Bolsa, mercados y cotizaciones
¿Qué hizo que Trump diese un giro de 180 grados con los aranceles? El mercado toma el control de la Casa Blanca
- Los analistas señalan que Trump no esperaba lo que ocurrió en el mercado de bonos
- Trump anuncia una pausa de tres meses en los 'megaaranceles' y los deja en el 10% salvo para China: Pekín se lleva un 125%
- Trump recomendó comprar acciones antes de cancelar el grueso de los aranceles
Álvaro Moreno
Trump ha sometido al mundo a un viaje de locura en muy pocos días. El 2 de abril mostraba una tabla con los 'aranceles recíprocos' contra el planeta en lo que parecía una de las mayores amenazas para el comercio y la economía mundial en la historia reciente. El 9 de abril, el mismo día que tocaba aplicar estos gravámenes el republicano escenificó un giro de 180 grados retirando los mismos por un periodo de 90 días, excepto para China a la que se mantienen el 125%. A parte de esto, se mantiene un arancel medio del 10%, muy lejos de los gravámenes que propuso al arranque del mes pero el triple de lo que había antes de que entrase en la Casa Blanca. Esos gravámenes del 10% suponen lo que Trump ha llamada un "arancel recíproco reducido". Sin embargo, tampoco hay que olvidar que a ese tipo reducido se le suman los gravámenes a productos concretos como los automóviles, componentes y energéticos que entraron e vigor el 3 de abril.
Sin embargo, si bien la euforia es la nota dominante y toda la atención se centra en los mercados saltando con frenesí, una pregunta se mantiene vigente. El mismo Donald Trump, que proclamaba la necesidad de estos aranceles hace no tanto, compartía este mismo jueves las declaraciones de Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, en las que decía que "arreglar el comercio y los aranceles (quitándolos a través de negociaciones) es algo positivo". ¿Qué ha pasado para que se dé un giro radical en tan poco tiempo por parte de Trump?
Básicamente hay dos teorías que sostienen los expertos y analistas que se están pronunciando en tropel este jueves. Por un lado una gran mayoría creen que el republicano ha sido forzado por los mercados a un giro de 180 grados para evitar un auténtico colapso tanto bursátil como económico. Otros creen que, pese a que pueda haberse visto sorprendido por el caos en los bonos y acciones, la retirada el mismo día de su aplicación formaba parte de una agresiva estrategia de negociación para ejercer la máxima presión posible sobre sus socios comerciales y disparar las exportaciones.
Respecto a si estos movimientos fueron la clave. Noriel Roubini lo tiene claro. "La disciplina de mercado, de la Fed, algunos asesores sentados y la mayoría del Congreso han sido la barrera que han impuesto la disciplina del mercado a Trump y evitaron la recesión en EEUU y el mundo. ¡Los vigilantes de los bonos, el crédito y las acciones han vuelto a emerger como las personas más poderosas del mundo!" comentaba el experto en X.
El S&P 500 se ha desplomado un 12% desde el día de los aranceles hasta sus mínimos el 8 de abril para, con el anuncio, repuntar un 9%. El balance sigue siendo negativo con unas caídas del 3,77% en todo este periodo. Por su parte los mercados de bonos se están relajando ya un poco pero sus rendimientos llegaron a dispararse hasta el 4,4% desde el 4% en muy poco tiempo. Las caídas viscerales en todos los frentes se convirtieron en la norma y, a pesar de que Trump dijo que no le importaban dado que estaba mirando más a largo plazo, la verdad es que no esperaban la virulencia de los movimientos. El dólar también ha caído con fuerza este periodo, dejándose un 2% frente al euro en abril.
Según la NBC estos 'asesores' que mencionaba Roubini han sido la clave por encima de todas las cosas. Pues, si bien su intención era mantener los aranceles e iniciar un camino de dolor en el que acabar imponiendo un nuevo orden económico mundial se encontró con una reacción inesperada. Según sus informaciones algunos de los asesores entraron "prácticamente en pánico con el mercado de bonos" pues esperaban que la deuda actuase como un refugio y se fortaleciera con una fuga de activos de la renta variable a la fija.
