El giro del mercado ha sorprendido a muchos inversores
Javier G. Jorrín, Víctor Blanco Moro
La incertidumbre griega, los malos datos económicos de EEUU, el rally tan pronunciado de la deuda, la mejoría de la inflación... El mercado tiene muchos motivos para argüir el repentino giro de la renta fija en las últimas semanas, pero ninguna razón convincente que explique el deterioro tan fuerte que se ha producido.
Más todavía si los volúmenes que está moviendo el mercado no son muy elevados, como confirman fuentes del mercado. Muchos inversores y gestores miran a las pantallas de Bloomberg sin comprender este giro, o sin querer comprenderlo, mientras las pérdidas se multiplican día a día.
El bono alemán sumó ayer su séptima sesión consecutiva de pérdidas (o lo que es lo mismo, de escalada de su rentabilidad), su peor racha en más de cuatro años. Hay que remontarse a marzo de 2011, cuando la eurozona debatía la quita de la deuda griega, para ver una fase bajista igual. Pero no es el único de la eurozona que acumula una racha negativa no vista en mucho tiempo: el bono belga y el francés suman seis sesiones consecutivas en rojo, su peor ciclo en dos años.
Más fuerte de lo esperado
Antes de llegar esta fase bajista, los inversores ya esperaban una corrección en el mercado, pero no temían un giro tan fuerte. En unas pocas sesiones, la deuda gubernamental se ha comido casi todas las ganancias acumuladas desde el inicio del año.
El bono español a 10 años, por ejemplo, deja unas pérdidas del 5,71% desde que marcara su precio más alto del año el pasado 12 de marzo. Esto significa que en menos de un mes ha borrado todo el beneficio de este año. Al cierre de la sesión de ayer, la rentabilidad que exigía el mercado para comprar un bono español alcanzaba el 1,78%, un nivel que no se veía desde el mes de diciembre. Por su parte, la prima de riesgo escaló ayer 21 puntos básicos, hasta los 126 puntos, lo que refleja que la jornada para la deuda española fue mucho peor que para la alemana.
El Bund se había convertido en el activo estrella de 2015: su precio no dejaba de subir, fuese cuál fuese el escenario económico y político y los inversores aceptaban las menores rentabilidades de la historia, con todos los bonos hasta el 9 años en negativo. Gestores y analistas no conseguían comprender este desenfreno de la deuda alemana, pero seguían disfrutando del rally. Ahora, muchos inversores se han visto atrapados en la corriente bajista de las últimas sesiones y esperan que los precios de los bonos vuelvan a subir. Desde los máximos del año, que los marcó hace dos semanas, el Bund ha provocado unas pérdidas del 4,14%.
Un nuevo objetivo
Al inicio del año, los analistas de renta fija auguraban un año complicado y marcaban como objetivo principal, evitar las pérdidas. Todo cambió el 22 de enero con el programa de compras de deuda del Banco Central Europeo (BCE), sus inyecciones de liquidez y su inflación de activos financieros: todo subía. En apenas tres meses, los inversores ya habían hecho el año. Los que salieron entonces, esperan la oportunidad para volver a comprar, pero los que siguen dentro, han visto cómo todo lo conseguido se esfumaba en dos semanas.
El objetivo vuelve a ser el del inicio del año: cerrar 2015 en positivo. Los bonos periféricos, que eran los que más ganancias conseguían, son los que más pierden en esta fase bajista. Desde los máximos, el bono portugués a 10 años cae un 7,37% y el italiano, un 5,96%.
Los inversores miran a Grecia con la esperanza de que este giro del mercado haya sido sólo consecuencia del efecto contagio y que el problema heleno se solucione. El país intentará captar hoy 875 millones de euros con una emisión de letras a 6 meses, lo que podría marcar el ritmo del mercado. También se reúnen los miembros del BCE en uno de los dos encuentros mensuales sin decisiones de política monetaria, pero en la que podrían discutir la provisión de liquidez a los bancos helenos a través del ELA y el descuento de los colaterales de deuda griega. El Gobierno de Syriza quiere asegurarse la liquidez del BCE mientras prosiguen las negociaciones, por lo que su vicepresidente, Yannis Dragasakis, se reunirá mañana con Mario Draghi.