Bolsa, mercados y cotizaciones
Las exclusiones de bolsa de Catalana Occidente, Alba y Minor amenazan con borrar el 'efecto Puig'
- La industria financiera trabaja en el nuevo 'listing técnico' para animar OPV
- Los anuncios de opas se aceleran sin que haya estrenos en el calendario
Isabel Blanco
La lista de empresas que quieren dejar de cotizar en la bolsa española se amplía mientras no hay candidatas oficialmente en el calendario para debutar en el parqué y compensar esta huida. En los últimos 12 meses las cifras vuelven a ser desalentadoras, pese al gran estreno de Puig y a que el año pasado se saldó con más estrenos que exclusiones por primera vez desde 2017. Todos los implicados y actores que participan en los mercados financieros están tratando de reanimar las colocaciones y para ello se está trabajando ya en un nuevo sistema, una especie de listing técnico que adelantó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hace unos meses para tratar de evitar que los procesos de salidas acaben yéndose al traste.
El goteo de exclusiones de bolsa no cesa. En este primer trimestre del año ya hay una empresa que ha abandonado el mercado principal: Lar España (aunque se ha mudado al de firmas en crecimiento de BME Scaleup). Y son varios accionistas de referencia los que últimamente han anunciado una operación pública de adquisición (opa) para retirar a las compañías en las que están presentes. El último, el de Catalana Occidente, la familia Serra, cuya intención es excluir a la aseguradora valorada ahora en cerca de 5.900 millones de euros. Esta cifra se suma a los más de 5.000 millones que también capitaliza Corporación Financiera Alba, en la que la CNMV ya ha autorizado la opa de exclusión anunciada a finales de 2024, y a los 2.700 millones a los que cotiza Minor Hotels (antigua NH), pendiente tras ser admitida por el supervisor en febrero.
El resultado de todo esto es que en el corto plazo van a desaparecer al menos tres empresas más, que se unirían a otras tres que se han esfumado en los últimos doce meses. Y, de momento, solo han debutado cuatro en este tiempo y no hay más fijadas en el calendario. Con las últimas capitalizaciones, la retirada de estas seis compañías asciende a un valor total de casi 17.000 millones de euros. La cifra se acerca a los 19.500 millones nuevos que han llegado al parqué en el último año, mayoritariamente por la salida a bolsa de Puig, y superaría a lo que esas nuevas empresas valen en mercado ahora. Todo ello sin tener en cuenta otras opas anunciadas que podrían acabar en exclusiones.
El problema viene de atrás. Ya han desaparecido 57 compañías del Mercado Continuo desde 2015, frente a los 36 estrenos que se han producido en este mismo periodo.
El nuevo sistema
Los datos y el entorno actual están acelerando la búsqueda de soluciones. La Unión Europea está tratando de movilizar el ahorro de los ciudadanos hacia los mercados de capitales de la región, con iniciativas enmarcadas en la Unión de Ahorros e Inversiones (Savings and Investments Union), para que los inversores rentabilicen su dinero, por un lado, y las compañías atraigan financiación, por otro. Adicionalmente, en España se están ultimando fórmulas que incentiven este ahorro y, por la parte de las empresas, nuevas vías para facilitar que las compañías puedan salir a bolsa. Ya están trabajando en ello desde el primer al último eslabón de la cadena que se pone en marcha para que una empresa se estrene en los mercados (el supervisor, los gestores de bolsas, la banca de inversión, los despachos de abogados…).
Este nuevo sistema sería una especie de listing técnico, en el que una compañía podría estar cotizando en un nuevo segmento de negociación exclusivo para institucionales antes de dar el paso definitivo, sin la presión de una fecha fija. Se baraja un periodo de 18 meses hasta dar el último paso, "aunque es muy probable que se vaya a poder negociar una extensión", señalaba Íñigo Berricano, socio de Mercantil y Financiero de Hogan Lovells, en un encuentro reciente con medios en el que indicó que las empresas interesadas ya podrían entablar conversaciones con la CNMV para ponerlo en marcha.
El experto en mercados de capitales explicaba que "la negociación será en un segmento especial para inversores institucionales, en el que se exigirá un ticker mínimo de 100.000 euros y operaciones en bloque". Y adelantaba que se está hablando de una capitalización mínima de 500 millones de euros. Este tamaño encajaría con una empresa que trate de buscar un sitio en el mercado principal, el Mercado Continuo, y no en otros más pequeños como BME Growth.
La fijación inicial del precio la realizaría un experto independiente, como se hace en otras operaciones de listing, y en el momento del debut se establecería un nuevo precio. "El segundo precio [el de la oferta final] irá disociado del primero", aclaraba Berricano, añadiendo que "si finalmente la empresa no consigue colocar las acciones deseadas y decide cancelar el proceso deberá realizar una exclusión".
"Es un proyecto en el que estamos bastante avanzados con BME, tenemos que hacer algunos tests y hablar con las empresas", explicó Carlos San Basilio, presidente de la CNMV, durante la presentación del Plan de Actividades para 2025, señalando que todo podría estar listo antes del verano.