Bolsa, mercados y cotizaciones

El repunte del dólar se disuelve y trae un gran peligro para Europa: un euro liberado que derribe la hoja de ruta del BCE

  • El BCE dijo que si se superaban los 1,2 dólares, esto alteraría el equilibrio actual
  • El dólar vuelve a decepcionar y el mercado da por hecho que superará ese límite
  • Tras el acuerdo arancelario, el giro drástico de la Fed lo ha cambiado todo
Dólar/Euro (iStock)

Álvaro Moreno

Este año ha estado marcado por un fenómeno cambiario que se ha llevado todos los focos: la caída del dólar contra todo pronóstico y el ascenso del euro como refugio alternativo. El billete verde, que todo el mundo daba por hecho que se vería reforzado por los aranceles de Trump, se encontró con que las políticas del republicano sembraron una ola de desconfianza en el excepcionalismo estadounidense. La incertidumbre que se posó sobre el territorio norteamericano llevó a que los inversores buscasen masivamente reubicar sus activos en otros lugares denominados en divisas alternativas para diversificar sus carteras, y Europa se convirtió en un auténtico faro. En consecuencia, el euro ha vivido un potente despertar que llegó incluso a preocupar al BCE, que temía que pudiera generar efectos deflacionarios. Tras el acuerdo comercial, el dólar recuperó el impulso perdido y parecía que era el fin de la historia. Pero ese oasis se ha desintegrado, el euro ya roza la zona de máximos del año otra vez y los mercados esperan que se siga revalorizando.

La divisa paneuropea actualmente se cambia por 1,165 dólares. Todavía no ha alcanzado los 1,18 dólares a los que cotizaba en el arranque de julio. Sin embargo, los analistas creen que se están sumando una serie de condicionantes que llevarán al euro a volar claramente por encima de los 1,2 dólares en 2026, en una trayectoria constante pero ascendente. Cabe recordar que el mismo BCE, a través de su vicepresidente, Luís de Guindos, dijo que si se superaba esa barrera "sería problemático". Según TS Lombard, si esto sucediera, se desataría una oleada de recortes del BCE para impedir que se dé un efecto deflacionario y un golpe en la economía.

Pero, ¿qué ha ocurrido para que la tregua del acuerdo comercial se rompa? La respuesta es que la economía de EEUU ha flaqueado y esto ha puesto otra vez en el disparadero al dólar. Tras la entrada en vigor de los aranceles, las últimas cifras del mercado laboral han mostrado un enfriamiento inusitado. Los datos de julio mostraron una revisión de los meses anteriores de 258.000 empleos que desaparecieron, cambiando totalmente las perspectivas. Las cifras de inflación, que podrían haber roto este pesimismo en un mercado laboral enfriado, fueron lo suficientemente neutrales para no cambiar el sentimiento de los mercados y, en consecuencia, el dólar se ha dado a las caídas.

En lo que va de mes el billete verde ya cede un 2,1% en su cambio con el euro. Desde Danske Bank indican que "el cambio de perspectiva con los tipos de interés, pues se espera una importante reanudación de los recortes, mantiene al dólar bajo presión". El mercado de swaps ya da por hecho un recorte en septiembre y entre dos y tres más para todo el año (solo quedan tres reuniones). De hecho, existen dudas de un recorte 'jumbo' (50 puntos básicos de una tacada) en octubre o diciembre. En cambio, según el mercado, el BCE ya no tendría ningún recorte de tipos pendiente para este año.

Desde Capital Economics indican que "esperamos una flexibilización acumulada de 75 puntos básicos en lo que resta de año. Con este contexto, el fuerte repunte del dólar que se proyectaba ahora parece realmente menos probable y nuestra sensación es que este se diluirá en los próximos meses". Julius Baer explica que "la esperada tendencia alcista gradual y transitoria de la inflación arancelaria se verá atenuada por una menor demanda de los hogares. Esto debería permitir que la Reserva Federal (Fed) reanude sus recortes de tipos en su próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC)".

Desde ING consideran que con, este panorama, nada detendrá al euro para que conquiste los 1,2 dólares a partir del cuarto trimestre de este año y, posteriormente, vaya escalando siempre por encima durante los próximos años. Si bien la reunión de hoy de Jackson Hole podría cambiar momentáneamente el rumbo con un Powell mostrándose más hawkish, esto solo sería un alivio temporal según el banco neerlandés, especialmente con una Casa Blanca cercando a la Fed y exigiendo menores tipos de interés. "Sería difícil que algo que diga Powell convenza a Trump y al mercado de un cambio de perspectiva". Para el banco neerlandés "el daño en el mercado laboral es realmente notable y con una confianza en el consumidor más débil de lo esperado, esto se suma a un impacto inflacionario de los aranceles que parece que vaya a ser más débil de lo esperado y de menor duración".