La realidad es que esto no sucedió, estos se hundieron a medida que los inversores sacaban su dinero a marchas forzadas de EEUU y, por lo tanto, el golpe en los bonos supondría un impacto para toda la economía. El mismo secretario del Tesoro, Scott Bessent reconoció públicamente hace poco más de un mes que su plan económico era todo lo contrario, usar el mercado de deuda a su favor. En aquel momento el alto cargo explicó que tenían una estrategia para bajar los tipos de interés a través de los bonos y estimular la economía en un círculo virtuoso. "No pediremos a la Fed que baje los tipos, sino que estamos centrados en lograr el mismo resultados bajando los rendimientos de los bonos a 10 años". Su plan consistía en una "regla 3-3-3": reducir el déficit al 3%, el precio del barril y crecer al 3% para fortalecer el bono y así relajar las condiciones financieras.
El mercado de renta fija tiene un rol capital en la economía. Para empezar, unas rentabilidades más altas significan que el gobierno pagaría más por su gran montaña de deuda (ya paga 949.000 millones de dólares solo en intereses). La refinanciación y reestructuración de la misma es una de las ambiciones que expresado la Casa Blanca en repetidas ocasiones. Por su parte, los rendimientos influyen en la facilidad de crédito de toda la economía, siendo la referencia desde las hipotecas hasta los bonos de las grandes corporaciones. Apollo calcula que cada 100 puntos básicos suben los rendimientos equivalen a una destrucción del PIB de entre 0,5% y 1%. En ese sentido, el resultado fue el opuesto al que buscaba Bessent y la relación renta variable-renta fija se rompió por completo, convirtiendo esa ventaja en un duro golpe.
De hecho tales han sido las implicaciones del éxodo de capital de EEUU que el dólar ha quedado tocado, con caídas (cuando la teoría económica apuntaba a lo contrario). En ese sentido expertos como los de ING atribuyen esto a una "crisis de confianza" en EEUU que va más allá de algo temporal. De hecho, ya hay un debate abierto de cómo la gran oleada de incertidumbre acelera la desdolarización y el poder del dólar como la referencia del sistema financiero mundial.
Es por ello que no resulta extraño que los asesores más ilustres que intentaron imponer un nuevo criterio fueron el mismo Bessent y el de Comercio, Howard Lutnik. Confirma esto Wall Street Journal, que comenta que hubo una reunión de los tres en el Despacho Oval para tratar de convencerle. Posteriormente Bessent confirmó que "tuvimos una larga conversación" pero negó un cambio de estrategia alegando que "este era el plan desde el principio". Sin embargo, el medio norteamericano publicó que el propio Bessent llegó a la reunión transmitiendo las preocupaciones de numerosos altos cargos de Wall Street que habían contactado con él desde el fin de semana pidiendo una pausa.
No se sabe exactamente quienes fueron pero esta idea llevaba tiempo en el ambiente. No en vano el mismo Bill Ackman pidió el lunes públicamente una pausa de 90 días para negociar con los países los aranceles. Según el gran inversor y partidario de Trump de no tomar esta medida se produciría un "invierno económico nuclear". Curiosamente la Casa Blanca ha optado por seguir al pie de la letra esta recomendación.
Los mercados 'toman' la Casa Blanca
Respecto a si hubo un cambio o estaba todo planeado, desde Gavekal Research tienen claro que el mercado y las consecuencias económicas inesperadas quebraron la voluntad de Trump. "EEUU ha estado a punto de sufrir una crisis similar a la de los mercados emergentes con bonos y acciones desplomándose simultáneamente, algo que es extremadamente raro en los mercados desarrollados". Según la firma al comprobar esta realidad "Trump tuvo que reducir drásticamente su amenaza y ahora sabe que si vuele a abrirla ocurrirá lo mismo".
