Bolsa, mercados y cotizaciones

El empeño de EEUU de acabar con el 'imperio' de Google podría disparar el valor de Alphabet un 30%

  • La posible capitalización por separado de los activos podría superar los 2,6 billones 
  • Solo el buscador de Google valdría algo más del 61% del total, unos 1,6 billones
  • YouTube, Google Cloud y la filial de robotaxis Waymo cotizarían en conjunto 
Imagen del logotipo de Google en un teléfono inteligente. Alamy

Javier Luengo

Estados Unidos quiere determinar si el buscador en internet más popular del mundo, Google, puede seguir siendo propiedad de una de las Siete Magníficas o si Alphabet, su matriz, va a tener que enfrentarse a la dolorosa decisión de vender el navegador de los cinco colores instalado en la gran mayoría de los dispositivos electrónicos del mundo en estos momentos: Chrome.

Hace unas horas, en la capital del mundo libre, Washington D.C., se abrían las puertas de los juzgados locales para escuchar lo que tienen que decir las partes: de un lado, el Gobierno del magnate Donald Trump y, de frente, los abogados encargados de que uno de los pioneros del internet de hoy en día se quede tal y como está. Una audiencia de solución -como se le denomina al proceso abierto en la jerga legislativa- consecuencia de un fallo judicial que se dio a conocer en agosto y que determinó lo que nadie quería escuchar en Silicon Valley: Google opera en régimen de monopolio y utiliza su posición dominante en el mercado para acabar son sus rivales y limitar la innovación.

Fue entonces cuando la fiscal general, Merrick Garland, declaró que aquella "victoria" sobre Google fue un "triunfo histórico para el pueblo estadounidense" -no hace falta decir que también para el resto del planeta- añadiendo a estas palabras que ninguna empresa, "por grande o influyente que sea", está "por encima de la ley".

En una dirección similar se pronunció la por entonces Casa Blanca demócrata del presidente Joe Biden quien en voz de su secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre, advirtió que los norteamericanos "merecen un internet libre, justo y abierto a la competencia".

Hoy el Departamento de Justicia de los Estados Unidos -en esto Trump no ha querido dejar en barbecho el caso abierto por la anterior Administración- dice que Google deberá desinvertir parte de la propiedad de Chrome, al que se describe en el escrito presentado a la justicia como "una de las mayores vías de acceso para las búsquedas en internet".

Un movimiento que tiene sentido a ojos de quien lo pide porque, según se reflexiona, si Alphabet vende Chrome, los rivales podrán tener la oportunidad de competir por el control de las búsquedas en internet. Un cambio de paradigma que podría acabar con las Siete Magníficas en bolsa tal y como se las conoce.

"Google puede competir, pero no quiere hacerlo en igualdad de condiciones", declaraba este pasado lunes durante su comparecencia ante los tribunales el abogado del Departamento de Justicia, David Dahlquist, quien aseveró lo siguiente frente al magistrado: "Google teme competir contra sus rivales que, con lo propuesto, no harán más que fortalecerse".

Líder a golpe de talonario

En 2021, Google puso sobre la mesa de Apple algo más de 26.000 millones de dólares para garantizar que su motor de búsqueda fuera el determinado en todos los dispositivos de la compañía de la manzana mordida. Al respecto, el juez Amit Mehta declaró que la filial del motor de búsquedas de Alphabet "era un monopolio y como tal había actuado".

Tras algo más de 10 semanas de juicio en las que el magistrado se entrevistó con los altos ejecutivos de Apple, Google y Microsoft -quien compite con su buscador bing- y reunió una cantidad ingente de pruebas, los poderes federales de Estados Unidos dictaminaron que tenían metralla suficiente como para mantener el pulso contra la tecnológica.

Tampoco es un secreto que Mozilla Firefox tiene abierto un acuerdo similar al de Google con Apple para hacer que el de G sea el motor de búsqueda predeterminado de sus aplicaciones.

¿Qué busca el Departamento de Justicia?

