Bolsa, mercados y cotizaciones

Cirsa se pone un objetivo de deuda de 2,5 veces el 'ebitda' para poder seguir de compras

  • Destinará los fondos de la salida a bolsa a rebajar el pasivo, que será ya de 2,7 veces 'ebitda' tras el debut
  • En mayo, Blackstone ya inyectó 280 millones a la firma para reducir la carga financiera

Carles Huguet, Sergio Fernández
Barcelona/Madrid,

La gestión de la deuda es una de las prioridades de Cirsa. Con la mayoría de los recursos que se captarán en la salida a bolsa reservados para rebajar el pasivo, lejos quedan los registros de hace un lustro, en pleno coronavirus, cuando el cierre de bares y casinos disparó el endeudamiento a más de 18 veces el ebitda. La firma del sector del juego ha elevado desde entonces la deuda global, pero la recuperación del negocio ha provocado que la métrica caiga hasta las 3,3 veces. El objetivo a medio plazo: operar alrededor de las 2,5 veces, un baremo que le permitirá afrontar nuevas operaciones corporativas.

En la información comunicada al mercado con la salida a bolsa, prevista para el próximo 9 de julio, la compañía propiedad de Blackstone, señala un objetivo a largo plazo entre las 2 veces deuda/ebitda y las 2,5 veces deuda/ebitda. En ese margen, la empresa que preside Joaquim Agut tendría suficientes recursos para financiar su operativa y se daría margen para afrontar algún tipo de adquisición de varios cientos de millones si se topara con la oportunidad.

La firma ya llega al mercado con los niveles de endeudamiento más bajos de los últimos años, incluso previos al coronavirus. En 2019, la firma lucía una relación entre deuda y ebitda de 4,7 veces, que se disparó por encima de las 18 veces en 2020 y cayó de manera paulatina hasta 2023, cuando tocó las 3,6 veces. Durante los últimos doce meses, el pasivo escaló hasta las 3,8 veces en diciembre de 2024 para volver a caer a las 3,3 veces por una inyección de capital de Blackstone de 280 millones.

Los fondos procedieron de una emisión de bonos de 600 millones acometida por la sociedad con la que el fondo canaliza su participación. La firma destinó 326,9 millones a refinanciar otra emisión de bonos -más los gastos asociados- y aportó 273,1 millones a Cirsa, usados para cancelar parte de la financiación concedida.

Ahora, la compañía busca 453 millones de euros en la salida a bolsa. Y la mayor parte de la colocación, que se ha cerrado con una sobresuscripción de ocho veces, se destinarán a rebajar deuda. El día después de salir a bolsa, el pasivo ya será solo de 2,7 veces el ebitda y el plan es rebajarlo, sin prisa pero sin pausa, en 0,2 o 0,3 veces por año.

Entre las dos veces y las 2,5 veces, Cirsa tendría margen para afrontar compras de cierto volumen, como pudo ser la de la casa de apuestas peruana Apuesta Total, acometida al año pasado y que le sumó alrededor de 100 millones de facturación. Como ya explicó elEconomista.es, el foco está puesto en crecer en Latinoamérica, ya sea a través de la adquisición de compañías o de casinos físicos. Países como México, Colombia y Panamá, así como la entrada en Brasil, son prioritarios.

En España, el margen llegaría con la adquisición de máquinas tragamonedas en bares, un sector muy maduro y atomizado.

La política de dividendo de Cirsa

Caer por debajo de las dos veces deuda/ebitda le daría también margen a Cirsa para remunerar al accionista más allá del pay out del 35% previsto ya a partir del año 2026. Elevar la ratio, ya fuese con un pago extraordinario o a través de recompras de acciones podría ser una posibilidad en el caso de no encontrar oportunidades de mercado que acometer en los próximos ejercicios.

Si las previsiones de Cirsa para el 2025 recogen un ebitda de 750 millones de euros (la compañía cerró el 2024 con un ebitda de 699 millones de euros), fuentes del mercado consideran que el beneficio neto ajustado destinado al dividendo rondaría los 80 millones de euros para ese mismo año fiscal.