En resumen, cree que el líder afrontó "un moment Lizz Truss" donde el mercado reaccionó a sus mini presupuestos con desplome de la libra y los bonos y, en ese caso, acabó derivando incluso en la dimisión. Al igual que entonces serían los mercados quien acabaron tomando la decisión. En cualquier caso señala que "Sea cual sea el motivo, el cambio radical del miércoles en los aranceles no cambia este nuevo contexto del mercado estadounidense. Ahora los inversores han descubierto que caminan sobre un hielo mucho más fino de lo que creían".
Desde Capital Economics señalan también al mercado como el desencadenante del giro. "Trump logró resistir al principio, pero una vez claudicó el mercado de bonos ya era solo cuestión de tiempo que abandonara los exorbitantes aranceles". Según Paul Ashworth, analista de la firma "nuestra hipótesis es que Trump, intimidado por la respuesta del mercado, extenderá repetidamente la pausa". Sin embargo, señalan que el resultado final se parece sospechosamente a la propuesta que hizo en su campaña electoral de un "arancel universal del 10%" (Que es lo que ha quedado al final). Según la firma solo con las medidas que ya se han puesto en marcha EEUU aumenta su tasa arancelaria de forma efectiva 16 puntos porcentuales gracias al pulso con China.
¿Y si Trump nunca quiso mantenerlos?
Esta coincidencia ha llevado a algunos a pensar que, aunque el mercado puede haber acelerado las cosas, la realidad es que Trump siempre había buscado retirar los aranceles y que, de alguna forma, el movimiento estaba planeado de antemano. ING se muestra partidaria de esta opción alegando que "Al parecer, este cambio no se debió a la devastación que hemos presenciado en los mercados financieros, sino a que Trump declaró "una victoria". Según el secretario del Tesoro, Bessent, los mercados aparentemente no entendieron las políticas de Trump".
Antes del anuncio, Álvaro Manteca, responsable de análisis y estrategia de Banca Privada en BBVA comentaba que "Trump no busca acuerdos técnicos ni simetrías arancelarias, busca generar una situación de máxima presión desde la que lograr un nuevo equilibrio (comercial)". Manteca alegaba que "lo que parecen medidas extremas están diseñadas para ser desescaladas y la historia es predecible, los países más dependientes de EEUU aceptarán los ajustes y recuperarán parte de lo perdido".
Sigue habiendo consecuencias
El banco neerlandés, en cualquier caso, pone bajo cautela esa victoria dado que "México, Canadá, China y la UE no han iniciado ninguna negociación por ahora". Por lo tanto para ellos retirar los aranceles ahora y proclamara que has ganado "es el equivalente a ganar un partido de fútbol contra San Marino". De hecho creen que este no es el episodio final y que no se pueden fiar de los mercados bursátiles. "Hemos pasado pro esto antes, con anuncios, pausas para luego volver a los aranceles iniciales (así fue en los primeros días con México y Canadá)". Por lo tanto "cabe recordar que Trump necesita ingresos excepcional para financiar sus prometidos recortes de impuestos y creemos que sería sorprendente que el anuncio de esta noche fuera el regreso del sentido común".
Desde Capital Economics creen que solo los aranceles ya impuestos sitúan a EEUU en una situación más precaria que antes de iniciar todo este viaje. Según sus previsiones esperan que la inflación repunte este año a un pico del 4% y que el PIB baje hasta un rango de entre el 1% y el 1,5% desde sus crecimientos sostenidos por encima del 3%. En cualquier caso, ahora empieza un nuevo capítulo de la guerra comercial donde Pekín se mantiene como el último en liza mientras Trump se toma una tregua con el resto del planeta. Los próximos días pueden ser clave para ver si estamos ante el principio de un giro completo de las políticas de Trump o si es solo un alto en el camino.