Ahora, la presión de las autoridades federales va en varias direcciones, pero los cambios más relevantes para la compañía incluirían:

  1. La venta del buscador Chrome (algo más de 4.100 millones de usuarios en todo el mundo). Open AI ya ha mostrado su interés por el negocio.
  2. Compartir algunos datos para ayudar a las startups a superar las barreras de entrada en el negocio de las búsquedas en línea.
  3. Sindicar los datos de búsqueda, pero también de marketing de publicidad para mejorar la calidad de los servicios que ofrece.

Estas desinversiones, no habituales en el mercado, podrían tomar varias formas a medida que se vaya concretando el camino que deberá seguir Google en los próximos años, previsiblemente, fuera del paragüas de Alphabet. De momento, dos alternativas resuenan de fondo: la escisión del negocio o la venta total de una de las partes.

¿Cuánto valdría Google por partes?

Cualquiera de las opciones podría ser rentable... para el inversor. La valoración de mercado actual de Alphabet se acerca a los 2 billones de dólares de los que el 70%, aproximadamente, proceden de las ventas de servicios relacionados con su buscador. YouTube representa otro 20% y el 10% restante procede del negocio en la nube del grupo.

Determinar el valor de esos activos, a día de hoy, es complejo. Pero en base a los resultados de 2024 de la compañía, la valoración de una Alphabet que tenga que escindir el negocio de Google podría dispararse un 30% hasta los 2,6 billones de dólares, según la firma de inversión estadounidense Oakmark. Con la operación, podría aflorar valor, precisamente, más allá del buscador en el resto de divisiones de la compañía.

Para los servicios del buscador de Google, y aún sin tener en cuenta el valor que puedan aportar los futuros proyectos de inteligencia artificial de la compañía, la capitalización de un futurible buscador de Google independiente podría superar los 1,6 billones de dólares, algo más del 61% del valor otorgado a Alphabet en su conjunto.

Más allá, Google Cloud, uno de los actores del negocio de la nube, podría alcanzar un valor de unos 300.000 millones de dólares teniendo en cuenta que el PER medio (veces que el precio de la acción recoge el beneficio) del sector es de unas 10 veces. En el caso de Youtube, a quien comparan con Meta y Netflix, en unos 450.000 millones. En el último año, la compañía ingresó por ambas divisiones cerca de 20.000 millones de dólares, reflejando en ambos casos crecimientos de doble dígito.

Además, se expone la necesidad de poner en consideración "otras apuestas" de Alphabet como el negocio de Waymo, filial encargada del desarrollo de la tecnología de los robotaxis (vehículos de conducción autónoma). Observando a Tesla y teniendo en cuenta los más de 100.000 viajes mensuales que realizan los coches de Waymo en varias ciudades de EEUU la valoración podría estar en el entorno de los 300.000 millones de dólares.

"Percibimos a Alphabet como una colección de negocios excepcionales posicionados para aprovechar las capacidades de IA de primer nivel de la compañía. Con acciones cotizando a aproximadamente 15 veces nuestras ganancias proyectadas por acción para el próximo año, consideramos que las acciones están significativamente infravaloradas", exponen desde Oakmark en su última carta a los inversores.

El espejo en el que mirarse: AT&T

Quizás uno de los casos más sonados en la historia reciente y que podría ser el espejo en el que mirarse Alphabet ante este envite contra su monopolio de aquí en adelante es el de AT&T. La compañía de telecomunicaciones -hoy subyugada a la competencia de otras como Verizon o Comcast- tuvo que dividir su negocio de telefonía allá por 1982 cuando el gobierno estadounidense la desintegró acusada de monopolio.

Hasta entonces, AT&T, conocida con el sobrenombre de Ma Bell había dominado el mercado de la telefonía en EEUU durante décadas. Tras una demanda interpuesta contra la estructura de la empresa en 1974 y después de años de litigios, en agosto de 1982 firmó un acuerdo para separar sus 22 compañías locales en siete compañías regionales, conocidas como las Baby Bells.