Bank of America va más allá y en su último informe dice que este mismo año se superarán los 1,2 dólares por culpa del giro de la Fed, y prevé una aceleración en 2026 hasta los 1,25 dólares. "El entorno estanflacionario, los aranceles y las preocupaciones sobre la independencia de la Fed y las instituciones estadounidenses deberían, en última instancia, presionar a la baja al dólar". Esto se suma a una tendencia fundamental en la que "la evolución entre el dólar y las divisas europeas es mecánicamente más baja".

El euro tiene grandes apoyos

Al mismo tiempo, el banco neerlandés cree que "la historia del euro ha convencido a los mercados". Esto se debe a que "los inversores internacionales siguen interesados en la rotación de activos, y la eurozona mantiene su demanda. Los datos de la Balanza de Pagos del Banco Central Europeo muestran un fuerte interés continuo por los productos de deuda y renta variable de la eurozona en mayo y junio, con compras de extranjeros por un total de 236.000 millones de euros en activos de la eurozona durante ese periodo de dos meses".

Se trata de una tendencia que se vería expandida por una mayor oferta de bonos alemanes y un mayor crecimiento tanto de la locomotora de Europa como de la región, ambas renovadas por un mayor gasto. La clave está en que desde Berlín se han desembarazado de su límite constitucional a la deuda, exceptuando de la prohibición de tener déficit público a buena parte del gasto militar (todo lo superior al 1% del PIB en defensa), un plan de infraestructuras de 500.000 millones en una década y parte del déficit de los Lander (sus autonomías). Esto, sumado a una UE que está aligerando las normas fiscales para fomentar el rearme europeo, lo que abre la puerta a un mayor gasto.

Desde ING explican que particularmente el crecimiento de Alemania tiene un impacto decisivo en el euro, y a medida que el país siga repuntando económicamente, la moneda seguirá su rumbo, pues sus destinos están totalmente entrelazados. "Hasta 2026, nuestra perspectiva de base es que una expansión alemana impulsada por la fiscalidad hacia tasas de crecimiento del 2% será una fuente de ganancias continuas del EUR/USD a lo largo del año. Un crecimiento del 2% en Alemania tiene un impacto mucho mayor en el EUR/USD que un crecimiento del 2% en EEUU".

"Si el euro se apreciara aún más, esto lastraría la inflación y las exportaciones, lo que podría inclinar la balanza hacia otro recorte"

Más a largo plazo, desde ING creen que esta situación provocará incluso que el BCE tenga que subir tipos, provocando que el euro dólar llegue incluso a los 1,27. Solo ven dos importantes amenazas a la carrera de la moneda única: una escalada de riesgos geopolíticos (y de política interna) y un colapso en las conversaciones de paz de Ucrania, con un mayor recrudecimiento del gasto militar.

El consenso de los analistas de Bloomberg coincide de forma parcial en este planteamiento, aunque la base que manejan es que se superará la cifra temida por el BCE. Según el pronóstico mediano de los analistas, en 2026 se alcanzarán los 1,22 y el euro se mantendrá siempre por encima de estos niveles. Lo dan por hecho Nomura, Rabobank, JP Morgan, Danske Bank, Julius Baer, BNP, SG y Commerzbank. Algunos analistas como Wells Fargo y Barclays lo ven más rezagado de esa cifra.

En cualquier caso, la situación es preocupante para un BCE que estaba cómodo en el equilibrio actual. Al margen de las declaraciones de Guindos, el mismo Martin Kazaks, miembro del Consejo de Gobierno, comentaba que "el tipo de cambio ha variado significativamente este año y esto también pesará sobre la inflación. Si el euro se apreciara aún más, esto lastraría la inflación y las exportaciones, lo que podría inclinar la balanza hacia otro recorte". Según BNP, una subida sostenida del euro del 10% reduce directamente las ganancias de las empresas europeas entre un 2 y 3%. Según un estudio reciente del BCE, una subida similar del euro le puede costar entre dos y tres décimas al PIB. Con una revalorización que supera el 12% en lo que va de 2025, el peligro de un euro demasiado fuerte, que parecía conjurado, vuelve a estar sobre la mesa.