Bolsa, mercados y cotizaciones

La presión de los mercados sobre la deuda se templa, aunque los expertos prevén volatilidad en los bonos franceses

  • Las rentabilidades de la renta fija se relajan en la última parte de la semana 
Los bonos reciben un respiro al final de la semana. Foto: Dreamstime.

elEconomista.es

El escenario económico de fondo en Francia no es nuevo, pero la inestabilidad política tras la petición al Parlamento de un voto de confianza al actual Gobierno y a sus planes para reducir el elevado déficit han puesto una vez más en alerta a los tenedores de bonos. Se ha producido, además, en una época del año especialmente intensa en emisiones de deuda tras el parón estival, lo que ha supuesto una mayor oferta y, con ello, más presión para los precios de los bonos en los mercados secundarios donde cotizan tras ser emitidos. Entre los inversores ha habido en la última semana cierto nerviosismo que no se limitó a la renta fija francesa. Otros países europeos también se vieron afectados durante la semana en un contexto en el que la deuda estadounidense está también en el punto de mira. Sin embargo, esos nervios se han templado en las últimas sesiones –el viernes hubo compras gracias a que los datos de empleo en EEUU apuntalan los recortes de tipos de la Fed–, a pesar de que algunos expertos siguen viendo volatilidad y posibles picos de tensión en Francia en los próximos meses.

Los inversores exigían este viernes una rentabilidad del 3,45% por los bonos franceses a 10 años, frente al 3,58% al que llegaron a intercambiarse en los mercados el pasado martes. El rendimiento actual es incluso inferior al del cierre de la semana anterior. También se aprecia este respiro en la deuda a más largo plazo, que es de la que más se desprendieron los grandes tenedores de renta fija: el bono francés a 30 años acabó la semana en el 4,37% tras rozar el 4,5%. Y lo mismo sucede con el diferencial que los mercados piden por los bonos galos frente a sus homólogos alemanes. La prima de riesgo francesa, medida como ese plus para los bonos a 10 años, se movía este viernes en el entorno de los 79 puntos básicos, tras escalar durante la semana ligeramente por encima de los 80 puntos básicos. Con todo, el pico de tensión había sido mayor en este sentido el pasado diciembre, cuando esa diferencia llegó a casi los 90 puntos básicos.

"La prima de riesgo ha subido, pero no de forma espectacular. El diferencial entre los rendimientos de los bonos a 10 años de Alemania y Francia se ha ampliado de 65 a 80 puntos básicos desde mediados de agosto, un nivel que ya vimos a finales del año pasado. Bruselas puede presionar para que se reduzca el déficit presupuestario, pero eso es esencialmente lo que el primer ministro Bayrou ya está tratando de conseguir. El verdadero problema para Francia es restablecer cierto grado de estabilidad política, algo que, en el mejor de los casos, no es probable que se produzca antes de las próximas elecciones parlamentarias o presidenciales", señala François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel AM.

A pesar de la tranquilidad vista en las últimas jornadas, algunos expertos apuntan a que el próximo otoño puede traer más volatilidad con muchas negociaciones pendientes para aprobar presupuestos en Europa. En general, "los mercados de bonos del Estado están en alerta máxima ante los presupuestos de otoño, y las constantes especulaciones sobre las propuestas fiscales no ayudan en absoluto", opina Matthew Amis, director de inversiones y gestión de tipos de interés de Aberdeen.

En Francia, "prevemos que la tensión política regrese en esta segunda mitad de 2025, precisamente porque esperamos que las negociaciones de los presupuestos de 2026 provoquen desacuerdos entre partidos y se convoquen nuevas elecciones. Teniendo esto en cuenta, empezamos a infraponderar los bonos soberanos franceses en nuestras carteras a partir de junio y aumentamos esta infraponderación a principios de agosto, ya que no creíamos que el mercado estuviera descontando suficientemente el riesgo político o fiscal de los bonos franceses", apunta Thomas Gabbey, gestor de renta fija global sin restricciones de Schroders.

Ante los retos pendientes en Francia, "es difícil ser optimista sobre los diferenciales, incluso después del reciente movimiento hasta alrededor de 80 puntos básicos. Esperamos que la volatilidad de los diferenciales continúe, con riesgos que apuntan a un aumento, y no a una reducción, del diferencial con respecto a los bonos alemanes", considera Peter Goves, responsable de Análisis de Deuda Soberana de Mercados Desarrollados de MFS Investment Management.

En cambio, Chris Iggo, CIO de AXA IM Core (BNP Paribas), defiende que "sí, hay preocupaciones sobre la inflación y los equilibrios fiscales, pero todo eso podría estar descontado. Las grandes pérdidas de bonos han quedado atrás y hoy los mercados de renta fija están haciendo lo que se supone que deben hacer: proporcionar ingresos con una volatilidad de rendimiento total que suele ser un tercio de la de la renta variable".

El resto de Europa

Los países de la periferia europea no son los que más preocupan a quienes prestan dinero a los estados. De hecho, están dispuestos a comprar bonos españoles y portugueses a cambio de una rentabilidad sensiblemente inferior a la que exigen por adquirir deuda francesa. El rendimiento de los bonos españoles a 10 años ronda el 3,25%, tras rozar en los últimos días niveles no vistos desde marzo en el 3,4%. Y la prima de riesgo frente a Alemania está en 59 puntos básicos (ver gráfico).

Lo que sí preocupa a algunos expertos es que esta renovada incertidumbre política en Francia, que ha venido repitiéndose en sucesivas ocasiones en los últimos años, acabe afectando al crecimiento en Europa. "Uno de los temas clave con los que hemos estado operando este año han sido los signos de recuperación europea, impulsada principalmente por el sector manufacturero y favorecida por el cambio radical en la política fiscal alemana, concretamente por la anticipación del gasto previsto en infraestructuras. La renovada incertidumbre política en Francia podría frustrar este repunte del crecimiento europeo, y es algo que seguiremos de cerca para detectar cualquier indicio de impacto en el optimismo empresarial", indican desde Schroders.