Bolsa, mercados y cotizaciones
La opa de BBVA sobre Banco Sabadell es la operación más compleja abordada por la CNMV en las últimas dos décadas
- El supervisor ha revisado 20 versiones distintas del folleto de compra
- El proceso ha requerido una especial coordinación con la SEC
Isabel Blanco
Han tenido que pasar casi 16 meses para que el supervisor de la bolsa española haya dado el visto bueno a la oferta pública voluntaria de adquisición de BBVA para comprar Banco Sabadell. La propuesta, presentada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 24 de mayo de 2024, ha pasado por un largo proceso mucho más complicado y profundo de lo habitual. Se trata de la operación más compleja abordada "en, al menos, los últimos 20 años", apuntan fuentes de la CNMV.
Estas mismas fuentes aseguran que se han revisado 20 versiones distintas del folleto de la opa y del informe proforma que incorpora durante todos esos meses. Entre medias, por supuesto, se han remitido múltiples requerimientos de información a BBVA para "garantizar que el proceso se ajusta a lo que establece la normativa" y que el documento contiene "toda la información relevante para los accionistas".
Una de las aristas que ha complicado esta operación es que la CNMV ha tenido que coordinarse mucho con su homólogo estadounidense, la SEC, puesto que la contraprestación de la oferta incluye acciones de BBVA, además de la parte en efectivo, y que los accionistas de Banco Sabadell residentes en Estados Unidos tienen un porcentaje significativo de acciones del capital del banco.
Fuentes del supervisor español explican que se han producido reuniones semanales entre las dos instituciones, CNMV y SEC, durante todo este tiempo, además de las que han tenido con el propio BBVA y con sus asesores en la operación.
En estos 16 meses han ocurrido circunstancias que han añadido complejidad a la que ya de por sí tiene esta compra entre el sector bancario y todas ellas han tenido que ir incorporándose al folleto para que el mercado las tuviera clarificadas. Entre lo más relevante está, por ejemplo, la venta de la filial británica TSB y el macrodividendo asociado a dicha operación, aunque también la fijación de las condiciones por parte de la CNMC o la condición impuesta por el Consejo de Ministros.