Bolsa, mercados y cotizaciones
La inversión sostenible en 2025: por qué es más resistente en momentos de crisis bursátiles
- Los índices ESG cayeron menos que los tradicionales tras el 'Liberation Day'
- Invertir en base a factores ESG favorece la ecuación rentabilidad/riesgo
- Este tema centró el último Encuentro ESG de 'elEconomista.es'
María Domínguez
La inversión sostenible ya no está de moda. Tras experimentar un auténtico boom durante la pandemia -donde las carteras con sesgo responsable lo hicieron bien- un cóctel de factores ha provocado que la inversión ESG (en base a criterios ambientales, sociales y de gobernanza) ya no sea la prioridad. El estallido de la guerra de Ucrania hace ya tres años puso el foco en otras cuestiones, pero eso no fue todo. Después vino la meteórica subida de tipos del BCE, que salió cara a muchas compañías de renovables, caracterizadas por su alto endeudamiento. Por si eso fuera poco, en 2025 ha entrado en escena Donald Trump, un presidente abiertamente anti ESG, al que las políticas de diversidad le gustan tan poco como los molinos de viento. Pero, a pesar de todo, todavía hay motivos para posicionarse en inversión ESG, más allá de los altruistas.
No tenemos muchos años de track record para comprobar qué ha hecho la inversión sostenible frente a la estándar en las últimas décadas, pero sí hay datos de, al menos, los últimos diez años. Y esos datos dicen que no se pierde dinero por invertir de forma sostenible. El índice MSCI World y su versión ESG (la que selecciona sólo las empresas con mejor rating ESG de cada sector) suben prácticamente lo mismo a una década.
Pero, además, diversos informes apuntan a que esa rentabilidad se consiguió con menos sustos: las carteras con sesgo sostenible sufren menos caídas en años volátiles como 2025. Sirva de ejemplo lo que sucedió tras el Día de la Liberación, cuando Donald Trump anunció sus temidos aranceles, provocando un crash bursátil. El MSCI World cayó un 11,3% entre el 2 y el 8 de abril; el MSCI World Selection Index (la versión responsable), algo menos, un 10,6%. Por su parte, el MSCI Europe cayó un 12,40% del 2 al 9 de abril; el MSCI Europe Selection Index se dejó un 10,5%. También es cierto que en el conjunto del año la versión estándar lo hace un poco mejor que la sostenible.
"Aunque no se puede establecer una relación directa entre sostenibilidad y rentabilidad, en este tipo de tormentas del mercado, generalmente, las compañías con mejores ratings ESG actúan como un puerto seguro, no sólo en renta variable, también en renta fija a nivel país", afirma David Manso, head of Equities en Caixabank AM, que participó en el último Encuentro ESG de elEconomista.es. "Nuestro proceso de integración tiene como objetivo no excluir a muchas compañías de entrada, sino tratar de integrarlas. Y en ese sentido, creemos que [la integración de criterios ESG] disminuye el perfil de riesgo agregado a las carteras. Porque excluimos determinados tipos de industrias y subindustrias; por poner algún ejemplo, no invertimos en compañías que tienen un negocio relevante de arena bituminosa, o en aquellas que fabrican armas controvertidas", detalla.
"El problema es que, en los años de euforia, se decía que la inversión ESG era la panacea y no lo era. Se creía que automáticamente una buena ESG se traducía en un mejor desempeño en bolsa, y no ha sido así", reflexiona Natalia Luna, analista senior de inversiones en Columbia Threadneedle. Para esta experta, especializada en inversión en el ámbito de la transición verde, la inversión ESG "no es un tipo de inversión distinta del resto; lo que hace es señalarte ciertos valores que son relevantes para los fundamentales de las compañías", explica. "Es supersaludable que el mercado esté fijándose ahora en esos factores. Y ojalá que dejemos de hablar de ESG, porque esto no es otra cosa que entender los fundamentales de las empresas", añade. Visite elEconomista ESG, el portal verde de elEconomista.es.
