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Sorpresa en la inflación de EEUU: el IPC acelera menos de lo esperado hasta el 2,4% pese a los aranceles

  • El IPC subyacente se queda en el 2,8% frente al repunte esperado
  • Cuarto mes seguida que el IPC subyacente sorprende a la baja
  • Las empresas podrían estar absorbiendo los mayores costes
Imagen: iStock

Mario Becedas

La inflación de EEUU sorprendió en mayo, con una mínima aceleración inferior a la prevista en pleno conflicto arancelario lanzado por la Administración Trump. El mes pasado, el índice de precios al consumo (IPC) avanzó un 2,4% intermensual frente al 2,3% de abril. El pronóstico de los analistas era de un repunte hasta el 2,5%. El IPC subyacente, que excluye a los más volátiles energía y alimentos, se quedó en el 2,8% interanual frente al avance hasta el 2,9% esperado. La sorpresa ha sido más notoria en la lectura intermensual, con una subida del 0,1% en ambos índices cuando se esperaba un 0,2% para el IPC general y hasta un 0,3% para el subyacente. Es el cuarto mes seguido en el que la inflación subyacente, muy pegajosa y muy vigilada en la última época, sorprende a la baja. Aunque este alivio es pequeño para conducir a la Reserva Federal a bajar los tipos de interés pronto, es significativo en medio de las tensiones comerciales y el temor a que se empiecen a notar ya en los precios al consumo.

En el repaso por categorías dentro del desglose facilitado por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), la energía, y más en concreto la gasolina, destacan como moderador de la cifra principal. En mayo, la gasolina registró una caída intermensual del 2,6%. En términos interanual, el retroceso ya es del 12%. En el lado contrario, la vivienda, una vez más, fue la mayor responsable (cuenta con una notable ponderación en el índice) de la subida de los precios con un nuevo 0,3% mensual y una lectura interanual del 3,9%. Al alza también contribuyeron los alimentos, con un 0,3% intermensual.

Los bienes duraderos, la categoría más observada en previsión de subidas por los aranceles, registraron un 0% mensual, a lo que contribuyeron en gran medida las caídas en coches usados (-0,5%), coches nuevos (-0,3%) y ropa (-0,4%). Los servicios, partida muy vigilada durante todo el proceso inflacionario (los americanos se volcaron al ocio tras la pandemia, fuertes presiones salariales en el sector), desaceleraron -excluyendo los energéticos- una décima hasta el 0,2% mensual gracias a a la disminución en las tarifas aéreas.

La primera lectura que se puede extraer a vuelapluma de este informe de inflación es que las empresas están encontrando formas de absorber los mayores costes que suponen los aranceles antes de repercutirlos al consumidor. Aunque EEUU ha alcanzado una tregua comercial con China, un acuerdo inicial con Reino Unido y está cerca de pactos con países como la India, lo cierto es que en mayo siguió operando el arancel universal del 10% y la incertidumbre no ha cesado.

Algunos minoristas como el gigante Walmart ya advirtieron de que tendrían que subir precios irremediablemente. "Los datos ponen de relieve que las subidas de precios relacionadas con los aranceles apenas se están trasladando a los consumidores", constatan los analistas de Capital Economics. "En general, parece que las empresas siguen siendo prudentes a la hora de repercutir las subidas arancelarias en los precios", secundan los de Danske Bank.

Aunque los datos generales aún muestren alivio, algunas categorías más expuestas a mayores aranceles de importación sí han mostrado aumentos notables. Los precios de los juguetes registraron su mayor aumento desde 2023 con un 2,2%, mientras que el de los electrodomésticos grandes registró el mayor incremento en casi cinco años (4,3% intermensual). En este último caso, el informe con el IPC de abril ya fue revelador.

El gran riesgo es que los consumidores, que aún se recuperan de años de inflación elevada tras la pandemia, solo toleren un límite y, finalmente, reduzcan su gasto. Varias empresas han afirmado que esto afectará sus ganancias, al tiempo que los analistas prevén una desaceleración del crecimiento económico.

"Tras una clara subida en enero, el IPC subyacente ha subido algo menos del 0,2% intermensual de media en los últimos meses, impulsado por la debilidad de la inflación de servicios y bienes. Sin embargo, los indicadores a corto plazo han subido, y los PMI (índices de gestores de compras) señalan un fuerte aumento de los precios de los insumos y la producción. El repunte se debe probablemente a los nuevos aranceles, y esperamos que la inflación de los bienes repunte a partir de mayo", señalan los analistas de SEB.

"Hasta el momento hay poca evidencia de aumentos de precios inducidos por aranceles. Sin embargo, es poco probable que esto dure, ya que la inflación probablemente alcance alrededor del 4% más adelante en el año", señalan desde ING. Para estos analistas, es más probable que los impactos arancelarios se sientan en julio, alrededor de tres meses después de la imposición de aranceles. Esta fue la línea de tiempo aproximada que se vio cuando las lavadoras fueron afectadas por un arancel del 20% en 2018, ya que el inventario que ya se encuentra en el país no está sujeto al impuesto.

Dada la limitada repercusión en la inflación hasta la fecha, la estabilidad del mercado laboral y la continua incertidumbre en torno a las políticas de Trump, se espera ampliamente que la Fed mantenga los tipos de interés sin cambios en la reunión de la próxima semana. Los mercados venían dando un 50% de probabilidades a un primer recorte de 25 puntos básicos en la reunión de septiembre, porcentaje que ha subido al 75% tras el dato de IPC.

"Seguimos esperando un aumento más pronunciado de los precios relacionado con los aranceles en los próximos meses. No obstante, las probabilidades de que el shock inflacionario no se descontrole han mejorado. Esto respalda nuestra previsión de que la Reserva Federal probablemente recortará los tipos de interés en septiembre", se pronuncian desde Commerzbank.

Volviendo con los analistas de ING, creen que ese acercamiento del IPC al 4% en la segunda mitad de año hará a la Fed mantener su postura wait and see (esperar y ver). Sin embargo, mirando más a futuro, indican que los aranceles son un aumento de precios único que desaparecerá de la comparación anual a fines del verano de 2026. Mientras tanto, los nuevos datos de alquileres de inquilinos de la Reserva Federal de Cleveland sugieren que los componentes de vivienda del IPC, que representan el 40% de la inflación subyacente, pueden actuar como una importante fuerza desinflacionaria durante los próximos 12 meses.

Además, concluyen, caeb recordar que la economía estadounidense es principalmente una economía del sector de servicios y que el mayor coste es el coste de los trabajadores. Un mercado laboral en desaceleración implica que esto también ayudará a mitigar el impacto arancelario, deducen. "Todavía vemos una excelente posibilidad de que la inflación baje al 2% a fines de 2026 y eso deja la puerta abierta a recortes de tipos de la Fed a finales de 2025", remachan.