La inversión ESG resiste mejor
Un informe de Afi, Finreg 360 y Allianz GI muestra cómo, en lo peor del Covid-19, la versión ESG del índice MSCI All Country World sufrió una caída máxima (drawdown) inferior a la de su índice de referencia (se desplomó un 32,9% frente al 33,6% del índice estándar). También recuperó algo más. Lo mismo ocurrió, de acuerdo con este informe, con el MSCI Europe y el MSCI USA. Por su parte, el estudio Evaluating the Resilience of ESG Investments in European Markets During Turmoil Periods concluyó que "las cotizadas con buenas puntuaciones ESG presentaron una resiliencia general" en periodos "de grandes turbulencias" en tres países analizados: Francia, Alemania e Italia. Otra investigación realizada desde el propio proveedor de índices MSCI concluye: "Hemos visto repetidamente que las empresas con prácticas más sostenibles, especialmente aquellas basadas en una gobernanza sólida, no solo sobreviven a las ventas masivas sistémicas, sino que han superado sus expectativas de rentabilidad. Ya sea la crisis de la Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania o la reciente crisis arancelaria, las empresas que priorizaron la sostenibilidad demostraron sistemáticamente una mayor resiliencia".
Virginia Pérez Palomino, directora de Inversiones en Tressis, es muy escéptica con los índices de sostenibilidad, cuya construcción le parece "poco acertada", entre otras cosas porque la mayoría de estos selectivos pondera a sus miembros por capitalización de mercado. "Esto significa que las compañías más grandes, independientemente de su verdadero desempeño en ESG, tienen un peso desproporcionado", critica. En las versiones sostenibles del MSCI, Nvidia, que ha experimentado un tremendo subidón en bolsa, pesa mucho más que en la versión estándar, advierte.
En cualquier caso, Pérez sí encuentra bondades en la selección activa de compañías por criterios de sostenibilidad, especialmente en tiempos de crisis bursátiles. "En primer lugar, hay un menor riesgo de cola. Las empresas con altos ratings ESG suelen tener una gestión de riesgos más integral y estar mejor posicionadas para un crecimiento sostenible, que al final es lo que uno busca en una inversión". La directora de Inversiones de Tressis también destaca que este tipo de firmas suelen atraer "capital más paciente", en gran medida inversores institucionales "que pueden proporcionar un mayor soporte a la cotización en momentos de estrés".
La inversión ESG tiene en cuenta "factores extrafinancieros que afectan al negocio de las compañías y que pueden acabar trasladándose a la valoración. De ahí que afirmemos que la inversión en estas compañías debería ser más resiliente ante momentos de volatilidad", resume Claudia Antuña, socia de Afi. "Ya durante el Covid-19 se reconoció que las compañías con mejor perfil de ESG caían menos". ¿Cómo podemos explicar esto desde un punto de vista teórico? "Son empresas que ya tenían implementadas prácticas de conciliación, contaban con una fuerza laboral con unos índices de satisfacción superiores, con un nivel alto de beneficios sociales -por ejemplo, seguros médicos-. Todo esto probablemente les permitió reaccionar mejor a un evento como la pandemia", añade Antuña.
Por su parte, Tomás Conde, ESG & Sustainable Finance director de la consultora N World, y asesor en ESG de la AERI (Asociación Española de Relaciones con Inversores) considera que la sostenibilidad "es un tema de sentido común y de gestión de riesgos. Al final, la performance de una cartera va a depender del comportamiento de los fundamentales, de si una empresa es ética o no, si está trabajando con SBTI [iniciativa pública para reducir las emisiones de carbono], si cumple con las normas vigentes en ESG...". "A mí como empresa me interesa el aumento de la masa inversora, la elegibilidad... Si tengo una buena valoración de EcoVadis o de Achilles eso me ayuda, porque me da una calificación, un número. Hay que poner números a todo", advierte este experto.